CAPÍTULO 4

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Los días habían transcurrido demasiado rápido, aunque todavía no me había acostumbrado a todo lo de vivir en Boston, con familia nueva y amigos nuevos no es que me disgustara.

Al salir de la ducha le envié un mensaje a Emi para reunirnos e ir a cenar algo juntas.

Emma: ¿Nos vemos en 20 minutos en el Mips?

Nos habíamos convertido en íntimas y durante las semanas que llevaba aquí, últimamente quedabamos casi cada día, era verano por lo que no teníamos nada más que hacer. Habia dias en los que se quedaba a dormir en mi casa o yo en la suya.

El Mips era el bar que estaba de moda últimamente en la ciudad, y siempre que quedabamos para comer o cenar íbamos allí. Era 4 de julio por lo que se celebraba una fiesta en la playa a medianoche para ver los fuegos artificiales, con hogueras y gente de todas las edades podían asistir. Unos instantes después me respondió.

Emily: OK. Vienen Tyler y Josh. Te paso a buscar a las seis en tu casa.

Pocos días quedavamos sin estar con ellos. No es que no me guste si no que a veces quiero estar solo con ella y hablar de cosas de chicas sin ningún apuro. Tyler, normalmente siempre está de mal humor y nadie sabe el porqué, aunque de vez en cuando su mal humor contagia a Josh. A veces pienso en el día que me trató tan mal sin ni siquiera haber hecho nada. Pero he aprendido a pasar de él cuando está insoportable. Por esta razón a veces Josh y Emi me daban envidia por como es su relación, casi nunca se enfadan o al menos, no delante de nosotros.

Decidí ponerme un vestido el cual me había regalado Emily días antes según ella para darme la bienvenida a la ciudad. Era un vestido negro simple y corto, con la espalda descubierta en el que las tiras de cruzaban detras y hacian un bonito mosaico. Me recogí el pelo en una cola alta engominada y me dejé los rizos naturales que salían de esta. Respecto al maquillaje, no tenía ganas de hacer nada muy extravagante así que como Emily hacía días que me pedía que me dejase maquillar por ella, decidí acceder. Cuando sonó el claxon de un coche fuera de casa, me acababa de poner los zapatos, cogí el bolso y me lo pasé por el hombro.

En la cocina de casa estaban mi madre y Christian preparando la cena, estaban manchados de harina por todas partes y no paraban de reír. Yo me reía, por el simple hecho de que tenían la cara y el pelo blancos. El hecho de que mi madre sea tan feliz me hacía feliz a mí también. Su relación parecía de película, ojalá que me pasara lo mismo a mi, volvió a sonar el claxon y volví a la dura realidad. Cuando me vieron se calmaron un poco y las risas disminuyeron, pero yo había empezado a reírme interiormente.

- Bueno, yo ya me voy - dije sonriendo intentando no reírme - He quedado a cenar con Emily, acuérdate que voy a quedarme en su casa, mamá.

- Vale, pásalo bien - dijo mientras salía por la puerta, pero antes de que pudiera cerrar agregó - ¡Si pasa algo llámame!

Era un poco sobreprotectora, pero lo llevaba bastante bien. Cuando me giré pude ver que Emily no conducía y que ni siquiera estaba en el coche. Quien estaba dentro del 4x4 era Josh que se me quedó mirando unos instantes.

- ¿Que, rizos? - me clavo su intensa mirada - ¿Vas a subir o no? - entonces quitó el seguro y me dejó abrir la puerta.

- Gracias - dije sonriendo falsamente. - Y me llamo Emma, no "rizos". - dije seria.

- Vale, vale. - levantó las manos en signo de derrota - ¿A donde rizos?

Sabía que lo decía para pincharme y yo dejaba que lo hiciera. Últimamente, siempre lo hacía y él sabía que no me gustaba. Pero no quería discutir ahora, así que solo puse los ojos en blanco e ignoré como me había llamado.

SINCE I MET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora