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Es el día siguiente...

Aristóteles se encontraba en su edificio, enseguida había salido de la escuela, su Alfa lo había acompañado para asegurarse de que estuviera a salvo y ningún idiota intentará propasarse con el, al llegar al departamento de su tía Blanca, enseguida fue recibido por las miradas afiladas de los Omegas, Gabriel lo veía con pena, sabía que no podía hacer nada para defenderle por lo que simplemente miraba al piso, enseguida llegó a la sala supo que algo andaba  mal, justo cuando estaba a punto de irse una fuerte cachetada llegó a su encuentro, el volvió su mirada hacia su abuela, quien lo miraba con enojo.

- Yolo, vio como tu profesor te abrazó enfrente de tu Alfa, como te atreves eres una zorra! Nosotros no te educamos así, hoy mismo le pides disculpas, ya hablé con Francisco y quedamos en que vendrían a cenar con nosotros, como te consideras tan adulto para desafiar la autoridad de tu Alfa, ya eres lo suficientemente adulto para preparar suficiente comida para todos, nadie va a ayudarte, así que apurate, deja tu mochila, ponte el delantal y empieza a cocinar! -la mayoría se retiró de ahí, sin siquiera mirarlo, pero Linda no podía desaprovechar la oportunidad-

- te hiciste la mustia, pero al final resultaste ser toda una perra -dijo con burla, para reír e incluso le levantó la mano, Aristóteles enseguida apretó su muñeca con fuerza, ya no permitiría que nadie lo tocara y eso aplicaba en cualquier sentido, ella se retiró totalmente furiosa, la pequeña Frida salió de su escondite y se puso un delantal, al igual que Gabriel, el colocó una de sus manos, sobre la otra, en forma de agradecimiento, ellos sonrieron y comenzaron a trabajar, la mayoría del tiempo el rizado se la pasó en la cocina, preparando varios platillos deliciosos, y típicos; mole, arroz, chiles rellenos y enchiladas verdes, sabía que con eso se ganaría el perdón de su Alfa y su familia, nunca más ofenderia a su novio, el lo amaría y obedecería como ninguno, cuando los invitados llegaron, enseguida fueron recibidos cordialmente los Omegas caminaron a la sala, mientras los demás Alfas degustaban la comida, todos, claro, a excepción de Cuahutémoc, enseguida el Castañeda se arrodilló frente a el y suplicó perdón de la forma más sincera y sumisa.

- te pido perdón y piedad ante mi incorrecto y vacío comportamiento, no merezco el amor y la divina gracia de tu amor, nunca más volveré a permitir que nadie más que tu mantenga contacto físico conmigo, no puedes imaginar lo terriblemente preocupado que me encuentro, por favor Alfa, perdóname, te lo suplico -pidió cabizbajo y con las lágrimas resbalando por sus mejillas, el castaño enseguida lo ayudo a levantarse y aceptó sus disculpas-

Cuando la demostración de lo que podía suceder si no respetabas a tu Alfa termino, finalmente los Omegas fueron llevados al comedor, los Omegas se sentaron en la barra, ya que no había suficientes sillas para todos, afortunadamente, Aristóteles alcanzó un lugar en la mesa junto a su Alfa, quien al ver lo poco que su chico se había servido, tomó su plato y colocó más comida, Ari no dijo nada y comenzó a comer, sonrió al sentir la mano del castaño en su vientre, se reprendió mentalmente, puesto que había olvidado que tenía que alimentarse aún más para que sus futuros cachorros crecieran fuertes y sanos, con eso en mente se sirvió aún más, viendo cómo su Alfa lo miraba con aprobación, tenía que estar muy bien alimentando por sus cachorritos, la comida transcurría con normalidad; Eugenio contando cosas sobre Alfas, Blanca reforzando su sumisión, y doña Imelda criticando a los opuestos, Yolo se encontraba en la panadería como todos los días, las cosas habían sido demasiado normales, los Omegas se habían llevado los platos, todos se encontraban en la cocina, menos el Mussi quién se encontraba de pie en la sala esperando a su esposa, Cuahutémoc sonrió al ver su pancita.

- cuanto tienes?, Gabriel -preguntó el castaño con cortesía, siempre le había ilusionado la idea de ser papá, el ojiverde sonrió-

- tengo 5 meses, quieres?... -el ojimiel asintió al comprender, el adulto sonrió tomando su mano para depositarla en su vientre-

̶M̶a̶l̶a̶ ̶E̶d̶u̶c̶a̶c̶i̶ó̶n̶⚡[RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora