Capitulo 2

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Mi corazón estuvo en un trance de sorpresa, mi mente me hacia un montón de preguntas porque no podía entender que carajos estaba haciendo ella enfrente de mi casa, sin embargo, de la manera mas discreta, estaba feliz por haberla visto una vez mas. Aunque en sus ojos, en sus intensos y encantadores ojos azules, ella no pensaba de esa manera y solo me veía indignada y sobre todo enojada. ¿Qué había hecho yo para sufrir esa mala mirada de la desconocida?

— ¿LP?, ¿Usted es LP Pergolizzi? — me preguntó, yo rodeé los ojos y asentí un "si" con la cabeza sin decir palabras — su perro se orinó en mi entrada. 

— ¿Mi perro? — cuestioné su equivocación — yo no tengo perros señorita.

— El vecino de a lado me dijo que este cachorro es de usted — en ese momento la chica levantó la caja donde un pequeño peludo asomaba la cabeza con ternura , yo lo miré, posiblemente alguien lo había abandonado. 

— Lo lamento pero ese cachorro no es mi perro.

— No voy a discutir si es o no es su perro ¿está bien? ahora tome — contestó dejando en mis manos la caja con el canino, que carácter arrogante y fuerte — espero que no se le vuelva a escapar. 

— ¿Pero cómo voy a cuidar de un perro que no es mío? — pregunté pero ella solo encogió los hombros.

— Estoy muy cansada como para ir de casa en casa preguntando de quien es, apenas y conozco a los vecinos.

— ¿Acaso es la nueva vecina que vive justo en frente de mi casa? 

— Exactamente — respondió mirando a su nuevo hogar y yo quedé aun mas sorprendida — soy...

— Isabelle — interrumpí recordando las palabras de el hombre, ahora la sorprendida era ella.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

— En está colonia todo se sabe — contesté con una sonrisa y justamente cuando quería parecer arrogante, ese pequeño can se levantó de manos lamiendo mi barbilla y dejándome en ridículo.

— Aww son tan tiernos juntos, hasta se parecen.

— ¿Me estas diciendo perro? 

— No, no, para nada — dijo moviendo las manos — simplemente se ven tiernos, seguro serán grandes amigos, bueno, me tengo que ir.

Isabelle dió la vuelta dejándome parada con el cachorro en la caja, suspiré sin saber que hacer con él quién me miraba tiernamente y me fue imposible recordar a Orson Wells.

— ¿Pasa algo LP?  — se escuchó la voz de Karla tras de mi y en ese momento la volteé a ver — ¿Y ese cachorro? ¿De dónde lo sacaste?

— AHH parece que lo abandonaron — contesté mirándolo, enseguida Karla fue a mí y tomo al perro con una sonrisa.

— Aww es tan hermoso, ¿verdad?... 

— Si, es bonito.

— Hola amiguito, ¿de dónde saliste? — le preguntaba como si el cachorro le fuera a responder —  Oye ¿y lo vas adoptar?.

— No — respondí — mañana veré un veterinario o no sé, alguien que lo adopte.

— Ay, deberías de adoptarlo tu, así ya no te sentirás tan sola —  dijo encantada con el perrito que movía la cola alegremente — vamos adentro, la cena esta lista.

LA GUITARRISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora