Era domingo por la mañana y Megumi solo podía quedarse mirando el techo de su habitación, pensando en lo rara que era su vida desde que se mudaron a ese pueblo hace cinco años.
Comenzando por el hecho de tener por único amigo a un ser algo sádico de dudosa procedencia que podía transformarse en animal y, que para variar, conoció colandose al bosque al que tanto le prohibieron acercarse.
Tomó una de sus almohadas, gimiendo quedamente sobre ella, avergonzado, podía recordar como había perseguido al pobre zorro mientras que era un niño, tirandole de la cola y hostigandolo hasta que accediera a jugar con él en el bosque.
Y como lo había llamado "ángel" inumerables veces, enterró el rostro en la almohada con las orejas rojas, Sukuna nunca tocaba el tema, pero él no podía olvidarlo, esos recuerdos lo atormentaban día tras día, que niño más pesado fue.
ㅡ ¡Megumi, baja a desayunar!
Sacó la cabeza de la almohada a regañadientes al escuchar la voz de su padre y se vió obligado a levantarse de la cama, se sentía demasiado cansado.
Aunque Sukuna pudiera curarle las heridas que se hacía mientras que le enseñaba como defenderse, el cansancio mental que este le provocaba no podía quitárselo.
O quizás solo era muy flojo y buscaba excusas para quedarse sobre la mullida cama todo el día.ㅡ Buenos días, papá.
Toji levantó la mano, la tostada en su boca le impedía hablar, Megumi rió, preguntándose como su padre podía ser tan él. Se quedó observandolo mientras desayunaban, los ojos de su padre no brillaban como le gustaría que lo hicieran, frunció los labios, ¿Su padre siquiera tenía una vida fuera de la casa y el trabajo?
No lo creía, el hombre se había alejado de todas sus amistades y dedicado completamente a él desde el fallecimiento de su madre.
Toji Fushiguro vivía por y para su hijo.
Ahora Megumi ya no era tan pequeño, era consciente de que su padre no necesitaba hacer eso, él también debería de tener una vida.
ㅡ ¿Alguna vez consideraste volver a salir con alguien, papá?
Toji frunció el ceño, atragantandose con la tostada que masticaba, el menor de los pelinegros se levantó a la apurada para darle palmaditas en la espalda al pobre hombre que tosia como si no hubiera un mañana, una vez pudo respirar, tomó el vaso de leche que tenía a lado del plato, dándole un largo trago.
ㅡ ¿Qué?
El hombre miró a Megumi, preguntándose si era cierto que los hijos eran espejos, porque Toji se negaba a creer que la falta de tacto en el adolescente era culpa suya, no podía serlo ¿O sí?
No, seguro que no.
ㅡ Que si quieres volver a salir con alguien.
Toji suspiró, los expectantes zafiros fijos en él, no supo qué contestar, ¿Megumi querría una figura materna o algo así? Porque no encontraba otra explicación para que le estuviera preguntando eso, sintió la garganta seca, él no estaba listo para eso.
ㅡ No lo creo, hijo.
Megumi frunció el entrecejo, su aniñado rostro mostrando abiertamente su descontento con la respuesta que recibió, estando casi seguro de que su padre no comprendió a lo que él se refería.
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T e e t h || SukuFushi
FantezieTodos en el pequeño pueblo sabían que no debían de acercarse al bosque, pero en su inocencia, un niño parecía haberlo olvidado mientras que perseguía un pequeño zorro. ㅡ ¡No vayas tan rápido! Pero el animal no se detenía, seguía corriendo como si l...