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—Y eso sería todo, alumnos. Felicidades por terminar este proyecto exitosamente. Pueden irse.—anunció el maestro para finalizar su clase y dejar a todos los alumnos salir un poco antes del receso.

—Bien hecho, Kim, Han.—Suneul sonrió amablemente.

—Al fin...—Taehyung se estiró sobre su silla y Sook guardaba todas sus cosas en su mochila.

—Tengo que irme, chicos.—corrió apresuradamente a la puerta del salón, agitando su mano en despedida.—Nos vemos.

Cuando Taehyung vio que Sook ya se había ido, tomó su mochila y estaba por salir solo del salón, cuando la voz de su compañero de equipo lo alertó.

—¿Quieres ir a tomar algo?—se volteó y vio cómo Suneul sonreía con incomodidad.—La cafetería aún está abierta.—sugirió.

Taehyung no sabía cómo reaccionar, así que no abrió la boca, pero se acercó al chico y asintió con su cabeza suavemente, para que ambos salieran de la facultad hacia el patio, donde había una acogedora cafetería. Ninguno de los dos habló en el transcurso del camino, y el ambiente era acompañado por alumnos cargando cosas de un lado para el otro, maestros con tazas y folders en sus manos y un agradable clima otoñal.

Al llegar a la cafetería, ambos tomaron asiento a una mesita, pidieron su orden y esperaron pacientemente a que esta llegara. La fría brisa jugaba con los cabellos de ambos, alzándolos ligeramente, causándoles a ambos una piel de gallina. La señorita que los estaba atendiendo llegó casi inmediatamente y dejó sobre la mesa los cafés que habían pedido, retirándose al instante.

El ambiente comenzaba a incomodar al chico, sobre quien Suneul mantenía su mirada. Sin muchas ganas, sostuvo la taza en su mano y la llevó a sus labios, saboreando después un poco del cálido latte, evitando mirar al chico frente a él directo a los ojos.

—Lo siento.—escuchó decir al chico, y sintió cómo el café se le iba chueco.

Se levantó de su silla mientras tosía, soltando la taza de golpe sobre la mesa y llevando sus manos a su boca, inhalando y exhalando aire con locura, preocupando también a Suneul, quien corrió a darle unos golpes en la espalda. Poco a poco la tos cesó y ambos volvieron a sentarse a la mesa.

—¿Te encuentras bien?—preguntó Suneul asustado.

—¿Qué fue lo que dijiste?

—Que lo sentía.—Taehyung hizo una mueca en confusión.

—¿De qué hablas?—torció la cabeza y se acomodó en la silla, mientras Suneul aclaraba su garganta.

—Al sugerirle lo de la empresa Kang a Sook, le estaba pidiendo perdón, y mas tarde le expliqué con calma...

—Sí, me contó.—interrumpió murmurando.

—Pero no he hablado de ello contigo, y...—se rascó la nuca y juntó sus manos sobre la mesa.—Lamento haber sido un idiota hace unos años, —rio suavemente.—no sé cómo recompensártelo.

Al ver que Suneul dirigió su mirada hacia abajo, Taehyung soltó una pequeña risita. Sí; definitivamente Suneul fue el peor idiota sobre la tierra, y le hizo mucho daño a Sook durante bachillerato, pero ya incluso le ayudó a trabajar en la empresa de sus sueños y se disculpó de forma adecuada; no había razón para seguir odiando a Young Suneul. Además, ya eran adultos.

—¡Hey, no importa!—bromeó el chico, golpeando el aire con su puño de broma.—No te pongas así por algo de hace cuatro años.—sonrió sinceramente.—Ya dejaste en claro que no vas a hacerle daño a Sook, eso es lo que importa.

𝒰𝓃𝒹ℯ𝓇 𝒯𝒽ℯ ℛ𝒶𝒾𝓃 [ᴷⁱᵐ ᵀᵃᵉʰʸᵘⁿᵍ] ❥ completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora