𝐊𝐍𝐎𝐂𝐊 𝐎𝐍 ღ【MarkHyuck】ღ

ღ【35】ღ

Tres años después.

— HyeongJun, la cena no se comerá sola, cariño. — DongHyuck lo persuadió mirándolo de reojo.

— Tengo miedo, papá. — Aceptó el menor— Es mi primer día de escuela.

— A todos nos pone nerviosos ir por primera vez. — Mark le sonrió cálidamente— Te irá bien, eres inteligente y adorable.

— ¿De verdad, papi? — Preguntó esperanzado— ¿Crees que le agradaré a mis compañeros?

Mark observó esos bonitos y enormes ojos castaños, junto al cabello rizado cayéndole sobre la frente y la boquita roja gracias a que bebía jugo de fresa; los mofletes inflados y la nariz perfilada.

Era terriblemente parecido a DongHyuck, no cabía duda. Y Mark adoraba ese detalle.

— Si no le gustas a la gente, es porque son tontos. — Opinó el omega mayor— Eres un sol, mi Junie.

— SeongMinie dijo que me esperaría. — Apretó el puño— ¡Seremos compañeritos!

— Tu mejor amigo te protegerá de cualquiera, ¿Okey? — Mark le limpió la boca con una servilleta— Y si algo sucede, papi Makku irá a buscarte enseguida.

— Tampoco tendrás hambre, te preparé un refrigerio delicioso. — DongHyuck lo animó.

— ¡¿Podemos darle uno a SeongMin?! — Chilló emocionado— ¡Le gustará mucho!

— Pero claro que sí. — Aceptó el rubio— Ahora, a la camita osito.

Mark ayudó al castañito a bajarse de la silla y suspiró analizando el delicado cuerpo del niño.

HyeongJun era diminuto, más de lo normal. Pese a tener tres años, su estatura y aspecto eran sumamente contradictorios y había quienes se confundían respecto a la edad.

Él era doctor, por lo que se encargó de medirlo, pesarlo y alimentarlo correctamente con dietas especializadas. Luego de meses comprobó que sería omega, igual que Hyuck.

— No te tortures pensándolo, Makku. — DongHyuck lavaba los platos tranquilamente— Es un niño sano.

— Lo es, pero es omega.

— ¿Y tiene algo malo?

— Los alfas querrán morderlo, amor. — Se frotó la frente— Algún imbécil querrá marcarlo y apartarnos de él. No quiero que le falten al respeto, que lo fastidien o lo consideren idiota.

— HyeongJun no es bruto. — Recordó secándose las manos— Tiene un coeficiente alto.

— Salió a ti. — Rió sobre los belfos del rubiecito lindo lo traía enamorado— Siempre inteligente y por encima de los demás.

— Basta, Mark. — Lo frenó riéndose— Vamos a dormir a HyeongJunie.

Con gusto Mark se separó y lo siguió a la segunda planta donde el bebé los esperaba pacientemente.

— Buenas noches, corazón. — DongHyuck lo cubrió con las frazadas— Descansa.

— Dulces sueños. — Mark le besó la frente. — Te amamos.

El pequeño era la adoración del peli gris, moriría por él y estaba comprobado que hacía lo que fuera porque su hijo fuera feliz.

Y DongHyuck... Él era la base de la familia, le ponía orden a todo y los protegía de que algo les sucediera.

Preparaba ricas comidas, los abrazaba si estaban tristes y calmaba a Mark al estar este enojado por problemas en el trabajo.

— Él estará en perfecto estado. — Aseguró el omega.