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—sí, de eso quería hablar

Noto el nerviosismo en su voz y yo le dirijo una pequeña sonrisa para tranquilizarlo.

—ese no era yo, quiero decir, técnicamente sí lo era, pero yo no soy así, no hago eso con mis jefes y yo no...

Río un poco al verlo nervioso.

Estoy disfrutando esto.

—¿no haces eso con tus jefes, pero soy la excepción?

—sí, quiero decir no... yo...

Sonrío y lo acorralo contra la puerta.

Debo detenerme, pero claramente no quiero y ya no voy controlarme.

Se muerde el labio, mirándome.

Yo solo lo miro sonriendo, disfrutando en verlo tan nervioso.

—¿entonces sí soy la excepción, Erick? ¿Por eso me besaste en la mañana?

Por alguna razón no puedo quitar mi sonrisa, me encanta verlo así.

Paso una mano por su mejilla, esperando su respuesta para poder hacer lo que mi cuerpo me pide a gritos.

—yo... c-creo que sí—dice Erick tartamudeando, súper nervioso.

Sonrío al escuchar su respuesta y me acerco más a él, sintiendo su respiración agitada contra mi cara.

—también eres mi excepción, Er.

Justo después de decirle eso, lo beso.

Él me corresponde enseguida y yo pongo mis manos en sus caderas, pegándolo más aún a la puerta.

Siento sus brazos enredarse tras mi cuello y presiono más mis labios contra los de él.

Él también siente algo por mí, lo sé.

Siento como él relaja su cuerpo, que hace un segundo estaba completamente tenso.

Este beso es distinto a cualquier otro que hubiera dado en mi vida. siento una gran conexión con Erick, una conexión que nunca he tenido con nadie más.

Él se pega a mi cuerpo y yo sonrío, mientras con mi lengua acaricio suavemente sus labios, esperando a que él me de el acceso.

Siento como entreabre sus labios y yo meto suavemente mi lengua dentro de su boca, buscando la de él.

Nuestras lenguas se juntan y empiezan a jugar entre ellas.

Inconscientemente succiono su lengua y siento como se escapa un jadeo de su boca.

Al sentirlo, me doy cuenta que debo terminar este beso o todo se va a salir de control y no quiero que pase, porque con Erick es distinto y no quiero cagarla.

Me separo del beso y siento mi respiración agitada por el contacto.

Lo miro y noto que también su respiración está agitada.

Me mira con sus mejillas sonrojadas y yo le sonrío.

—Erick, creo que deberíamos tener una conversación distinta a la que íbamos a tener.

Él solo asiente.

Estoy a punto de decirle lo que siento cuando mi monitor suena, por lo que lo reviso.

Emergencia.

Escucho gritar desde afuera "código azul"

Es mi paciente.

Abro la puerta de la habitación y me voy rápidamente, sin ni siquiera mirar a Erick.

Código azul significa que mi paciente está teniendo un paro y evidentemente está a solo segundos de morir.

Llego a la habitación con la respiración agitada y tomo el desfibrilador del carro de paro.

—carguen a 100–les ordeno a las enfermeras que están ahí.

Cargan el desfibrilador y le hago el shock eléctrico a mi paciente en el corazón, lo que debería ser suficiente para que su pulso volviera.

Miro el monitor de pulso y aún no hay nada.

No puede morir, no hoy.

—carguen a 150!

La enfermera lo vuelve a cargar y le vuelvo a hacer el shock eléctrico a mi paciente.

Aún ni un solo pulso.

Mierda!

Suspiro frustrado.

—carguen a 200!

Espero que la enfermera cargue el desfibrilador, pero no sucede.

—doctor, ya murió, no vale la pena...

—dije, carguen a 200!—la interrumpo, enojado.

Sé que vale la pena y mi paciente no morirá hoy solo porque la estúpida enfermera no quiere cargarme el desfibrilador,

La enfermera lo carga y yo le doy el shock eléctrico.

Sigue sin pulso y la enfermera me mira victoriosa.

Segundos más tarde se escuchan los latidos en el monitor y yo suspiro aliviado.

Lo sabía.

Miro a la enfermera molesto y luego dirijo la mirada a Richard.

—prepara al paciente para una cirugía de emergencia, te veo en el quirófano.

Sigo molesto, odio tanto que cuestionen mis métodos.

Estudié diez años para ser lo que soy, sé bien lo que hago.

Voy a la puerta, pero alguien me detiene, volteo y veo a la enfermera.

—doctor, lo siento mucho, yo pensé...

—no, yo soy el doctor aquí y sé muy bien lo que estoy haciendo, para la próxima solo hazme caso—le digo, interrumpiéndola.

No estoy de humor para soportar excusas baratas para que yo no le diga nada al jefe.

No le diré nada al jefe igualmente, pero no deja de molestarme su comportamiento.

Salgo de la habitación y luego siento otra vez que me toman el brazo.

Yo volteo, aún molesto.

—¿qué quieres ahora?—digo de mala gana, sin mirar antes quién era.

Es Erick.

Mierda, se me había olvidado por un segundo lo que había pasado dentro de esa habitación.

—Nada, lo siento—dice Erick, bajando la cabeza y noto la tristeza en su voz.

Me parte el corazón verlo así.

Mierda Joel, que idiota.

—Erick, no... yo pensaba que eras otra persona.

Él niega con la cabeza y se va.

Yo suspiro, frustrándome.

No puede ser, estábamos tan cerca de empezar algo, pero siempre lo tengo que arruinar.

Mierda, Me odio!

Intento sacármelo de la cabeza y voy hacia el quirófano.

No puedo estar desconcentrado.

Necesito operar a mi paciente con urgencia o va a colapsar.

No puedo pensar en Erick.

No puedo dejar que me afecte, no por las próximas cinco horas.

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Chicas, ayer publiqué el "antes de leer" de una nueva novela que pienso escribir, se llama "solo mío"

Quería preguntarles si les gustaría más que terminara esta historia y luego empezara a escribir la otra o que escribiera las dos al mismo tiempo.

Joerick anatomy || Joerick/Chrisdiel ||terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora