El tiempo soplaba tan duro como una roca, el tic toc del reloj de pared que cada vez se escuchaba más hueco, resonaba una y otra vez en la cabeza de Jungkook, quien recostado con la cabeza colgando hacia abajo del sofá, observaba las agujas moverse unas más rápidas que otras mientras desvanecían los minutos veloces. El movimiento de aquellas agujas le hacía pensar mucho acerca de su vida, porque muchas veces pasaba tan lento que resultaba tedioso, y en otras ocasiones simplemente iba demasido rápido. Tan veloz que no podía disfrutar del momento, porque su vida se daba así, los momentos felices apenas parecían existir, y los dolorosos se quedaban un largo rato hasta hacerle creer que no se irían jamás.
—Cuando tenía a Taehyung, te llevabas mi vida de una manera tan rápida que apenas podía distinguir un día de otro. Pero ahora que estoy en esta situación tan difícil —se detuvo un momento para abrir paso a pequeños sollozos que pronto se convertirían en un descontrolado llanto, mientras se mantenía con la vista pegada al reloj—, ahora que él simplemente se desvaneció de mi mapa, pasas tan lento que quiero morir. ¿Lo haces a propósito?
El reloj, que no hacía más que dejar atrás minuto tras minuto, continuó aquel característico sonido que taladraba los tímpanos de Jungkook, pues estaba cansado de escucharlo, pero le era inevitable no observarlo llevarse su alma tan fácilmente, un robo descarado que no podía detener, ni denunciar. Un ladrón silencioso que se llevaba poco a poco un tesoro que no podría recuperar jamas: su vida.
—Si un día te detuvieras, ¿qué sería de ti? Te alimentas de las vidas ajenas, te quedarías en las penumbras del desamparo. No podrías llevarte contigo más recuerdos, aunque sé que no puedes detenerte. Estamos en una línea demasiado delgada donde eres el único que puede mantener el equilibrio sin esfuerzo.
Tres golpes que se llevaron a cabo en cadena, distrajeron la mente de Jungkook para centrarse en algo nuevo y llevar sus muchas preguntas y reflexiones a otro lugar. Con dificultad enderezó su cuerpo en el sofá para luego ponerse de pie y dirigirse hacia la puerta, la cual abrió con desgano. Detrás del muro que bloqueaba la entrada a su habitación, su madre mantenía una expresión triste mientras las palmas de sus manos sostenían 4 pequeños chocolates.
—Traje esto para ti, sé que te gustan.
Jungkook, con una sonrisa que le fue difícil dibujar, tomó el presente de su madre y la abrazó con amor. Aquellos brazos maternos envolvieron su corazón como si se tratara de un regalo, mientras los latidos de ambos se conectaba en un compás perfecto que le regalaba al viento una disfrutable porción de sosiego. Quizás Jungkook no tenía la mejor de las suertes en el amor, pero su madre era sin duda el mejor golpe de suerte que alguien pudo haber tenido, y esa persona fue él.
Desde que era muy joven, su madre se esforzó por sacarlo adelante ella sola, aunque muchas veces recibía ayuda del señor Lee con regalos monetarios que salían de manera sorpresiva, o pagar el colegio cuando su madre tenía demasiadas deudas. Si bien el señor Lee seguía enamorado de la señora Jeon desde hace un largo tiempo, ella aún no estaba convencida si decidir aceptarlo en su vida era buena idea. Aunque Jungkook ya era bastante mayor, no sabía si estaría de acuerdo, porque le importaba demasiado la opinión de su hijo que se derrumbaba con facilidad, y no deseaba hacerle sentir en algún punto desplazado.
—Hijo, necesito hablar contigo acerca de algo importante que has notado hace un tiempo largo —comenzó hablando la señora Jeon, tomando a su hijo por los hombros y guíandolo—. Imagino que sabrás que puede ser de lo que quiero hablarte.
El menor de ambos, con grandes orbes curiosos por saber, negó lentamente y entonces su madre comenzó la conversación otra vez.
—Es acerca del señor Lee, hijo. He estado pensando constantemente sobre sus propuestas y reflexionando minuciosamente sobre mis sentimientos —la mujer se detuvo un corto tiempo, el cual aprovechó para sostener la mano de su hijo con ambas suyas mientras le dedicaba una sonrisa compasiva y cálida—. Entonces, después de meditarlo durante estos largos años donde ambos te hemos visto crecer, he pensando en aceptar formar una relación con él, pero quiero saber cómo te sientes tú. Tus sentimientos me importan mucho más que los míos, y si esto te hace sentir incómodo, simplemente me detendré.
Jungkook, respondiendo amablemente a la sonrisa de su madre, besos las manos de la mujer amorosamente y la abrazó con afecto por segunda vez, aferrándose a aquellas extremidades que lo hacían sentir seguro, y a la misma vez, bañándose en el aroma tan natural y agradable que su madre cargaba todos los días. Se separó de su progenitora para verla directamente a los ojos mientras acariciaba su rostro con amor.
—Quiero que seas feliz madre, por favor acepta al señor Lee. Él es un hombre bueno, no dejes que se vaya de esta manera.
La mujer, asintiendo velozmente y con una expresión agradecida, besó la frente de único hijo limpiando poco después el labios que había manchado la nívea piel de rojo.
—Te amo mucho, hijo mío. Tu madre está aquí para ti todos los días, y jamás nadie te desplazará —habló cariñosamente, abrazando al menor hasta que su rostro tomó un descanso sobre el pecho de la fémina de mayor edad.
Aquella vibración en su pecho creada por su voz, se impregnó como un tatuaje en el abultado rostro de Jungkook, el cual sonrió debido a la agradable sensación.
—Este momento tan difícil que has tenido con Taehyung pasará, pronto podrás ser más feliz, solo deja que esta tormenta se calme —dijo con ternura—. Mamá está aquí para ayudarte, querido mío.
Las lágrimas de Jungkook no tardaron en bajar y mojar la blusa de su madre, que se encargaba de cubrirla hasta el cuello con una tela delgada de color beige, sin ningún tipo de diseño relevante o estampado.
—No quiero dejarlo ir, pero él no fue bueno conmigo —sollozó con gran pena en su corazón.
Su madre acarició su rostro cuidadosamente, besando la coronilla de su cabeza con gran afecto, demostrando que estaba ahí para amarlo y cuidar de él como debía ser. Y si su madre estaba ahí para amarlo tanto, Jungkook sabía que no había que temer y era el único amor al cual debería darle importancia.
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¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]
RandomJeon Jungkook solo quería una cosa: vivir en paz. Siendo constantemente acosado por su poco atlética figura, las cosas empeoran aún más cuando se encuentra a Kim Taehyung, la más insoportable persona que conoció en su vida. Aunque bueno, era tiern...