La mañana después del 4 de julio fue horrible, tenía una resaca de miedo y no era normal en mi, yo no bebía, siempre me tomaba una o dos cervezas pero nunca como ayer. No recuerdo haberme quedado dormida, solo recuerdo que me encontré a Josh en el pie de una palmera, me asuste y fui en busca de Tyler, este salió en su búsqueda pero cuando regresó, no lo había encontrado. Emily y yo decidimos ignorar todo aquello por lo que nos fuimos a bailar. En la cama estaban los tres dormidos, al final sí que lo encontraron, ninguno de ellos se despertó cuando yo lo hice así que decidí ir al baño. Estábamos en casa de los padres de Josh y Emily por lo que ya me la conocía lo suficiente. Al llegar al baño, saqué todo el alcohol que ingerí anoche. Creo que debido a el ruido que hice vomitando alguno de ellos se despertó y vino al baño, pude oír a esa persona corriendo. Me olvide de cerrar la puerta así que estaba abierta y pudo entrar. Cuando levanté la cabeza me encontré a Josh. Me miraba como si tuviera algo que decir, algo que explicar, pero no lo hizo. No se esperaba que fuera yo la que estuviera allí, por lo que me miró con.... ¿enfado? No se porque tuve esa sensación, sentía que estaba enfadado conmigo, pero ¿por qué? No debía de explicarme con él, no quería, no quería decirle que bebí y bebí hasta que me olvidé de de todo, de él, hasta que no recordaba mi encuentro con el medio borracho y ensangrentado. Después de unos instantes mirándonos, me tuve que dar la vuelta para volver a vomitar de nuevo, en cuestión de segundos él se colocó detrás mío y me cogió del pelo para poder echarlo todo sin que nada me estorbara. No quería que me viera en ese estado, era lo último que necesitaba.
- No... - susurré haciendo un gesto con la mano para que se fuera.
- Anda, calla - me volvió a coger el pelo y no pude evitar que las arcadas volvieran a aparecer y vomitara de nuevo.
Después de un buen rato vomitando, me sentía exhausta, no tenía fuerza para nada, solo quería dormir durante horas. Durante todo el rato, Josh había estado conmigo, me había estado soportando, y cuando finalmente acabé se marchó. No entendía porque me había estado soportando durante todo el rato para después marcharse sin mediar palabra, simplemente desapareció. Me sentí mal por hacerle aguantarme y luego no poder ni despedirme o dar las gracias. Segundos después de sentirme culpable apareció por la puerta con un vaso de agua y una pastilla en la otra mano.
- Ten. Tomate esto. Te encontrarás mejor - dijo extendiéndome la pastilla y el vaso.
- Gracias - dije cojiendo el vaso y bebiendo el contenido junto con la pastilla.
Después de unos minutos de silencio incómodo, la tensión se podía cortar con un cuchillo, todo era demasiado intenso, el aire se estaba volviendo más denso y me costaba respirar. Cerré los ojos e intente concentrarme en respirar con calma.
- No deberías emborracharte así. - suspiro Josh mientras me levantaba.
- ¿Perdona? - dije abriendo los ojos y clavándolos en el.
- Ya me has oído. - dijo devolviéndome la mirada y acercándose a mí - No creo que sea necesario llegar a esos extremos - Su miraba se intensificó, No sabía muy bien si estaba enfadado o ¿decepcionado?, pero por la manera en que las venas del cuello se le tensaron y apretó la mandíbula, supe que era así. Mi cabreo aumentó y se me estaba empezando a agotar la paciencia. No tenia ningun derecho a cabrearse conmigo, yo no le había hecho nada, en ninguno de los sentido, nada había ocurrido entre nosotros, salvo nuestro encuentro raro de anoche.
- ¿¡Y a ti eso que más te da!? Te da igual lo que yo haga, ¿no es así? - medio grité acercándome - Además, no parecía importarte mucho anoche cuando saliste corriendo en dirección opuesta a mi.
Su expresión cambió cuando mencione lo que pasó anoche, bajó la mirada al suelo y no pude evitar sentirme un poco culpable. Sabía que él no había hecho nada, lo tenía muy claro, pero no quita que me asuste como nunca, sentí un escalofrío recorrerme la espalda y acto seguido se me erizó el pelo, sentí real miedo y cuando salió corriendo fue la gota que colmó el vaso para acabar de cundir el pánico.
- Primero, - dijo mirándome fijamente a centímetros de mi cara - fuiste tú la que salió corriendo y segundo, - hizo una pausa - debo explicarme.
- Por favor - dije para que empezara.
- No, no aquí - dijo señalando a la habitación donde estaban todos dormidos - Quedamos esta noche en el puesto de helados de la playa a las 8 p.m. - dijo dando media vuelta saliendo de la habitación - ¡Ven sola! - grito cuando salía de la habitación.
Cuando finalmente oí que una puerta se cerraba, decidí echarme una ducha. Además de haber vomitado durante 20 minutos, necesitaba despejar mis pensamientos, el que decidiera explicarse, me dijo que no había hecho nada malo y que me debía una explicación, pero no tenía muy claras sus intenciones en cuanto a que nos viéramos esta noche en la playa. En el instante en el que me sumergí en el agua de la ducha mis músculos empezaron a destensarse, noté como mi cabeza desconectaba y me relajé en cuestión de segundos. Al salir de la ducha, Emily me dejó su ropa para el resto del dia, me prestó un vestido simple, blanco con un poco de vuelo en la falda y el escote en V, sin dejar ver demasiado mis pechos, a su vez me dejo unas bailarinas del mismo color que el vestido, le pedí que me dejara unas gafas de sol, ya que cuando el sol me daba en los ojos me moría del dolor de cabeza, no tenía ganas de nada, asi que opte por no maquillarme.
Eran la una y media cuando nos reunimos todos en la playa para comer, y tenía una resaca de miedo. Los días de resaca, siempre comíamos en el bar del lado de la playa, donde se suponía que me tenía que ver con Josh esta noche. Todos estábamos medio muertos, pareciamos zombies y solo teníamos ganas de dormir, pero teníamos una regla; nada de quedarse en casa durmiendo el día después de una fiesta a lo grande. Esa regla se inventó justo después de que yo entrara en la pandilla, me había hecho amiga de la mayoría. La relación con Tyler no iba más allá de ser hermanastros, nos dirigimos la palabra lo justo y necesario y nos comportabamos delante de quien debíamos, a veces me ayudaba en cosas y a veces pasaba de mí, no entendía el porqué pero era así y no me molestaba, aunque sus cambios de humor me volvían un poco loca.
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SINCE I MET YOU
RomanceA Emma siempre le había quedado muy grande esto de las ciudades grandes con mucha gente rica a su alrededor, pero su vida dio un giro y ahora todo es diferente. Tendrá que adaptarse a este cambio y lo hará de la mejor manera conociendo nueva gente q...