Capítulo 2: Un héroe muy guapo

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Un día pesado de clases estaba haciendo de Jungkook algo insoportable, y que le otorgaba pocas ganas de vivir. No sólo lo hinchaban de tareas como un globo cuando el año apenas empezaba, sino que tener que ver la cara de Taehyung todos los días era lo peor. Oh, y no sólo ver su cara, sino soportar sus apodos.

Cada vez que se cruzaba con Kim jirafa Taehyung, era para que lo llamara de maneras poco graciosas. Al menos para él, porque la gente a su alrededor se partía el culo de risa.

No era un matón, pero si un patán molesto. Como un chicle pegado al zapato.

Entrando al Instituto mientras rezaba porque no fuera otro mal día —obviamente lo sería, pero su mamá decía que rezar aseguraba las posibilidades de uno bueno—, gruñó al momento de ver aquella alta y delgada figura. Era su momento de esconderse y no ser visto. De esa manera, se ahorraba la amargura mañanera. O al menos por un rato.

Cuando planeaba esconderse en un salón, su escasa velocidad y poca habilidad de escabullirse le arruinó el plan, tropezando contra el basurero y cayendo de panza. Maldita sea.

—¡Hamstercito! Mira nada más que ciego estás— exclamó riendo en sintonía con los pocos alumnos presentes.

Acercándose al cuerpo tirado en el piso, se agachó a su altura y lo observó fijamente.

—Eres muy bruto— sonrió usando sus manos en forma de flor como apoyó para su fina quijada—. ¿Te encuentras bien, globito de caramelos?

—¿Te importa, Goofy? Vete a espantar gente por ahí.

—Goofy es feo. Además, siempre he creído que es un acosador encubierto.

—Precisamente por eso eres Goofy, imbécil— gruñó Jungkook, sentándose y revisando si no tenía alguna herida.

Por "suerte" —porque apenas empezaba el día y ya le estaba yendo mal—, no tenía ningún rasguño. O no lo veía.

—No soy un acosador, bombita de hamburguesas.

—¡Ya para con tus apodos! No son graciosos.

Taehyung rió sin cambiar de posición. Ver a Jungkook le causaba pena. Era sumamente torpe, se atrevería a decir que estúpido. Aún no sabía si para los estudios era tan idiota como lo era para esconderse, pero no dudaría de ello.

—Evita caerte, casi ví la tierra partirse en dos, y eso no suena bien, ¿verdad pajarito obeso?

Jungkook apretó los dientes cansado de los innumerables apodos que tenía, por lo que alzó su puño dispuesto a callarle la boca de una vez, así fuera expulsado. Sin embargo, una mano ajena lo detuvo con rudeza.

—¿Qué haces, bola de cebo? — unos ojos oscuros le observaban desafiantes, llegando a intimidarlo—. Qué maleducado. ¿Por qué querías golpearlo, imbécil? ¿Te crees la gran cosa? Aunque eres gigante, y no precisamente en altura.

Un nudo incómodo se atoró en la garganta de Jungkook, dificultando el avance de sus palabras hacia afuera. Quería decirle unas cuantas cosas a ese atrevido, pero no salían por más que quisiera.

El agarre se volvió más fuerte conforme el tiempo pasaba y Jungkook no contestaba. Aquel chico de ojos caídos y piel blanca lo estaba haciendo temblar internamente como un pollito con frío.

—Hyojong, déjalo. Solo está enojado.

—¿Y? ¿Eso le da derecho de querer pegarte?— alzó una ceja, volviendo de su agarre algo más brusco con el pasar del tiempo.

Jungkook deseaba a gritos hacerle saber que lo lastimaba, pero no quería que sus inseguras palabras salieran trastabillando. Por lo que solo se dedicó a hacer muecas de dolor.

¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora