LA GUITARRISTA

Capitulo 7

Estaba confundida y no entendía que estaba pasando, unas horas antes me había dicho que me amaba ¿y ahora me terminaba?, no podía procesar este momento.

- ¿Que dices? - fruncí el seño sobando mi mejilla - ¿Hay una maldita razón para lo que estás diciendo?

- ¡Si las hay!

- ¡Entonces dímelo!

- La primera vez - empezó a decir con la voz temblorosa - te ví con ella dentro de tu auto... Lo pasé por alto porque se que sueles ser bondadosa con todo mundo.

- Creo que ya habíamos hablado de eso pero... Veo que no te ha quedado claro ¿Verdad?

-Nada queda en claro cuando ocultas cosas.

- Ah dios, ¿Qué te eh ocultado?

- Fuiste con Isabelle al bar.

- Jacob fue quien lo hizo, él la invitó.

- Llegaste con ella a las tres de la mañana y tú me dijiste que esa noche no había nadie contigo pero en realidad Isabelle estaba en tu habitación.

Era muy seguro que Karla hubiera revisando las cámaras de seguridad y ahí había visto todo... Pero solo era una malinterpretación basada en sus celos.

- No es de esa manera, yo estaba inconciente, déjame explicarte.

- Es suficiente con lo que acabo de ver ayer y hoy, como se miran, como se sonríen, ¿disfrutan estar a solas no?

- Cariño.

- ¡No me digas cariño! - amenazó señalando mi pecho - ¿Dónde está tu saco? - preguntó y yo bajé la mirada --se le ve muy bien a Isabelle.

Karla mordió sus labios evitando el llanto y luego movió la cabeza con decepción, la había echo llorar y detestaba verla así, el dolor más grande fue cuando me dió la espalda para irse, no lo podía soportar.

- No porfavor - Karla se detuvo - estoy aquí por ti y eh tratado de ser lo que necesitas incluso cuando tú familia me ve muy por abajo, nunca nos importó la gente... ¿Qué ocurre?, ¿Así de fácil te rindes?

- Ya deja de decir eso - volvió a verme con tristeza - no puedes ocultar la atracción que sientes por Isabelle, estás aquí porque la extrañas y no me digas que no porque te conozco muy bien.

- Eso no es verdad, no te atrevas a poner en duda mi amor... Porque es suficiente con ver todo lo que eh soportado para ser digno de ti y aún ni con todo eso... No lo eh logrado.

Karla rodó una última lágrima y mis ojos se cristalizaron, tenía el corazón roto, era una señal del futuro dolor, me dí la vuelta al ver que ella ya no tenía nada que decir y menos ganas de hacer algo por lo nuestro, así que subí al auto y lo encendí conduciendo a toda velocidad con el llanto más cruel de mi patética vida.

( Dos semanas después)

Había bebido más de cuatro botellas de alcohol pero sigo llorando y siendo infeliz sin Karla, deseó con todas mis fuerzas volver al pasado y que todo sea como antes, cuando la tenía conmigo, no sé por qué duda tanto de mí, es una estúpida razón para irse, quizás solo... Ya no me ama.

Esa mañana mi copa estaba vacía, entonces tuve que levantarme de la cama para ir abajo donde más vino me esperaba, crucé mi habitación donde fotografías de Karla y mías rodaban por todo el lugar, había escrito más de cincuenta canciones y ni todas ellas terminaban de decir lo infeliz que era aquí.

Bajé y cuando llegué a la barra de bebidas serví mi copa hasta el borde, me dí cuenta que sobre la mesa había una hoja que parecía ser una canción.