LA GUITARRISTA

Capitulo 8

Cinco de la tarde y estaba frente al espejo del baño, noté que mi cabello había crecido un poco más y que mis ojeras eran tan obvias, había adelgazado y para muchos... Tal vez esto era tocar fondo.

Tomé las tijeras que estaban en el lavabo y empecé a cortar mi cabello como solía hacerlo, después del corte me metí a la ducha para bañarme y mientras el agua tibia caía por todo mi cuerpo me dí cuenta de que había estado tan metida en el trabajo y en amar a una persona que me olvidé de como vivir.

Tal vez si me voy de este país sea feliz pero... Isabelle, No sé que me sucede con esa chica, solo la veo y me siento bien, es fantástico como logra calmar la tormenta que hay en mi, no necesita decir ni una sola palabra para alterar mis sentidos solo basta con que esté junto a mí y sonría.

- Ella dijo que a las 5, en la plaza del otoño.

Me dije y rápidamente salí de la ducha, ya en mi habitación me sequé y cambié de ropa poniéndome lo más elegante que tenía en el clóset, ajuste el nudo de mi corbata y coloque el saco, para finalizar unte loción en mi cuello, abroche mi reloj y me coloqué algunos anillos en mis delgados dedos.
Justo cuando miré el reloj me di cuenta de que ya eran más de las cinco... Iba atrasada.

Era primero de diciembre y los villancicos ya se escuchaban en todas las tiendas, la gente estaba feliz porque la navidad había llegado a la ciudad, sonreí mirando a los niños con sus padres y a las parejas enamoradas que caminaban y se tomaban fotos con los renos de cartón.

Metí mis manos en el abrigo negro que llegaba hasta mi rodilla y con un apagado suspiro empecé a caminar con la intención de buscar a Isabelle. Casi después de media hora la encontré, Isabelle estaba sentadita en la acera de uno de los árboles que tenía luces amarillas, vestía muy elegante y se veía hermosa que solo pude suspirar, algo estaba pasando con mi corazón.

Con nervios me fui acercando hacia ella y me senté a su lado.

- ¡Ah la navidad ha llegado! - dije atrayendo toda su atención hacia mí.

- LP - respondió muy contenta - creí que no vendrías.

- No lo iba hacer, pero estaba aburrida en casa así que vine... Recordé que estoy en recuperación - las dos reímos y la mirada de Isabelle me recorrió completamente.

- Te ves muy bien.

- Tu te ves más que bien - respondí eh instantáneamente recordé a Karla, dios santo, tenía que sacar a esa mujer de mi mente - por cierto, ¿Firsch?.

- Se fue de imprevisto a Inglaterra, llegará en dos semanas.

- ¿Y que hacemos?

- Divertirnos.

- ¿Divertirnos? - cruce mis brazos - Agg era más fácil quedarse en casa y ver películas de terror o algo así.

- ¿Acaso no te gusta ver a las personas felices? - me preguntó y yo la volteé a ver.

- Envidio a las personas felices - respondí mirando a la familia que estaba enfrente - por ejemplo, envidio a esa familia, ellos son felices - luego mis ojos se posaron en una pareja que platicaba - y también odio a aquellos enamorados porque están juntos.

- Tu también tendrás ese privilegio - la miré con una sonrisa - yo sé que tendrás a una mujer que te ame para toda su vida y se que formaran una hermosa familia.

- Ay por Dios Isabelle - reí bastante feliz por sus dulces palabras - deja de ser tan positiva, la vida es dura.

- Claro que no lo es.

- Claro que sí.

- ¡Que no! - afirmó y callé -tu eres la única persona que puede hacer difícil o no su vida, solo necesitas palabras y acciones para formar tu realidad.