Almas Perdidas

La verdadera magia.

No recuerdo cuantas noches pasé desde niña llorando sola en mi habitación, escondida de mis padres para que no se preocuparan o se enojaran. Cuanto añoré  tener una varita mágica, que aunque solo por unas horas, pudiera sacarme de mi realidad. Pero fui creciendo y dejé de creer en la magia, pero todo eso comenzó a cambiar en las últimas semanas.

Y algunos dirán que la magia no existe, pero como explicarle la magia a los muggles. La magia está en todo lo que nos rodea, pero como una vez aprendiera un pequeño príncipe que como nómada sin rumbo pasó su vida viajando de planeta en planeta en busca de ella, lo esencial es invisible a los ojos y solo se puede ver con el corazón. Y la verdadera magia es así, solo puede ser vista con el corazón, y aquellos que cuando crecieron olvidaron como ver con los ojos cerrados tal como hacen los niños ya no pueden creer en la magia.

¿Y dónde redescubrí la magia? Pues en lo más bello y sublime de toda la Creación: en el amor. Ese que es tan colorido como la marca de Noé, que llega como señal de paz y consuelo después de las fuertes tormentas. Qué no discrimina, que no juzga, que todo lo sana, que todo lo perdona.

Encontré el amor, cuando solo estaba buscando soledad, encontré la magia cuando estaba dejando de creer. Los hallé a ambos en el sitio menos esperado y en alguien con quien tropecé en sueños.

Mi Hermione me tomó de la mano y me sacó de la alacena donde me había ocultado siempre junto a mis miedos e inseguridades, que crecían por día y ya casi no dejaban espacio para mí. A su lado descubrí el verdadero poder que tenía y que me habían obligado a ocultar.
Ya no le temo a muggles ni dementores,  aprendí a realizar mi Patronus...y ... Adivinen que forma tiene....

                  Atte. Anna