—¡Hamstercito! Que no era cierto lo que hablamos ese idiota y yo —exclamó tratando de seguirle el paso a Jungkook, que no era muy difícil a decir verdad.
El menor estaba echando rayos, y no sólo rayos, sino lágrimas. Estaba tan tan molesto que no quería escuchar nada. No quería explicaciones, menos de Kim vulgar Taehyung. Aunque no entendía por qué Taehyung trataba de hacer ver las cosas diferentes. Parecía una escena barata del chico galán tratando de explicarle a su pareja porque se metió con otra.
—¡Jungkook, por Dios!
Cuando lo llamó por su nombre, el susodicho se detuvo abruptamente, logrando que Taehyung chocara con él y cayera al suelo.
—No quiero tus estúpidas explicaciones. Es más, no quiero saber de ti nunca más —inquirió más que seguro—. Detente aquí.
Luego de haber aclarado todo, Jungkook se alejó sin más dejando a Taehyung en el piso, quien terminó por acostarse luego de haberlo perseguido tanto. Estaría gordito, pero fue difícil atraparlo. Quizás porque no tenía mucho aguante.
Jungkook se encontraba sentado al borde derecho de su acolchada cama, observando con decepción el espejo de cuerpo completo que mantenía en la habitación. Observaba como la piel sobresalía exageradamente de la camisa, prácticamente colgando. Analizó cada pequeño detalle, siendo muy minucioso. Quería conocerse completamente, jamás había tomado esa decisión, pero era el momento.
Se puso de pie dejando volar un largo suspiro, acomodó correctamente su camisa y se paró firme frente al espejo. Se observó de arriba a abajo, y entonces entendió porque la gente lo insultaba tanto, porque se burlaban de él con aquella cantidad terrible de apodos. Paso sus manos a los costados de su torso, sintiendo el la carne que sobresalía, sintiéndose asqueado de él mismo.
¿Cómo pudo dejarse llegar a ese extremo? ¿Cómo estuvo ciego tanto tiempo, cuando lo que decía la gente era real? Quizás era un brusco llamado de atención ya que él ni siquiera se había tomado el tiempo de mirarse detenidamente. De darse cuenta porque las miradas de rechazo se habían vuelto parte de su rutina diaria, los insultos y desprecios de los demás.
—¿Qué diablos se supone que soy? —masculló sollozando—. ¿Quién eres y qué me hiciste?
Al otro lado del vecindario se encontraba Kim Taehyung, quien finalmente había llegado a su hogar. Su madre lo esperaba en la mesa con una deliciosa hamburguesa, poniéndose de pie una vez lo vio entrar.
—¡Mi amor! Hola —saludó depositando un beso en la mejilla ajena—. Mira que compré —sonrió emocionada.
—Mamá, ya basta de hamburguesas. Vienes comprando lo mismo desde la semana pasada. Ya estás llegar a las 200 libras, detente.
—Shh, tú estás muy flaco, come.
—Es porque sigo una dieta estricta — explicó nuevamente, ya varias veces le había dicho a su madre porque no comía tanto, pero ella insistía en que lo hiciera.
—Hijo, comer una vez al día no es sano. Encima, el único tiempo de comida que haces apenas y llena un cuarto del plato.
Taehyung masajeo su frente buscando la calma, solo deseaba ser delgado, no era un pecado. No quería volver a ser el mismo niño gordo al cual todos rechazaban y molian de golpes e insultos desagradables. Jamás.
—Ese es mi asunto.
—¡Puede volverse grave! No quiero un hijo anorexico y que esté en peligro de morir.
—Pues yo no quiero ser un gordo rechazado —espeto molesto—. Nunca más, madre. Si tú quieres ese camino, no trates de llevarme contigo.
Sin nada más que agregar, Taehyung se retiró a su habitación. Ya que había hecho el desayuno, no habría almuerzo ni cena. Estaba muriéndose de hambre, pero necesitaba acostumbrarse lo más pronto posible. Ese sería su estilo de vida, solo así podrían aceptarlo.
LOS AMOOOO, GRACIAS POR TANTO APOYO❤
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¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]
RandomJeon Jungkook solo quería una cosa: vivir en paz. Siendo constantemente acosado por su poco atlética figura, las cosas empeoran aún más cuando se encuentra a Kim Taehyung, la más insoportable persona que conoció en su vida. Aunque bueno, era tiern...