LA GUITARRISTA

Capitulo 13

Fue largó el viaje y llegué a casa un poco después de las 12:00 a.m, entrar a casa no se sintió raro en lo absoluto, seguía siendo ese ambiente hostil, húmedo y solitario de siempre, presentí la soledad en las esquinas... Orson no estaba, solo yo.

Tiré las llaves al suelo y arrastrando los pies subí las escaleras para ir a mi habitación, al entrar fuí directamente a la ventana, asomé la mirada hacía la casa de Isabelle que se mantenía en silencio y con las luces apagadas, ¿Ahora como resolvía este problema?. Mi corazón me dolía, había echo lo correcto pero seguía sintiendo ese vacío, todo lo que tenía que hacer era volver a los brazos de Karla, ¿Pero que tal si ya no es lo mismo?, Me aterraba la idea de que ya no la amara, que ya no sintiera lo mismo por ella como antes.

También estaba enojada con Karla, si al menos no hubiera actuado de esa manera con Firsch, no tenía que decirle mentiras que resultaron ser verdad el día pasado, hubiéramos evitado muchas cosas y quizás no estaríamos en este punto.

Me alejé de la ventana y me acosté en la cama, no quería pensar más solo deseaba dormir pero yo creo que eso nunca iba a suceder, por qué por más que cerraba mis ojos estos solo se abrían y me mantenían despierto mirando el techo.

(...)

Siguiendo el tiempo de dos semanas consecutivas donde no pasó otra cosas más que terribles discusiones entre la banda y yo específicando a Jacob, aún así nos ocupamos por volver a dar los shows en los bares que frecuentabamos y una vez más Damon volvió a la banda para ser el vocalista, yo regresé a mi puesto de ser solo la guitarrista y de vez en cuando cantaba alguna canción que componía.

Según la fecha, el 22 de diciembre era nuestro aniversario de noviazgo de Karla y yo, pero aún seguíamos sin vernos, ella sabía que estaba en Los Angeles pero no había venido a mi encuentro y yo tampoco lo hacía. Por una parte estaba bien, ambas estábamos lejos pensando en nuestros propios problemas y tal vez, era lo mejor.

En fin, era 21, era domingo y la banda y yo tocábamos en el bar Daniel's, había varias personas que bebían escuchando nuestras canciones y otras que platicaban dejando el tiempo fluir.

- ¿Cuántas más cantaremos? Estamos por concluir - preguntó Damon.

- Las que sean necesarias para estos 8 minutos - respondí asegurándome que todas las cuerdas de mi guitarra estuvieran afinadas.

- ¿Por qué no cantas tu LP?

- ¿Qué?.

- Canta esa que amamos que cantes - dijo Damon.

- Cierto - afirmó Marthym - Canta la de Cinderella.

Miré a mis amigos que se veían animados, sus sonrisas activaban mis ganas de cantarla, porque además de eso... Era la canción favorita de Isabelle, ella dijo: "Me gusta cuando cantas Cinderella y sientes cada palabra de esa canción".

- Está bien - agregué y luego Damon se hizo a un lado para que yo fuera al micrófono.

"Dejé a mi Cenicienta
en la cabina de teléfono"

🎶🎶
🎶

"Mi Cenicienta, se fue en un día
quizás sea mejor a qué se quede"
🎶🎶
🎶

"Mi Cenicienta".

Nunca me di cuenta que entre la música y mi voz y la tristeza de recordar con intensidad a Isabelle y saber que la extraño mucho, estaban Karla mirándome desde la esquina del bar, en la mesa más alejada de las personas, ella me sonreía nostálgica, me pareció lo más hermoso de todo lo que había en ese lugar que al acabar la canción también le sonreí.