No era la presión en su pecho que le hacía sentir asfixia, tampoco el nudo que ahorcaba su garganta sin ningún tipo de piedad, era la imagen tan monótona de Taehyung yendo de pasillo en pasillo siguiendo la que se había vuelto su nueva rutina aburrida, que si pudiera ser dibujada de alguna forma sería un circulo; no importaba a donde fuera, que tanto corriera, siempre era lo mismo, el principio y el fin jamás cambiarían. Todos los días eran iguales: llegar, arreglar las cosas como libros y demás, ir a clases, comer, ir a casa, repetir. La rutina jamás era distinta a eso.
Debajo de sus ojos dos manchas negras reposaban volviéndose cada día de un color más oscuro que el anterior, muchos se preguntaba qué estaba pasando con el apuesto y resplandeciente Kim Taehyung, por qué había pasado de ser un rayo gigantesco de luz a una terrible y depresiva tormenta sin fin. Conforme el tiempo pasaba y su imagen no daba señales de un buen cambio, los rumores sobre la posible causa empezaban a esparcirse entre la multitud, incluso podía oírlos susurrar mentiras deleznables que por momentos el picor de cerrarles la maldita boca amenazaban escapar de su cuerpo y liberar la ira que acumulaba.
"Quizás fue abandonado"
"Fue rechazado por la persona que ama"
"Su madre terminó en el hospital por obesidad"
"Tuvo una pelea terrible con su madre"Eran algunos de los rumores que podía escuchar vagar por ahí sin rumbo fijo, pero siempre con la intención de molestarlo hasta causar estragos en su cuerpo. Muchos de estos no eran solo rumores que quedaban en suposiciones; "quizás" "tal vez" "probablemente", para nada. La gran mayoría se trataba de desagradables afirmaciones que no tenían nada que ver con lo que realmente le estaba pasando.
—Jungkook-ah, ¿has estado cuidando mal de ti? Por alguna razón siento que cada día que te veo tu peso es mayor.
Aquel nombre tan conocido por su mente y corazón le provocó un disparo silencioso que estaba amenazando acabar con su alma, se tomó el atrevimiento de mirar de soslayo atrás suyo, lugar correcto del cual las voces chillonas de las mayores provenían. Las chicas no decían aquello con mala intención, de hecho, eran las únicas que realmente se preocupaban por el constante aumento de peso del menor, pero al ser tan descuidadas y hablar de algo así públicamente y con un desmedido tono alto, lo único que lograban era enfadar a Jungkook.
—¿Acaso es tu asunto? —bramó empezando con ojos furiosos—. No te metas en mis asuntos, por algo tienes los propios tuyos.
—Jungkook, de verdad me preocupa lo que estás haciéndole a tu cuerpo. No lo digo para decir que luces desagradable, sino porque estás acortando tu vida más de lo que piensas.
El menor soltó un insulsa carcajada de amargura, limpió una lágrima invisible que fingía caía por el rabillo de su ojo derecho, recuperando poco después su posición anterior.
—¿A quién le importa eso? Si el día de mañana muero de un paro cardíaco me resulta irrelevante, vivir no es divertido para mí. Jamás lo ha sido.
La castaña compartió miradas con su amiga soltando un suspiro de resignación al mismo tiempo. Cada día ambas estaban más y más preocupadas como mayores de Jungkook, quizás no eran cercanos pero no le gustaba ver al menor sufrir su desgracia solo. Lo único que hacía era comer descontroladamente mientras lloraba por una razón desconocida para todos, hablaba solo o gritaba maldiciones. A veces pensaban hablar con su madre en secreto, pero eran consciente que eso les causaría más de un problema con Jungkook, que no era lo que estaban buscando. Esa idea había sido guardada en el "cajón de más ideas" por si todo se salía de control.
Taehyung por supuesto que tenía el corazón roto, no solo por toda la hiriente situación que vivía con Jungkook, sino porque era consciente que ambos se estaban hundiendo y no podían detenerse de ninguna forma. Ayudarse entre ellos había dejado de ser una opción viable hace un tiempo; pero, ¿qué podía hacer para ayudar al que seguía siendo el más hermoso amor de su vida? Cuando había decidido dejar todo de una vez por todas porque sentía que ya nada le serviría para ser redimido de sus errores.
—A nadie le importa un demonio mi vida, ¿por qué debería importarme a mí? —continuó entre sollozos, siendo observado por los pocos alumnos que cada vez se volvían más.
Las palabras tan desgarradoras obligaron a Taehyung a girar en su dirección mientras su corazón se partía suavemente de pieza en pieza. Aquella sensación de dolor le estaba ardiendo como si fueran llamas y seguía preguntándose por qué tenía que ser de esa manera. Por qué un ángel como Jungkook debía ser atrapado por la soga del martirio amargo.
No llores amor mío, déjame abrazarte y hacerte saber que te amo.
Taehyung tragó duro al momento en que su mirada fue atrapada por los ojos llenos de agonía que mantenía el precioso pelinegro. Lo mataba, lo torturaba, lo aniquilaba ver aquellas joyas de color único ser cubiertas por el mar de la tristeza que poseían en ese momento.
—No llores, por favor —artículo sin voz, dándose cuenta poco después que su acción había sido vista por el menor, entrando en estado de pánico.
Lo que estaba ocurriendo en la cabeza de Taehyung eran un montón de escenas de Jungkook gritándole, tirando maldiciones a su persona y alejándolo una y otra vez como si fuera la basura más desagradable y putrefacta. Pero para su sorpresa fue algo totalmente distinto pero no por eso más gratificante: Jungkook había perdido el control de su llanto como un niño desconsolado.
El cuerpo de Taehyung parecía estar dando su último aliento, no estaba preparado para afrontar esa situación, lo peor era saber que el principal causante de tal agónica situación no era más que él. Se culpaba solo a él, ya ni siquiera a HyoJong o Yugyeom; actualmente se culpaba única y exclusivamente a él por haber sido tan idiota, por no haber sabido llevar la situación, por explotar más de lo que debió; por todo la culpa recaía sobre él nada más.
Y tampoco se había preparado para enfrentar a un Jungkook que estaba yendo en su dirección sin quitarle los ojos de encima por muy llorosos que estuvieran.
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¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]
RastgeleJeon Jungkook solo quería una cosa: vivir en paz. Siendo constantemente acosado por su poco atlética figura, las cosas empeoran aún más cuando se encuentra a Kim Taehyung, la más insoportable persona que conoció en su vida. Aunque bueno, era tiern...