Las clases habían terminado, los estudiantes corrían por los pasillos en busca de su corta libertad hasta el día siguiente donde tendrían que volver al Instituto. Entre aquella bulliciosa multitud iba Yugyeom, sus manos heladas como cubos de hielo, y su cuerpo temblando como una gelatina. Jungkook estaría esperando por el allí afuera, y mientras se dirigía a la salía, iba practicando el discurso que usaría para hablar con él y evitar equivocarse. Se pasó todas las clases planeándolo, ni siquiera puso atención a nada, y mucho menos tomó nota; pero esto era realmente importante para él, porque sabía que, aunque lo que hizo fue por él mismo, no estaba bien haber arruinado las ilusiones de Jungkook de esa manera.
Mientras se dirigía a la salida observó a lo lejos a Jungkook mover ansiosamente su pie, el cual golpeaba la suela repetidamente contra el piso. En ese momento sintió el aire de sus pulmones desvanecerse lentamente hasta quedar secos, era una de las situaciones más complicadas que había pasado, y eso que no eran pocas, porque vivir con HyoJong eran de por sí situaciones extremadamente espantosas.
—¡Jungkook-ah! —exclamó con una sonrisa bastante incómodo, alzó su mano e hizo un ademán de saludo.
Jungkook apartó la vista y no se movió de su lugar, esperando a que el Rubio se acercara por su cuenta. No era el quien necesitaba hablar y dar explicaciones acerca de lo sucedido.
Al ver la reacción del pelinegro, Yugyeom trago duro y acortó los pocos pasos que los separaban. Lo harás bien, puedes solucionarlo.
—P-perdón por hacerte esperar, había tráfico —dijo torpemente.
Al darse cuenta de la expresión confusa de Jungkook, cayó en cuenta de la gran estupidez que había dicho.
—Tráfico, claro. ¿Eres un autobús o algo? En fin —suspiró restando importancia—. ¿Deberíamos ir por algo de beber?
—¡Oh! ¿Podemos? —dijo con una sonrisa más cálida y cómoda. Por el momento estaba yendo bien, como esperaba de Jungkook, tenía un carácter difícil, pero para nada malos sentimientos.
—¿Prefieres hablar en esa banca? —señaló el objeto a lo lejos, el cual estaba cruzando la calle.
Yugyeom negó sin siquiera pensarlo y aceptó la propuesta de Jungkook. Mientras lo que había practicado con tanto esfuerzo no se borrará de su mente, todo estaría medianamente bien.
Pero antes de que ambos empezarán a caminar y tuvieran un viaje probablemente muy incómodo, la voz de Taehyung se escuchó a los lejos, gritando el nombre de Jungkook con gran escándalo. Los ojos de los estudiantes que pasaban por ahí y lo que aún seguían dentro de la institución, se posaron sobre él fijos y atentos a cada palabra y movimiento.
—¡Jungkook-ah! Quédate ahí por favor —exclamó acelerando el paso, una vez Jungkook comenzo a caminar más rápido—. ¡Jeon Jungkook, detente! —exclamó por segunda vez, esta vez con más fuerza.
Por supuesto, Jungkook ni siquiera se tomaba el tiempo de prestarle atención. Yugyeom no hacía más que seguirle el paso rápido, pero Taehyung al tener una complexión delgada no se le dificultaba para nada alcanzarlo.
Yugyeom para ese momento, y ya más alejados de los ojos ajenos, pensó qué podría hacer para sacarlos a ambos de esa situación, porque el rostro de Jungkook era todo un poema de tragedia.
—Jungkook —dijo Taehyung una vez logró alcanzar al menor—. Por favor hablemos, necesitamos hablar esto.
El pelinegro se soltó bruscamente del agarre casi al instante en que los largos y delgados dedos tocaron su piel. El mismo susto provocó que esta se erizara y le hiciera sentir una fea sensación de dolor.
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¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]
RandomJeon Jungkook solo quería una cosa: vivir en paz. Siendo constantemente acosado por su poco atlética figura, las cosas empeoran aún más cuando se encuentra a Kim Taehyung, la más insoportable persona que conoció en su vida. Aunque bueno, era tiern...