̶M̶a̶l̶a̶ ̶E̶d̶u̶c̶a̶c̶i̶ó̶n̶⚡[RESUBIDA]

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La pareja llegó muy temprano a la escuela, Aristóteles no entendía el porqué, pero como siempre obedecía, el castaño caminó hacia los baños, mientras el rizado esperaba en la cafetería, el ojimiel desató a los alumnos quienes aún seguían inconscientes, afortunadamente no había ningun rastro de semen, por lo que todo seria sumamente fácil, subió sus pantalones y los dejó ahí, justo cuando el timbre sonó, el López colocó un algodón con alcohol en la nariz de cada uno y caminó rápidamente a su salón, perdiéndose entre la multitud de estudiantes, entró a su aula justo antes que su profesor, los Alfas despertaron aturdidos no recordaban nada de los sucedido, sólo sentían un fuerte dolor en sus partes bajas y sus caderas, se levantaron con dificultad, lavaron sus rostros y acomodaron su cabello, para entrar a sus clases, no tenían ninguna llamada perdida de sus padres, así que el día para ellos transcurrió con "normalidad" aunque no dejaban de sentirse algo extraños.

Al terminar todas las clases, el Lopez se dedicó a contar el dinero, 2 mil pesos, nada mal, eso significaba que cada uno había atendido a 5 clientes, ahora ya sabía el método que usaría para cualquiera que intentará desafiar su autoridad, guardó la pequeña cámara, después revisaría la grabación, para asegurarse que todo estaba en perfecto orden, tomó la mano de su Omega, irían de compras, al llegar al centro comercial, el aperlado compró todo lo que le gustaba, joyas, ropa, calzado, el rizado observaba su reflejo, con sus nuevas adquisiciones, el castaño abrazaba su cintura por detrás, admirando orgulloso su creación, su obra maestra, Ari sonreía con satisfacción, le gustaba lo que veía, era todo lo que el merecía, y su Alfa estaba dándoselo, nunca se alejaría de él, si quería tener cachorros de su Temo, era para estar seguro de que este no lo abandonara nunca, pero ahora se daba cuenta que no lo necesitaba, su futuro estaba asegurado a su lado, sonrió colocando sus manos sobre las del contrario, el anillo en su dedo anular terminaba de sellar su compromiso, la pieza brillante no se observaba en la realidad, o por lo menos no era apreciado por cualquiera, sólo por Aristóteles, quien confundía sus deseos y los convertía en realidad, sin embargo, Cuahutémoc se encontraba cerca de cumplirle su más reciente capricho, aunque no pareciera el le brindaba cualquier exigencia que su Omega quisiera, antes quería las más finas joyas, y el se las compró, después quiso una marca y el lo mordió, luego deseo un cachorro, ahora deseaba una argolla y el cumpliría su más grande capricho.

Es por eso, que mientras el Córcega lo esperaba en un restaurante, el caminaba a una reconocida joyería, preguntó por la argolla de matrimonio más costosa del lugar, enseguida le proporcionaron uno el cual era una creación de un diseñador que elaboraba sus piezas para la familia real, eligió el más lindo y lujoso, el que ningún otro podría tener, sólo su hermoso Omega. Sólo el.

Enseguida volvió al lugar, del que había salido con la excusa de ir al baño, comieron pizza y pasta, en un lindo restaurante, el cual había sido elección del rizado, cuando terminaron, fueron a comer un delicioso helado, mientras el chófer caminaba con todas las bolsas de las tiendas, las personas los veían con envidia, la mayoría no podía costearse ni siquiera una prenda de las que el ojimarron había elegido, al llegar al edificio, las Omegas se asomaron por la ventana para observar quien había llegado, enseguida sonrieron al notar que era el López, el mejor prospecto para su Ari, venía de una familia acaudalada y con buenos principios, totalmente apegados a las leyes, Francisco López era un muy buen amigo de los Córcega desde hace años, en una de sus reuniones después de los exámenes para saber de que casta era cada uno, presentaron a los pequeños, en el jardín del edificio, debajo de la brillante luna, esta los iluminó, sus ojos brillaron y unas iniciales se plantaron en sus muñecas, el Omega lloró al sentir la quemadura, en cambio el Alfa gruño, olfateando su cuello, el rizado mostró su cuello, dejando lamberse por el más alto, desde ese momento, el ojimiel lo reclamó como suyo, su Omega. Las adultas arreglaron todo, por si el chico planeaba quedarse a comer, la pareja entró al departamento, enseguida el Torres saludó a todos.

- buenas tardes, lamento la demora, estábamos arreglando un asunto de gran importancia, pero si me permiten, deseo utilizar este momento para dejar claras mis respetuosos intenciones con mi Omega, se que el es mi pareja destinada y el indicado para pasar el resto de mi vida, prometí amarte frente a la luna, y ahora me siento totalmente listo para tomar el lugar que me corresponde, a tu lado -el castaño suspiró, incándosé frente a el, Aristóteles cubrió su boca, con las lágrimas escurriendo por sus mejillas, las adultas gritaron emocionadas, todas a excepción de Linda y Gabriel, el ni siquiera tenía una argolla, realmente estaba aguantando demasiadas humillaciones, el no estaba acostumbrado a ser segundo, definitivamente fue un golpe a su ego- Aristóteles Córcega Castañeda, tu quisieras?...-el asintió enseguida y se aventó a sus brazos, uniendo sus labios, sin siquiera dejarlo terminar la pregunta, el Alfa rodeo su cintura, la mayoría aplaudió, gritando con emoción, esta era una excelente noticia, después de enterarse de la esterilidad del Omega, al separarse, el rizado extendió su mano impaciente por tener la argolla en su mano, el ojimiel colocó el anillo en su dedo anular, el aperlado lo abrazó con una amplia sonrisa, estaba cumpliendo todos sus sueños-

Pronto el sería el esposo de Cuahutémoc y nadie lo impediría.

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Hola bebé piciosx!☺🦋☁️

Muchas gracias por leer este capítulo, el cual escribí solo para ti🥰

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Los amo muchísimo nubecitas ☁️🥺, besitos en sus frentecitas bonitas❤

Gracias por hacer mi sueño realidad 🥺