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Ambos caminaban por los pasillos de la escuela, el brazo de Cuahutémoc rodeaba la cintura de Aristóteles con algo de fuerza, sin dudas ahora entendía porque las marcas moradas en su vientre, su Alfa, Ari caminaba cabizbajo sin mirar a nadie más, el no podía mirar a alguien que no fuera su Alfa, el aperlado tenía puesto su uniforme de repuesto, ya que el otro lo había desgarrado su lobo, cuando ambos habían hecho el "amor", el Córcega sonrió y se ruborizo al pensar en eso, enseguida restrego su mejilla contra su pecho y le dio un piquito, acción que el más alto profundizó, tomándolo de la cintura para arrinconarlo a la pared, succionando sus labios en el proceso, el ojimarron jadeo cuando sus labios se separaron en un chasquido, enseguida bajo a su cuello dejando besos húmedos, junto con mordidas y chupetones, Ari suspiró al sentir la succión y escuchar el fuerte chasquido, cada vez la fuerza y el deseo iba aumentando, el Omega tenía sus manos en la espalda de su chico, empujándolo más hacia el, de su boca entreabierta sólo salían bajos suspiros y gemidos, sin contar, algunos hilos de saliva, levantó el mentón dejando que una traviesa lengua recorriera de su pecho hasta su mandíbula dejando una suave mordida en esta, Cuahutémoc sonrió al ver sus ojos cristalizados, ni siquiera le importaba que la gente pasara de un salón a otro, sabía que aunque los chicos desearan a su Omega, sólo el podía tocarlo hasta hacerlo llorar y suplicar por su polla, seguidamente cargó sus piernas y las enrollo en su cintura, para empezar a fingir embestidas, el rizado sólo apretaba su espalda y escondía su rostro jadeante en su cuello, Temo abrió su pantalón y bajo su cremallera, pegándose aún más a su Omega para que nadie lo viera, abrió el pantalón del más bajo y junto ambos miembros comenzando a masturbarlos, jalando bruscamente, el presemen facilitaba las cosas- agh~amor -gimio débilmente, Aristóteles, estaba a punto de llegar, sólo un poco más y tocaría el cielo, los gruñidos roncos de su Alfa lo tenían al borde, el López jalo con más fuerza, bombeando con más empeño las puntas, las cuales brillaban en su mano, al ver que Ari estaba por llegar, metió un dedo en su entrada- oh^por Dios~ -el aperlado apretó sus hombros, con las lágrimas bajando por sus mejillas, corriendose en su mano, Temo gruño apretando su muslo, tomando su corrida para dejarla sobre su miembro y seguir jalando, enseguida lo llevó a un baño y lo sentó en los lavabos, alejándose un poco, sin dejar de bombear- quítate la camiseta -Ari aún nublado por el placer obedeció- pellizca tus botones y estiralos -dijo en un jadeo, el aperlado masajeo su aureola y estiro sus pezones erectos por el frío, enseguida Cuahutémoc se acercó, tomándolo por la espalda para chupar con fuerza, sacándole un gemido a su novio, quien enredaba sus dedos entre sus cabellos, tirando levemente, se alejó haciendo un chasquido, cerrando sus ojos fuertemente, para venirse en un gemido ronco, las tiras de semen cayeron sobre el pecho y el rostro de Aristóteles, quién volteó su rostro hacía otro lado, jadeante, Temo sonrió acercándose a su Omega, después le dijo que se volteara y limpió su corrida en medio de sus muslos, cuando ambos estuvieron limpios se besaron y se subieron sus ropas, el castaño sonrió, su Omega tenía su aroma, era suyo, sólo suyo, Ari, mi Omega, mío, sólo mío- ahora tienes mi olor -dijo para besarlo duramente, casi sin dejarlo responder, dominandolo-

Cuando llegaron a su salón, se sentaron en su lugar de siempre, el profesor ni siquiera miraba a Cuahutémoc, quien no participó ni una sola vez, pero su novio sí, y aunque algunas de sus respuestas estaban mal, su profesor se las dio por buenas y anotó sus participaciones en la lista, Ari sonreía ampliamente, enseguida volteó hacia su novio, buscando su aprobación, el López sonrió aún más, dándole un vasto beso en la mejilla, para atraerlo aún más hacia el.

Cuando llegó el momento de retirarse porque la clase había concluido, el maestro dijo que daría un pequeño anuncio.

- en la clase pasada mi actitud no fue la mejor, estaba algo estresado y se que esa no es una justificación para lo que hice, ya que llamé la atención de Aristóteles de una forma que no era correcta, lo ofendí e incluso lo hice llorar, Aristóteles -el maestro volteó a ver al López, Cuahutémoc hizo una seña con su mano para que se incara, el suspiró y se inco frente al rizado- te suplicó, te ruego que me perdones, por favor, Aristóteles, por favor -el Omega vio como el hombre parecía tan preocupado por su perdón, que decidió disculparlo-

- no sé preocupe, profesor, yo lo disculpo -dijo con una leve sonrisa, el adulto suspiró aliviado y lo abrazó ciertamente, para levantarse y devolvérse a su escritorio, donde todos salieron de aquel salón-

El sintió sus ojos cristalizar, y tomó sus libros, para presentarle su renuncia a la directora, finalmente salió de la institución, nunca más quería volver a ver, al endemoniado, Cuahutémoc López.

Al llegar a su departamento, Aristóteles dejó su mochila en el piso, al escuchar un ruido la tomó de nuevo y la colocó en su cama, al abrirla encontró algo que no le pertenecía, era una carta, "Aristóteles, mereces saber la verdad...

Después de terminar de leerla, entendió que era de su profesor, quien le pedía que por favor se alejara de Cuahutémoc, ya que no era la persona que el creía, el enseguida caminó fuera del edificio y la rompió en mil pedazos, para quemarla...

"Noticia de última hora, el día de ayer falleció un profesor de la secundaria Abraham Lincoln, pronto se realizarán los exámenes pertinentes"...

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Tengo mucha tarea, así que no podré contestar comentarios, los amo muchísimo, adiós.

No olviden de votar, seguirme y leer mi nueva obra, disgrace...

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̶M̶a̶l̶a̶ ̶E̶d̶u̶c̶a̶c̶i̶ó̶n̶⚡[RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora