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Sook iba caminado por la escuela, recibiendo muchas miradas que la juzgaban. Alcanzaba a escuchar los murmullos de las personas que estaban tratando de ser indiscretamente discretas. Volteaba a todas partes y sentía que no había ni una sola mirada que no la estuviera viendo con odio y asco.

Solo había una sola mirada que no la hacía sentir inferior, al contrario. Ver la sonrisa y los ojos de Taehyung la aliviaban, la hacían sentir tranquila y comprendida; al menos una sola persona entre toda la bola de hipócritas la apoyó y consoló.

Estaba terminando de guardar todo en su casillero, cuando una mano que la acorralaba contra este se hizo presente. Sook creyó identificar a la persona de inmediato; Suneul sonreía maliciosamente mientras Sook expresaba sus emociones con una mueca de asco.

—¿Qué quieres?—dijo sin hacer nada más que seguir mirándolo con desprecio.

—¿Sabes algo, querida Sook?—se apartó solo unos cuantos centímetros.—Es una pena, creí que de verdad querías salir conmigo.—ponía una cara de lastima, claramente falsa y de burla.

La expresión de Sook decía mucho, pero todo en su mente era un remolino. Se preguntaba cómo era posible que una persona con un físico tan atractivo fuera todo lo contrario por dentro. Se odiaba a sí misma por haber caído tan fácil y casi arrodillarse por completo ante los pies de alguien como Suneul.

Este tomó a la chica de la mandíbula, apretando esta con fuerza y causando que Sook comenzara a retorcerse para soltarse del agarre. Suneul chasqueaba su lengua y movía su cabeza de izquierda a derecha lentamente.

—No sabes lo mal que me dejaste aquel día, —comenzó.—ya tenía una reputación.

Sook seguía esforzándose en ser liberada, ahora incluso queriendo patear al chico frente a ella, pero este solo aplicaba cada vez más fuerza.

—¿Te digo algo más?—se acercó tanto, que pareciera que tenía como propósito besarla.—A mi nadie me deja mal.

Sook visualizó el brazo de Suneul, que se levantaba con propósito de tomar impulso suficiente. La chica cerró los ojos por instinto y trató de cubrir su rostro con sus brazos. Pero el impacto nunca lo sintió, solo lo escuchó.

Al abrir los ojos, vio cómo Suneul se encontraba acariciando su labio y a Taehyung mirándolo con rabia. Este se acercó a su aterrada amiga, que no supo más que esconderse detrás de su alto amigo.

Suneul, una vez que se sentía mejor, volteó a ver a los dos, mostrando de las sonrisas más falsas que había podido haber en el universo. Quiso acercarse más a Sook, pero el brazo de Taehyung le impidió dar un paso más.

Taehyung estaba apresando su ira de la mejor forma posible, pues no se encontraba en el mismo ambiente que antes; ya no estaban en la casa de un alumno, estaban en la escuela, con posibles profesores siendo capaces de admirar la escena.

Aún así, nunca se negaría que el chico frente a él le daba asco, que le revolvía su estómago, no por miedo, sino por furia. El semblante serio y firme de Taehyung sorprendió hasta a la misma Sook, quien seguía encogiéndose detrás de su mejor amigo.

—No puedo creerlo.—suspiró Suneul.—¿Kim Taehyung, otra vez?—después de la pequeña pregunta apuntó con su dedo índice a la chica.—Esto no se queda así.—y se marchó.

Sook salió de su escondite, a penas dándose cuenta de que sostenía fuertemente uno de los brazos de su mejor amigo. Volteó para arriba, para ver el preocupado rostro de Taehyung. No pudo evitarlo; soltó desesperadamente el brazo y sacudió un poco su cabeza.

—Vamos.—dijo Taehyung comenzando a caminar.

—¿A dónde?—la chica lo alcanzó.

—A la oficina del director.—Sook lo miraba sin comprender.—Suneul tiene razón en algo: esto no se queda así.

Taehyung y Sook le explicaron juntos al director lo que su compañero había causado, y este les dijo que hablaría con Suneul, para hacerle un cuestionario y ver cómo podían arreglar el malentendido. Claro que Taehyung no iba a quedarse sin castigo, así que tendría que quedarse una tarde y limpiar todo el salón sin que nadie lo ayudara.

Sook volteaba a ver Taehyung cada dos por tres en el camino de regreso a casa, desviando su mirada cuando este llegaba a notar los ojos de la chica sobre él.

—Gracias, —comenzó a hablar la chica tímidamente.—por todo.

Taehyung le sonrió y se detuvo, Sook hizo lo mismo. Dio unos pasos más para quedar más cerca del chico, de forma que estaban frente a frente. El chico miraba a su amiga, recordando la cara de tristeza y dolor del día de la fiesta, y la de horror que pudo apreciar cuando Suneul estaba por herirla.

No. Jamás se perdonaría si alguien llegaba a hacerle daño a Han Sook, jamás. Ahora, por alguna razón, se creía responsable de la chica y de su bienestar, tanto físico como sentimental.

Tomó a la chica de los brazos y la atrajo hacia él, causando que la cara de Sook estuviera estampada contra su pecho. La abrazó y acarició su cabello por unos segundos, y después la soltó dejando a Sook con una cara perpleja.

De repente tanto Sook como Taehyung comenzaron a sentir golpecitos sobre sus cuerpos y reaccionaron al ver que caían pequeñas gotitas. El cielo ciertamente estaba adornado de nubes grises y Sook jaló del uniforme de Taehyung, anunciándole que debían de irse rápido, pero este no se movió.

Sook se volteó a ver a su amigo, que aún se encontraba sonriente y tranquilo, como si no hubiera notado que estaba a punto de caer una tormenta. Nuevamente se acercó a él, y este no dejaba de sonreír.

—Siempre voy a estar ahí, Sook, —sonrió un poco más, cuando la lluvia se desató y las gotitas caían como locas.—siempre.

Esta vez ninguno de los dos se movió, ambos se encontraban demasiado concentrados en la mirada del contrario. Sook estaba encantada con los ojos del chico, no podía dejar de mirarlos; la sensación en su estómago era fuerte, al igual que los latidos de su corazón, pero su alma se encontraba en paz.

Taehyung se sentía orgulloso de poder hacer algo por su amiga, y estaba feliz de tenerla junto a él.

No saben si fueron segundos o minutos, pero después de lo que pareció ser bastante tiempo parados bajo la lluvia sin ningún tipo de protección, se encontraban corriendo por el vecindario camino a sus casas.

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Sook finalmente estaba parada frente al edificio de la empresa en la que tanto anhelaba trabajar. Su estómago le advertía a gritos que nada bueno saldría de la conversación con el señor Kang, pero su corazón latía de emoción e ilusión.

Miró hacia su derecha, donde Taehyung le mostraba su pulgar en forma de ánimo. Sook pudo leer en los labios del chico un "¡Tu puedes!", lo cual la motivó. Respiró profundamente una vez más, siendo recibida por las puertas de cristal abriéndose ante ella.

En ese momento sentía que nada la iba a detener, que nada más se iba a imponer en su camino; se sentía imparable. Al menos hasta ese momento.

—Bienvenida, Han Sook.—sonreía Suneul.—Déjame guiarte hasta la oficina del señor Kang, te espera con ansias.

Taehyung desde afuera, miraba el edificio, feliz por que su amiga pudiera finalmente cumplir su sueño. Sabía que Sook se merecía lo mejor, pero también estaba preocupado.

Al fin y al cabo, él fue el que la alentó a ir a la entrevista, y se sentiría la peor basura del mundo si ella llegaba a resultar herida. No tenía por qué, pero se sentiría culpable hasta lo más profundo de su alma.

𝒰𝓃𝒹ℯ𝓇 𝒯𝒽ℯ ℛ𝒶𝒾𝓃 [ᴷⁱᵐ ᵀᵃᵉʰʸᵘⁿᵍ] ❥ completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora