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Ambos llegaron a la mansión, Aristóteles estaba pensando durante todo el camino en las palabras de su primo, como le diría a su Alfa que no podrían tener relaciones por un tiempo?, conociéndolo seguramente estaría molesto, jugaba con sus dedos nerviosamente, Cuahutémoc notaba sus actitudes pero prefería no preguntar, después lo sabría, siempre lo hacía, al llegar los dos entraron apresuradamente saludando cortamente a Susana, quien como siempre se encontraba atareada con todas las labores domésticas, al llegar a la habitación, el más alto lo pegó contra la pared besando sus labios en un beso demandante, mientras sus manos sostenían sus caderas fuertemente, el Omega chillo débilmente, colocando sus manos en su pecho para empujarlo suavemente, el más alto gruño roncamente cuando su novio cortó el beso, el aperlado jadeo al verlo enojado.

- m-mi primo me dijo que no podría tener relaciones p-por un tiempo, Alfa -dijo el ojimarron mostrando su cuello sumisamente, aterrado de que su lobo no lo entendiera-

- bien, pero entonces reposaras -dijo tomándolo de el mentón, el Córcega enseguida asintió- toma todas tus pastillas y usa las cremas que te recetó -dijo mientras miraba su celular, acababa de recibir un mensaje de Amapola- tu madre quiere que te lleve al edificio -el más bajo asintió y tomó todas sus cosas, la Omega le dio una bolsa de tela con varios topers, llenos de diferentes comidas, al llegar al edificio, la ojiverde lo tomo del brazo y agradeció a el López por la comida, la rizada sabía de la condición en la que su hijo se encontraba, Axel se lo había dicho por orden de Robert, ya que como el Omega se había comportado de forma inapropiada, y se había vuelto opuesto, su familia se negaba a volver a tratar con el, no convivirian con una persona de moral distraída, ya le habían permitido mucho al dejarlo ser doctor, Ari era el único que no le daba la espalda, la ojiverde sonrió al ver todo lo que su amiga íntima le mandaba, definitivamente el que sus hijos se casarán había sido muy beneficioso para ambas familias, tenían una amistad muy fuerte desde antes de que sus pequeños se declararan destinados, vacío toda la comida y se puso a cocinar, no sin antes dejar a su hijo acostado en la cama y con una bata azul cielo muy cómoda, también le dio un caldo de pollo, recién hecho y un jugo natural, la Castañeda y la Córcega intercambiaban topers y comida, Susana le enviaba lo que mejor cocinará y entonces Amapola vaciaba todo y le enviaba de vuelta los topers, con lo que mejor cocinará, lo que una no cocinaba tan bien, la otra lo hacía a la perfección, llevaban varios años haciendo esto, y a ninguno de sus Alfas les molestaba, con que ellos tuvieran que comer, no importaba lo demás-

Tiempo después...

Cuahutémoc había cumplido su palabra de no tocar a Aristóteles, todo no había pasado de algunos besos subidos de tono, y toqueteos, el rizado estaba perfectamente bien, las heridas internas que tenía se habían cicatrizado, y aunque ya podían tener relaciones, los dos esperaban a que pasara algo más de tiempo, el más bajo seguia reposando en la habitación de su novio, mientras el castaño estaba en clases, y después le pasaba los apuntes, justamente el ojimiel acababa de llegar, al entrar vio a su Omega con un frasco de pastillas anticonceptivas, enseguida enfureció y le arrebató el frasco.

- porque mierda tienes esto, si eres estéril? -el aperlado se asustó al escucharlo tan molesto-

- Robert me las mandó, el no sabe que soy estéril, porque se separó de la familia tiempo atrás, además de que nadie le dijo, porque no quieren estar con un opuesto -dijo con nerviosismo, era la verdad, pero sabía que su parte lobuna tal vez no entendía-

- no creo eso, ayer lo viste y debiste de haberle comentado tu condición, además de que si te realizó exámenes ahí debió de haber salido que eres estéril, así que porque no dejas de mentirme y me dices cuando le pagaste a la doctora para que me dijera que no podrías tener hijos?, desde cuándo tomas pastillas? -el más bajo enseguida se levantó, comenzaba a producir lubricante, ahora entendía, su Alfa estaba en celo, caminaba rápidamente hacia la puerta, sin embargo el más alto enseguida lo tomó y lo aventó contra el colchón, con una mano sostuvo las de Aristóteles, y con la otra comenzó a bajar su cremallera, bajando su ropa interior y liberando su erección, soltó las manos del contrario, después de todo era más débil, pegó su rostro a las mantas y levantó su bata, bajando rápidamente sus bragas, ni siquiera lo preparó, sólo restrego la punta y entró profundamente, tapando la boca de su Omega, comenzando a embestir, las lágrimas de placer y dolor, escurrian por las mejillas del rizado, el cual sentía su interior ser atacado, además de la mano de su Alfa, abrazando su vientre, para entrar aún más profundo, queriendo llenarlo- no me importa si quieres o no, tendrás todos mis cachorros, voy a follarte hasta dejarte preñado -dijo para destapar sus labios, dejándolo liberar un gemido lastimero, mordia y chupaba toda su espalda, sus manos recorrían todo su cuerpo sin pudor, golpeando, pellizcando, marcandolo como suyo, los gemidos y gruñidos estaban por toda la habitación, Ari rasguñaba las mantas y las apretaba en sus manos, sintiendo a su Alfa hacerlo suyo una y otra vez, el más alto gruñia al sentirlo húmedo y apretado alrededor de el, sus cuerpos sudados y llenos de semen y lubricante, además de saliva, hacia todo mucho más obseno- ah~ Alfa^preñame, sólo yo tendré tus cachorros -el más alto, mordió su cuello al escucharlo tan sumiso, viendo como levantaba sus muslos, como una perra, rogando que lo llenará con su semilla, el glande golpeaba una y otra vez ese punto que lo volvía loco, se sentía lleno, roto, usado por su Alfa y esa situación no podía dejar de ser tan caliente, el aperlado jadeo al sentir a su novio salir dejando sólo la punta, para colocar sus brazos debajo de sus muslos, entrando con fuerza, golpeando una pared de piel, el sólo soltó un gemido lastimero, su rostro enseguida fue volteado para unir sus labios, después el más alto dejó de besarlo, para concentrarse en sus embestidas, el menor babeaba la sábana, así como su lubricante manchaba la cama, el Lopez comenzó a masturbarlo rápidamente, escuchándolo chillar, estaba sobrestimulado, ya no podía, no tenía fuerzas, su orificio ardía de haberse venido tantas veces- estoy por llegar -jadeo Temo, tomándolo fuertemente de los muslos, comenzando a hincharse- agh~ mi amor^ abre las piernas -Ari obedeció jadeando, al sentir el nudo golpear una de sus paredes, el castaño gruño, al soltar la primera carga, el Omega chillo débilmente al recibirlo completamente, apretó la manta, sintiendo el caliente líquido llenarlo, se vino en ese momento, gimiendo cansado, el más alto lo abrazó fuertemente, entrando aún más, besando el cuello de su Omega- me encantas tanto Ari -el más bajo ronroneo, el ojimiel lambia toda la piel que alcanzará, incluso las mejillas de su novio, quien estaba muy sensible y mimoso, el Lopez lo abrazaba por detrás, diciéndole cuanto lo amaba-

̶M̶a̶l̶a̶ ̶E̶d̶u̶c̶a̶c̶i̶ó̶n̶⚡[RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora