Capítulo 13

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Wenas, vengo a darles un regalo <3

Por si creyeron que estaba muerta, no, se joden, no me quieren en el infierno, asi que he vuelto, perras.

Y me voy a quedar un rato, asi que atentos.

Y no me voy a disculpar por desaparecer y tardar en actualizar, porque es lo de siempre y vale ñonga. Me caigo mal, pero en fin. Continuemos con esto, sapitos.

~o~

Papeles en el escritorio, cajas con más papeles en el suelo y alrededor suyo, también sentado en el suelo porque hay una caja más en su silla. No sería la primera ni la última vez que maldice mentalmente al tarado que se le ocurrió reorganizar los expedientes desechados en la bóveda. No se va a quejar de esto con Davis, para empezar no debería estar sacando lotes de archivos de ese lugar, necesita autorización de más arriba, y no la pidió, porque tampoco se la darían.

Shisui es un hombre que piensa mucho, y la información en su cabeza tal vez no está tan organizada por más que se esfuerce, pero está seguro de que está ahí. Si algo le resulta familiar, es porque ya lo vio antes. Encontrar lo que busca le está tomando más tiempo del que le gustaría desperdiciar con cualquier idea que se lo ocurra a Itachi; su equipo está ocupado intentando resolver la reciente y sospechosamente familiar serie de homicidios que ha puesto en jaque sus habilidades, debería estar ayudándoles más activamente, pero no puede deshacerse del recuerdo de un expediente que leyó hace dos años, que bien podría o no, ser el origen de estos crímenes.

Lo bueno de mantener a su cerebro ocupado en su trabajo, es que no le da tiempo de pensar en sus problemas personales. Como su padre demasiado ansioso porque se case. O su madre dramáticamente preocupada por lo mismo, porque sigue soltero. O Itachi... que no necesita esforzarse lo más mínimo para darle vuelta a todo lo que se impone a sí mismo.

Tiene una pequeña lista de cosas que no debería hacer nunca, por un bien mayor, más allá de su persona. Empieza con jamás hacer entrar en conflicto a sus padres; la última vez que los vio discutiendo parecía que el amor y respeto que se tenían había salido volando por la ventana. Por ahí también hay un par de incisos random sobre hacer enojar una vaca, y jamás jalar la cola de un gato. Su interesante lista termina con nunca decirle a Itachi sobre sus sentimientos.

Hace años decidió que sería para Itachi la mejor persona que él necesitara; un compañero, un amigo, un familiar, incluso un confidente. Renunció a su amor mucho antes de que pudiera siquiera intentar algo. Había sido muy claro lo que Itachi quería, y no iba ser Shisui quien le insinuara algo diferente. Respetó su decisión. La respetó muchísimo.

Siempre han sido muy cercanos, y siempre ha estado este tipo de coquetería sin futuro que ha sido mutua desde el inicio. Trató de convencerse de que era por eso su fascinación con él, pero el veredicto de los años fue cruel e imparcial. Todavía no se define si fue muy tonto o muy valiente de su parte seguir a su lado, ofrecerle una amistad incondicional, un lugar a cual ir siempre que lo necesite, o quiera.

Itachi es caprichoso, infantil a veces, autoindulgente, lo ha visto ser impulsivo, y no fue muy sorprendente esa vez que se rio como un maníaco cuando un criminal intentó escapar, Itachi lo dejó correr unos metros antes de dispararle en una pierna, y luego soltó aquella risa malévola tan escalofriante. Es algo sádico. Solía verlo como un alma libre, irreverente y algo salvaje en ocasiones... pero luego se dio cuenta de que podía ser alguien extremadamente sensato, tranquilo, respetuoso y acomedido en casi todo; de la mano de Izumi por supuesto.

Lo vio ser feliz, y se dijo que eso estaba muy bien. Lo aceptó.

Equivocadamente intentó apartarse, no funcionó porque Itachi lo quería ahí. Se resignó.

¿Destinos Robados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora