Tomemos un poco más de Sasuke, ¿Les parece?
Y aunque no les parezca, ahí va.
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Cuando tenía diecisiete años se cuestionó muy seriamente lo que estaba haciendo con Naruto. Ya llevaban un par de años con esa relación de toqueteos y besos casuales, Itachi decía que a veces eran demasiado pegajosos, que era irritante verlos acurrucados todos lindos y abrazaditos como si aún fueran niños, y por el contrario, sus madres siempre exclamaban con ternura, contentas de que aun fueran inocentes y cariñosos.
Claro, esa inocencia no duró mucho más. Pero eso fue solo un plus que casi vuelve locos a unos cuantos miembros de ambas familias.
Lo importante es este pequeño, pero significativo detalle que brillaba en Naruto desde tan temprano después de conocerse, cuando aún eran un par de mocosos mimados. Naruto a menudo decía cosas extrañas, se quejaba de él por cosas que Sasuke no entendía, a veces terminaba llorando sin siquiera darse cuenta, se disculpaba, lo abrazaba y le pedía que no se alejara.
Era muy extraño. Y a veces lo asustaba. Cuando lo encontraba mirando hacia la nada, como si estuviera hipnotizado, sus grandes ojos azules oscurecidos por una tristeza demasiado grande y silenciosa para que pudiera entenderla. Pensaba que lo mejor era mantener la distancia, pero su madre decía que tener un amigo le haría bien a Naruto. Para entonces, Sasuke ya había entendido que Naruto parecía necesitarlo mucho, y aunque le parecía un niño muy raro, poco a poco se fue acostumbrando a su loco ritmo irracional, y entonces, todo fue mejorando.
Quizás desarrolló una insaciable obsesión por este chico, por su cara tonta y sonriente cada vez que lo miraba, por ese deseo de estar a su lado y confortarlo cuando algo parecía andar mal, por la satisfacción que sentía al saber que él lo necesitaba, por las extrañas formas en que Naruto expresaba esa necesidad… porque era feliz al notar la felicidad de Naruto al estar con él. Y estaba esa notable preferencia que se tenían el uno por el otro aun estando rodeados de más personas.
Cuando tenía diecisiete se cuestionó si eso era algo sano… pero le cerró las puertas a cualquier tipo de razón cuando aceptó que lo que sentía estaba bastante equilibrado con la propia obsesión de Naruto por él.
Y selló su futuro desde entonces.
No ha cambiado de opinión, aunque últimamente parece que alguien se está empeñando mucho en enloquecer a su hombre. Y eso ya lo está molestando demasiado.
Había decidido darle su espacio a Naruto, dejarlo resolver por su cuenta lo que sea que lo esté alterando tanto, porque aparte de que parece ser lo que él quiere, tampoco está bien que se entrometa tanto en su vida, nunca ha sido bueno presionarlo demasiado, y Sasuke tampoco es mucho de insistir cuando le niegan algo.
Es cierto que están comprometidos, pero su boda es algo que aún está unos cuantos años lejos, porque decidieron juntos llevar su relación con calma, disfrutarla y seguir conociéndose; su compromiso llegó como una póliza que los hizo sentir más seguros sobre el futuro, a Naruto más que a él, aparentemente.
Nunca esperó encontrar inseguridades tan graves en él.
Por ahora ya está harto de verlo dando vueltas alrededor de la cama, murmurando cosas y resoplando, olvidándose completamente de que él sigue ahí.
Cuando le pasó cerca de nuevo, lo agarró de la camisa y jaló con fuerza hasta hacerlo sentarse en la cama, y todavía lo empujó más, quizás con mucha agresividad por la sorpresa en su estúpida cara, pero Sasuke no vaciló, lo presionó contra el colchón y entrecerró los ojos mientras empujaba más su brazo en la garganta de un sorprendido Naruto.
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¿Destinos Robados?
FanfictionPuede existir una reencarnación tan exacta, que te permita tener los mismos padres, el mismo nombre, los mismos amigos, y el mismo amor... pero con un destino diferente. Puede suceder, que los recuerdos de tu vida pasada te ayuden a no cometer los m...