Un cambio a mitad de año no era la mejor idea que se le había ocurrido a Han Sook para evitar los problemas que tenía, pero seguramente la última que le quedaba. Sus 'amigos' ya le habían causado suficiente daño y no soportaba seguir asistiendo a la misma escuela que ellos. Necesitaba irse. Y así lo hizo.El cambio a un nuevo bachillerato no podía ser tan malo. Al final no terminó siendo la única que sería la recién ingresada.
—Kim Taehyung, señor.—repitió el chico al director de la escuela.
Sook solo evitaba mirar ese rostro. Una piel cuidada, rasgos marcados, ojos cautivadores y estatura alta, sin mencionar el tamaño de sus manos. Pensaba en el carácter que podría tener, siendo claramente un "cara bonita". El pensamiento cliché del "chico guapo tipo Playboy de la escuela" invadió su mente.
Claro que ningún cara bonita se veía malo al principio, y si es que llegaba a serlo, las chicas jamás podrían negarse a alguien tan atractivo, era simplemente imposible.
"¿Caeré algún día por los encantos de un chico como él?"
Presentaciones. Muchas presentaciones; maestros compañeros, nuevas amigas. El tener que repetir su nombre una y otra vez comenzaba a hartarle. Las multitudes y las millones de voces la cansaban, por lo que fingió estar enferma y se levantó de la mesa, solo para querer dirigirse a su nuevo casillero y poder recargarse en él durante el resto del recreo.
—¡Hey!—una sonrisa cuadrada, sincera y peculiar se hizo presente, e hizo que la chica se detuviera a mitad del pasillo.—La nueva, ¿no?—
"El nuevo, ¿no?"
—Hola.—seco como el desierto, sin color, frío, cansado.
—¿Recuerdas dónde están los casilleros de nuestro salón?—apretó los labios, aún sonriendo.
"Justo..."
—Ve al fondo del pasillo y camina unos cuantos pasos más hacia la derecha. Nuestros casilleros empiezan a partir del número 217.—se dio la vuelta y quiso desaparecer.
—¿No me acompañas?—preguntó antes de que la chica pudiera hacer algo.
—Iba para allá, pero acabo de recordar que no tengo una razón por la cual ir.—sonrió un poquito.
—En ese caso, ¿puedes acompañarme?—lo mucho que el chico insistía era desesperante.—Al fin y al cabo los dos somos los nuevos.
"Ajá, ¿y?"
Comenzó a debatir el tema en su mente; podía regresar al comedor y tendría que aguantar las abrumadoras preguntas de millones de personas, o podía simplemente irse con el chico insistente y tener que escuchar una sola voz.
No lo pensó mucho, solo accedió. Ambos caminaron a los casilleros, el chico comenzó a meter unos libros que Sook aún no había logrado identificar.
—Se supone que todos los alumnos los tienen que comprar.—contestó.
Demonios. Cómo se le pudo olvidar algo así, algo tan simple como pedirle a su papá que le diera el dinero para comprar los libros que necesitaba. No tenía muchas razones, no tenía porque sentir estrés; este solo era el comienzo.
Aún así se permitió desplomarse mientras se recargaba en los casilleros, tal como lo había planeado antes de toparse con el nuevo. Por alguna extraña razón, este hizo lo mismo; se desplomó en el suelo junto a la chica, quien lo miraba desconcertada.
—Los comienzos son agotadores, ¿no?—suspiró al final de la frase.
"Demasiado."
—Pudo haber sido peor.—la indiferencia no era algo de su rutina diaria, pero el preferir guardarse las cosas sí. Simplemente estaba con muy poca energía y sin ganas de hablar con nadie.
—Sí, tienes razón.—nuevamente le lanzó una mirada sorprendida.—Al menos no estoy solo en mi primer día de clases, al menos te tengo a ti.
Lo dijo muy fácil, como si se conocieran de por vida. El chico de nombre...
—Soy Sook, Han Sook.—quiso que le repitiera su nombre de la forma menos incómoda posible.
—Taehyung, Kim Taehyung.—replicó.
☔︎
—Hey, ¿qué te toca?—mordía un sandwich con ganas de comerse otros cien de esos.
—¡Que asco, no abras la boca mientas comes!—Sook apartó la cara del chico de un manotazo en forma de broma.—Me toca con Lee, tendré que aguantar esa tortura.
—¡Ha, que mala suerte! Yo tengo con Choi.—sonrió burlón mientras masticaba frente a ella muy gustosamente.
—¡Iiiiuuuuu!—está volvió a darle un manotazo.
No creyó que el tiempo pasara tan rápido. Ya pasaron 5 años y hasta ahorita Taehyung no era el tipo de Playboy que creyó que era. Era más bien el chico al que todas querían, pero al que pocas se acercaban por miedo a ser rechazadas.
Era el chico sonriente de la universidad, el atlético, el guapo, el tipo de chico que todos querían ser y el chico anhelado por todas. Todas.
—¡Hey, Tae!—Young Minkki le mostró el balón de básquet que tenía en la mano.—¿Vienes?
El nombrado le sonrió a su acompañante y simuló un disparo al corazón de la chica frente a él, despidiéndose con un "hasta luego" y una sonrisa con la que todas las chicas al rededor se derretían.
Un suspiro y una mini risa salieron de los labios serios de Sook al momento de acomodarse la bolsa en el hombro y ver cómo su mejor amigo se alejaba con su grupo de amigos camino a las canchas. Cuando se aseguró de que ya no la podían ver, rompió un poco su rutina diaria (como era costumbre) e hizo lo que tanto la ponía nerviosa.
Fue corriendo al pasillo de los casilleros, sabiendo que él siempre iba allí después de jugar, y buscó un número en específico. Al estar parada frente al indicado, lo abrió y admiró rápidamente el contenido; fotos, notas de deberes y muchos cuadernos acomodados cuidadosamente.
Sonrió al ver lo muy ordenado que era y que siempre había sido. Metió una botella de agua, una toalla, frituras y una barrita energética. Se aseguró de que nadie la estuviera observando y cerró de golpe la puerta.
Agradecía que se acordara todos los días de la clave de su casillero, a veces ni se la sacaba de la cabeza con tal de recordarla por la eternidad. Dependía de esos 7 dígitos el poder llevar la relación que tenía con él, a algo un poco más... poderoso...
Una vez tranquila, se fue a la cafetería, se acercó a las máquinas expendedoras y compró un agua, esta vez para ella. La abrió y saboreó lo fresca que era, experimentó como el nudo del estómago desaparecía después de un trago de H2O.
"Que alivio."
ESTÁS LEYENDO
𝒰𝓃𝒹ℯ𝓇 𝒯𝒽ℯ ℛ𝒶𝒾𝓃 [ᴷⁱᵐ ᵀᵃᵉʰʸᵘⁿᵍ] ❥ completa
FanficUn día bajo la lluvia lo cambió todo. Los días siguientes parecían ser normales para Kim Taehyung, pero Sook tuvo que sufrir a diario el calor que tornaba sus mejillas rojas, las mariposas en su estómago, los nervios de tenerlo cerca y los celos de...