Había una vez, en algún lugar distante, mágico y desconocido vivía una pequeña hada que soñaba cada día con ser libre y volar hasta los rincones más escondidos de la Tierra y disfrutar del maravilloso espectáculo que brindaban el Sol cuando llenaba el cielo de nubes de fuego, de beber del rocío que le brindaban las verdes hojas del bosque cuando la Luna comenzaba a abandonar la bóveda celeste, cantar al ritmo de los ruiseñores, y conocer a todas las criaturas que poblaban aquel misterioso paraje, pero creció escuchando que alguie como ella no podía cumplir sus sueños, y así se convirtió en prisionera de sus miedos y de sus inseguridades.
Tenía las alas más hermosas de todo el reino, pero le daba miedo usarlas porque aquellos que la envidiaban le decían que eran las alas más horribles que habían visto en su vida, quería volar, pero no sabía cómo, o mejor dicho, no se atrevía a hacerlo.
Pasaron los años y abandonó su hogar para irse a vivir a una oscura cueva en las profundidades de la tierra lejos de todos y ahí se fue marchitando poco a poco, pues no se atrevía a salir de ella.
Durante una tormenta que parecía nunca acabar, su cueva comenzó a inundarse y ella empezó a desesperarse, trepó a los lugares más altos de la cueva, pero el nivel del agua seguía subiendo y subiendo a cada minuto, ya no podía trepar más, el agua le llegaba ya a las rodillas.
El miedo a morir allí olvidada y alejada de quienes amaba despertó una fuerza en su interior que no conocía y sin saber como, sus alas estaban abiertas en todo su esplendor y aleteando.
Estaba volando, salió así de la cueva subterránea y voló, voló lejos, voló alto, hasta la copa del árbol más grande del bosque, en el preciso momento en que el primer rayo de Sol se dejaba ver tras las negras nubes y reflejaba en sus alas un magnífico arcoiris, el más grande y bello que se hubiera visto alguna vez por aquellas tierras.
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Almas Perdidas
Krótkie OpowiadaniaMuchas son las almas perdidas que andan vagando por este mundo en busca del amor, de la amistad, de atención, de afecto, de un sentido para sus vidas y para sus muertes. Tú puedes ser una de esas almas...