El trabajo se le comenzaba a hacer eterno a Sook, pero mentiría si dijera que no le gustaba; estaba enamorada con la empresa y su trabajo, pero su cuerpo no daba para más, y uno de esos días atrapó un fuerte resfriado, teniendo que avisar que faltaría tanto a sus clases como a sus jornadas de trabajo, y el clima solo lo empeoraba. De todas formas, todavía no le había avisado a una persona en especial...¿Debería avisarle? ¿Después de esa incómoda plática que tuvieron el otro día? ¿Y si se molestaba? No sabía que hacer, así que prefirió no hacer nada, y mejor estaba encerrada en su cuarto, enredada en cobijas gruesas y suaves sobre su cama; cobijas que a penas le permitían ver hacia el frente. Después de un fuerte estornudo que hizo sacudir su cuerpo entero, escuchó unos cuantos golpes desesperados a la puerta de su casa, y ya se estaba haciendo la idea de quién se trataba.
Sosteniendo las cobijas de la mejor forma alrededor de su cuerpo, se levantó y se puso las pantuflas, escuchando como los golpes se volvían cada vez más desesperados y apresurados. Trató de gritar para avisar que estaba en camino, pero recordó que su voz sonaba mil veces peor que toda una orquesta de instrumentos desafinados que tocaban una pieza diferente a la vez.
Solo se encaminó a la entrada, abriendo la puerta con dificultad y entrecerrando sus ojos por la luz de la tarde, que no ayudó a visualizar a la persona frente a ella, y solo hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz, alcanzó a ver a un estupefacto Taehyung parado en la entrada de su casa. Quería cerrarle la puerta en la cara, pero este entró como si nada y corrió a la cocina, dejando su mochila sobre la mesa y sacando distintos ingredientes de algunos estantes.
Sook, en vez de seguir parada en la entrada para hacerle compañía al frío viento otoñal, cerró la puerta y se sentó en la mesa, viendo como Taehyung se movía de un lado al otro apresurado. Quería preguntarle por lo que estaba haciendo, pero entre el movimiento del chico y la horrible quebradura de voz que tenía, no tenía ganas de abrir la boca, y solo se quedó esperando, hasta que Taehyung posó una taza justo frente a ella sobre la mesa.
Sook vio la taza y después a su amigo, quien mantenía una seria mirada, y luego la regresó a la taza nuevamente. No sabía que hacer; ¿tomarle, tirarla en el fregadero, o tirársela encima a Taehyung? No tuvo que pensar mucho cuando él igual ya tenía una taza servida, así que tomó con sus dos manos la taza, sopló un poco el contenido y dio un sorbo; no estaba nada mal.
—Sook, —el chico tomó asiento frente a ella, y antes de continuar miró hacia abajo y suspiró.—¿por qué no me avisaste que estabas enferma?—la chica no sabía si contestar o no, y solo movió los labios para no quedarse sin hacer nada.—Está bien, no forces tu voz.—dijo tomando un sorbo al té.
La chica tomó un sorbo igual, relamiendo de sus labios el líquido que se quedaba allí, sonriendo tontamente, pero consciente de que lo estaba haciendo. El té verdaderamente no estaba nada mal, le encantó, a tal punto que cuando terminó de tomarse toda una taza, quiso tomar una segunda.
—¿Te gustó tanto?—preguntó Taehyung mientras le servía, y la chica asintió con la cabeza en respuesta.
Taehyung se fue a sentar nuevamente, dándole primero la taza a Sook y después recargando sus codos en la mesa; le gustaba ver que Sook estuviera tan cómoda tomando té con ese aspecto tan... peculiar: sus ojos cabellos enredados en un chongo mal hecho, sus ojos con unas pequeñas ojeras por debajo, sus labios un poco descuidados y su nariz roja por el resfriado; se le hacía muy tierna.
—¿Dónde aprendiste a hacerlo?—esa pregunta parecía más un respiro que un murmuro por el volumen tan bajo que había empleado la chica para hacerla.
—En Daegu, antes de venir a Seúl.—dijo sonriendo orgulloso.—Sé preparar todo tipo de tés, y este te va a ayudar a que te sientas mejor.—dijo tiernamente.
—Gracias por venir, Tae.—agradeció dulcemente la chica en un suspiro, soltando de repente la taza y llevando sus manos a su boca, cubriéndola y evitando escupir a todos lados por la tos.
Por alguna razón, Taehyung se asustó mucho, levantándose al instante y acariciando la espalda de Sook por encima de la cobija. No sabía lo que estaba haciendo realmente, pero se agachó un poco más, entrelazó sus dos manos por el frente del pecho de la chica y recargó su barbilla en uno de sus hombros.
Sook se sobresaltó ante ese abrazo, y no sabía que hacer para romperlo. Obviamente no quería que se rompiera; se encontraba más que cómoda y cálida en los brazos de su mejor amigo, pero no era correcto, no cuando a Taehyung le gustaba alguien más.
—Tae, puedo contagiarte.—se excusó y siguió tociendo.
—No importa.—soltó tranquilo.
—Pero- —la tos no la dejaba hablar con calma, y solo podía seguir exhalando aire a lo loco mientras Taehyung la abrazaba.
Comenzó a sentirse peor, y solo quería hacer una cosa: dormir. Así que se levantó y fue a su sala, acostándose en el sillón más grande y escondiendo su rostro entre las cobijas. Se le hacía una falta de respeto ella poder estar en su cuarto y tener que dejar a Taehyung solo en el resto de la casa, pero no le molestaba en absoluto; de hecho, hasta podía asegurar que el sillón era igual o más cómodo que su cama.
Cerró sus ojos plácidamente y dejó que cada uno de los músculos de su cuerpo se relajaran. No pasó mucho tiempo, cuando ya no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor, y su mente podía estar tranquila en un sueño profundo.
⋰
Abrió los ojos lentamente, notando que todavía había luz colándose por las ventanas de su casa. Decidió sentarse sobre el sillón y cuando terminó de tallarse los ojos suavemente, vio frente a sí una imagen similar a la que había presenciado hace unos años; Taehyung estaba dormido, acostado en un sillón más pequeño, y que por su tamaño, alcanzaba a sacar los pies del límite del mueble.
Sook rió por lo bajo al ver esa tierna escena, estirándose y poniéndose sus pantuflas mientras se levantaba; se sentía mil veces mejor, y el té al parecer funcionó de maravilla. Pero al ver que Taehyung no tenía nada con qué cubrirse, fue por unas cobijas y se las puso encima, esperando que no se fuera a despertar por el tacto de la tela con su piel.
Adoraba esa imagen; Taehyung, el hermoso Kim Taehyung, acurrucado como niño pequeño entre las cobijas, con cabellos desastrosos y respiraciones relajadas. Se perdió tanto en el momento, que notó que el sol finalmente se había escondido en el horizonte, haciéndole entender que la noche ya había empezado.
Ella no tenía muchas ganas de hacer algo que digamos, y fue por eso que decidió simplemente avisar que al día siguiente ya iba a asistir a sus clases y al trabajo. Pero como no tenía nada de energías para hacer algo más, solo se sentó en uno de los sillones por un momento en silencio.
—Tae...— sonreía, miraba con sus ojos entrecerrados al chico del que estuvo enamorada inconscientemente desde hacía cuatro años.—Si tan solo supieras...— murmuró, hipnotizada por la belleza de Taehyung. Suspiró.—Si tan solo supieras cómo te quiero...—se acostó nuevamente en el sillón, cerrando sus ojos y concentrándose en entrar al mundo de los sueños.
No llevó mucho tiempo el quedarse dormida, tiempo que Taehyung aprovechó para abrir los ojos y verla.
¿"Como me quieres..?"
Sonrió pensando en la posibilidad de que el chico que le gusta Sook sea él mismo y más tarde se dio un golpe mental por haber hecho el ridículo frente a ella, diciéndole que ese chico era un idiota. Tal vez estaba en lo cierto aquella vez; tal vez Kim Taehyung era un verdadero idiota que no merecía a Han Sook, una chica asombrosa, talentosa y dedicada.
Al menos creyó que finalmente tenía las cosas en claro, y quizás ella aún no lo sabía, pero él estaba más que perdido por ella, y no había nada que pudiera hacer. Y ya estaba decidido; al fin le revelaría todos halagos y esas palabras bonitas que tuvo presentes cuando pensaba o estaba con Sook. En su mente se repetían millones de escenarios que mostraban las distintas reacciones que la chica podría mostrar y estaba aterrado ante aquella en la que lo rechazaba cruelmente.
Pero ya había ideado un plan, y ahora se apegaría a él, hasta la muerte; era hora de decirle aquello que tanto ansiaba decirle a Sook.
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𝒰𝓃𝒹ℯ𝓇 𝒯𝒽ℯ ℛ𝒶𝒾𝓃 [ᴷⁱᵐ ᵀᵃᵉʰʸᵘⁿᵍ] ❥ completa
FanfictionUn día bajo la lluvia lo cambió todo. Los días siguientes parecían ser normales para Kim Taehyung, pero Sook tuvo que sufrir a diario el calor que tornaba sus mejillas rojas, las mariposas en su estómago, los nervios de tenerlo cerca y los celos de...