Estaba sorprendida por lo que mis ojos estaban mirando, no estaba alucinando, si era Isabelle, ella era de verdad, lucía hermosa como siempre, algo cambiada pero igual de perfecta, mi corazón subía y bajaba con su tic tac apresurado, di un paso atrás para huir pero era tarde.
— ¿Isabelle? — pregunté cómo idiota, pronuncié su nombre después de mucho mucho tiempo — ¿Qué haces aquí? — pero solo bajó la mirada escondiéndose de mis ojos — Isabelle te hice una pregunta, ¿Qué haces aquí?, contéstame.
— ¿Ni siquiera lo imaginas?... Volví por ti — me rompí ante su respuesta, si ya todo estaba mal, entonces con Isabelle aquí sería peor — yo te dije que iba a esperar sin tiempo contado, pero un año ya fue suficiente, no puedo más.
Cuando el amor nos llega amigos, créanme que nada puede detenerlo, es muy sorprendente que aún sabiendo que hay peligro de por medio, lo ignoras todo y no te importa nada. Yo sabía perfectamente lo que estaba haciendo y que estaba pronto a casarme y aún así, extendí mis brazos y corrí a ella para abrazarla y estrecharle contra mi pecho, solo escuché como sollozaba y me apretaba con suavidad como nunca nadie lo había echo.
— Dame dos semanas, solo dos semanas... Y nos iremos de aquí — le dije al separarme de ella y con un beso en su mejilla — está vez, ni Karla, ni Firsch ni nadie nos impedirá que estemos juntas.
— ¿Lo prometes?.
— Lo prometo.
Me di cuenta que mi amor por ella no había cambiado en todos esos meses, entendí que Isabelle era la indicada y que mis errores eran pura cobardía mía. Para nuestra suerte, mi amor salía de su turno, así que me ofrecí llevarla a su casa que obviamente ya no era en mi colonia, ese dia era el más feliz de mi vida, ella estaba aquí, ¿Podían creerlo? Estaba a un lado de mi, ya no estaba lejos, podía escuchar su voz y su risa, hablábamos de todo lo que se nos ocurriera como si nunca hubiéramos dejado lo nuestro a un lado.
Casi al llegar a el hotel donde se hospedaba, ella me contó de Firsch, habían terminado su relación algunos meses atrás, la razón... Sus celos.
— No te imaginas cuanto miedo sentí cuando le dije que no podía seguir con él — dijo — se puso furioso, lo desconocí por completo, el ya no es el hombre de antes, ya no existe esa nobleza en sus ojos, solo te encuentras con una mirada llena de odio y desesperación.
— ¿Pero no te hizo daño?.
— No, si hubiera pasado eso, ahora mismo estaría bajo tierra — respiré profundo, me lamenté no haber podido estar en esos momentos con ella para defenderla de ese hombre — Firsch no sabe que estoy en Los Angeles, si les llega hablar porfavor no le digas nada, tengo mucho miedo.
No pude más, detuve el auto a orillas de la carretera y la abracé fuertemente para decirle con ese abrazo que yo la protegería y no viviría más cosas de ese tipo.
— Claro que no mi amor, estás segura aquí conmigo, yo te voy a cuidar.
La tarde se hizo noche, tengo que decir que el tiempo a su lado se pasa tan rápido que parece el humo esfumandose sin dirección, así que no me quedó de otra que irme y dejarla segura en su departamento, cuando llegué a mi casa, me encontré con Karla y su maleta a un lado, se veía enojada y ya sabía la razón de su enojo.
— ¿Tanto tiempo para una simple revición medica?.
— No fui al médico — respondí sin ánimos de pelear — no necesito ir, ya te dije que estoy bien.
— ¿Entonces a dónde fuiste?
— Con Mathym
— No es verdad — dijo siguiéndome con la mirada, Karla me había descubierto — le llamé y pregunté por ti, pero me dijo que no estabas con el.
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LA GUITARRISTA
FanfictionLP es una chica soñandora con un aparente vida feliz y cómoda que se vive la vida siendo la guitarrista de una banda de rock y sigue con la esperanza de convertirse en un Rockstar, su vida solitaria y tranquila se viene abajo cuando llega a su colon...