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Narradora Omnisciente

—¡Vamos de paseo!

—¡Pi pi pi!

—¡En un coche feo!

—¡Pi pi pi!

—¡Pero no me importa!

—¡Pi pi pi!

—¡Porque llevo torta!

El padre de TaeHyung y Jyo cantaban felizmente mientras iban en coche a dar una vuelta por la ciudad en la que estaban.

—Ojalá pudieras ver, todo está hermoso.—sentía lástima por el pequeño niño que iba en el asiento de atrás cantando aún en voz baja.

—Bueno, no pasa nada.—Jyo sonrió.

—Si quieres vamos a comer helado.

—Está bien, ¿y me podría contar más de sus hijos?—preguntó interesado el niño.

—Claro, aunque da para mucho, te lo resumiré.—estacionó cerca de una heladería y se bajó del auto para ir a abrirle la puerta a Jyo.—Ya verás, es una historia muy interesante.—sacó al pequeño del auto y lo cerró.

Caminaron hacia la heladería de la mano, el señor Kim sentía que Jyo era como su hijo. Un hijo al que esta vez iba a cuidar bien.

—Yo quiero mi helado de avellanas, por favor.—pidió educadamente el niño.

—Bueno, pido los helados y te cuento.—sentó a Jyo en una mesa y fue a pedir los helados.

Mientras tanto, el pequeño pelimarrón comenzó a tocar todo para ver que había a su alrededor. Mesa, sillas, un servilletero, unas flores y una carta.

—Que hambre.—se quejó haciendo un puchero.

—Ya regresé.—el señor Kim se sentó enfrente de Jyo.—Bueno, empiezo. Yo hace muchos años conocí a una mujer llamada Mai, Xiao Mai y pues con ella tuve a TaeHyung y a Taeyang. El primero en nacer fue Taeyang y luego le siguió TaeHyung, ambos eran igualitos, exceptuando por sus ojos, ya que los ojos de Taeyang son más claros que los de Tae. Yo tuve problemas con Mai cuando mis niños tenían 5 años y nos divorciamos, sin embargo un año después nos volvimos a casar y al año siguiente nos volvimos a divorciar. Taeyang siempre fue muy cariñoso con Mai y con su hermano, pero a veces era muy extraño en la forma en la que se comportaba con su madre. TaeHyung en cambio era más callado y tímido, no solía dar muchos abrazos y era algo malo haciendo amigos. Pero ambos eran muy hermosos, sin embargo no los pude cuidar adecuadamente ya que me la pasaba el día trabajando y sólo los veía cuando estaban durmiendo. Cuando me separé definitivamente de Mai, ambos se volvieron aún más cercanos, tanto, que hacían muchas cosas juntos. Los años pasaron tranquilos, hasta que Taeyang se metió a trabajar en una prisión y TaeHyung se distanció de él, bueno, más bien de todo el mundo. Él trabajaba en una cafetería, y su rutina era siempre la misma: se despertaba, se duchaba, se cambiaba, desayunaba, iba a trabajar, regresaba, cenaba y dormía.

—Aquí están sus helados.—el mesero dejó.las helados en la mesa.

—Gracias.—agradecieron ambos y el mesero se fue.

El niño follable (Vharem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora