Capítulo 1

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Dejó algunos de sus libros en la blanca mesa y se dejó caer con cansancio en una de las sillas que habían en aquel comedor. Después de un día largo de trabajar y tener que estudiar para su universidad, para esas horas de la noche ya no tenía ninguna energía.

La morena se mantuvo así un buen rato, desparramada en ese asiento hasta reunir las energías suficientes que le permitan guardar sus cosas, tomar una ducha y quizás comer algo antes de dormir. Suspiró profundamente cuando decidió que ya era hora de seguir con sus últimas actividades, moría por acostarse en su cama y dormir hasta que no le quedara más opción que levantarse y empezar el día una vez más.

Justo cuando iba a levantarse, el sonido de aviso de su celular le hacía saber que alguien le estaba llamando y con pereza llevó una de sus manos hasta el aparato, asegurándose antes de ver quien era aquella persona que la estaba molestando.

Y era ni más ni menos que su actual pareja; Egan.

Sin muchos rodeos presionó el punto verde de su pantalla que daba en aceptar esa llamada.

—Hola, ¿qué pasó? —preguntó la joven mientras volvía a recostarse en la silla esperando a que el chico le respondiera.

—Sólo quería saber de ti, hoy no te reportaste —habló con su característico tono suave de voz que a veces realmente lograba relajar a la joven—. Quería saber si estabas bien.

—Perdón, hoy fue un día bastante pesado y realmente no tuve tiempo de revisar el teléfono. Ya sabes —explicó haciendo una pequeña mueca con sus labios.

—Y también sé que cuando no estás en tus mejores momentos, te aíslas de los demás —añadió el chico con un leve tono de regaño—. Deberías ir a tu terapia, ya van dos días que lo postergas.

En medio de su sermón, la morena suspiró ligeramente con cansancio. Su mente por unos segundos había dejado de prestar atención a las palabras de su pareja y se sintió ausente nuevamente en su realidad. Desde hace algunos años, había estado fantaseando tanto en su mente que llegó a afectar sus actividades diarias, sumado a la depresión que había adquirido, tuvo que asistir a terapia por ello.

—La terapia es costosa —resopló con cansancio—, por el momento sería mejor dejarlo; cuando me tenga mi título y más dinero, seguiré la terapia.

La razón por la cual Angélica había ido a terapia es por los constantes problemas que tenía con respecto a prestar atención a sus actividades cotidianas. Después de la supuesta partida de Katsuki, Angélica había quedado realmente afectada. Ella se había asegurado en todo ese tiempo para comprobar que lo que había pasado fuera real, y para su desgracia; todos sus intentos fueron fallidos.

Nadie recordaba a Katsuki, ni sus compañeros, ni Korki. Incluso el moreno la había tomado por loca cuando esa en una llamada, entre llantos, le había exigido que le dijera que el personaje de anime realmente había estado con ella y habían convivido juntos. Sin embargo, no consiguió nada.

—Ya te dije que yo puedo pagártelo —replicó el rubio con frustración—, no quiero que postergues algo tan importante.

—Sé que quieres ayudarme pero no me sentiría a gusto si hicieras eso contestó formando una ligera sonrisa cansada.

—Me preocupas mucho... —murmulló el chico en medio de la llamada— me gustaría que me cuentes más con respecto a las cosas que te suceden. Quizás no sea un psicólogo; pero soy tu pareja y quiero estar ahí para ti.

Angélica sintió un ligero calor en el pecho que pronto subió a su garganta formando un nudo. Egan era un buen chico y se sentía realmente feliz de tener a alguien así en su vida pero siempre sentía que realmente no merecía a una persona como él teniendo en cuenta su situación actual.

Realidad deseada [BakugoXOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora