Todos en el pequeño pueblo sabían que no debían de acercarse al bosque, pero en su inocencia, un niño parecía haberlo olvidado mientras que perseguía un pequeño zorro.
Corría tras el animal tan rápido como sus cortas piernas se lo permitían, perdiéndose entre los frondosos árboles.
ㅡ ¡No vayas tan rápido!
Pero el animal no se detenía, seguía corriendo como si la vida se le fuera en ello, ondeando su cola con elegancia al saltar sobre las raices caídas y los arbustos que se interponian en su camino.
Los jadeos del niño rompían el silencio del bosque, quién paró de correr al notar que estaban llegando a una parte del bosque que no conocía, se giró apresurado, buscando al travieso zorro entre los arboles.
No lo veía por ninguna parte.
ㅡ ¿Zorro...?
El eco de su voz retumbó entre los arboles, sus pequeñas manos comenzando a formarse en puños.
ㅡ ¡Zorro!
Pero sin importar cuánto gritara el animal no aparecía, y al cabo de unos minutos la desesperación cobró vida en su interior, lágrimas amenazando con caer de sus azulados ojos.
No sabía como volver a casa y el zorro había desaparecido.
Estaba solo, de nuevo.
Los sollozos del niño que decidía sentarse en el suelo podían escucharse a través del bosque, perturbando la paz de otras criaturas que se encontraban ahí y llamando a otras.
Pronto unos intensos rubíes estaban observando la escena con atención y molestia, acercándose lentamente hasta quedar frente al lloroso pelinegro.
ㅡ Deja de llorar, niño.
El niño levantó la cabeza, delante suyo se encontraba otro niño, de exóticos orbes carmín y el cabello coloreado en un gracioso rosa palo, pero que aparentaba ser uno o dos años mayor que él, llevaba un kimono blanco y delicado, con pequeños detalles en negro, contrastando con el rostro ceñudo y rudo de su dueño.
ㅡ ¡Entonces no desaparezcas así, estúpido zorro!
ㅡ Deja de llamarme zorro, niño tonto.
El de las cuencas rojizas se acercó al pequeño peligro y le tendió la mano al que estaba sentado en el suelo, ya no lo miraba, pero su mueca de molestia seguía ahí.
ㅡ No quieres decirme tu nombre nunca, y sí eres un zorro.
Murmuraba el otro niño, tomando la mano que se le era ofrecida para levantarse del suelo.
ㅡ ¡Que no lo soy!
La suave risa del pelinegro molestó aún más al niño mayor, quien soltó su tonta mano, preguntándose como un niño tan molesto podía tener la piel tan suave y cálida.
ㅡ Sukuna.
ㅡ ¿Qué?
ㅡ ¡Que me llamo Sukuna, niño tonto!
Una sutil sonrisa se formó en los labios del niño de iris marinas, contento por descubrir el nombre del otro niño.
ㅡ Soy Megumi, Fushiguro Megumi.
Se presentó con entusiasmo en una reverencia que fue ignorada por el altanero pelirosa.
ㅡ No me interesa.
El niño altanero ㅡahora identificado como Sukunaㅡ le dió la espalda al pelinegro, quién borró su dulce sonrisa lentamente al ser ignorado.
ㅡ ¿Vas a quedarte ahí parado? Tengo que llevarte fuera del bosque antes de que se ponga el sol.
Los misteriosos ojos escarlata veían con seriedad al otro por sobre el hombro, porque aunque no lo admitiera, no quería que el alma pura de ese niño de bonitos ojos azules fueran testigos de la demoníaca oscuridad que envolvía al bosque al caer la luna.
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¡Hey! ¿Como están, bebés? ☄
Sé que dije que iba a estar menos por aquí, y es cierto, pero tenía esto en borrador y disfruto de escribir apenas tengo un ratito libre y los capítulos serán cortos, so...
👉👈
No se olviden de que son totalmente libres de comentar lo que deseen. 💕
Espero disfruten de este nuevo proyecto, lento, pero seguro. ❤❤
ㅡ Vanger.
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T e e t h || SukuFushi
FantasyTodos en el pequeño pueblo sabían que no debían de acercarse al bosque, pero en su inocencia, un niño parecía haberlo olvidado mientras que perseguía un pequeño zorro. ㅡ ¡No vayas tan rápido! Pero el animal no se detenía, seguía corriendo como si l...
