Joerick anatomy || Joerick/Chrisdiel ||terminada||

11

>>Chrisdiel<<
(Narrado por Zabdiel)

Con Chris ya empezamos algo y sé que está mal de cierta forma, porque claro, la estúpida política del hospital nos lo impide.

Pero al carajo la política, nunca me han importado mucho las reglas y nunca me ha ido mal por romper alguna.

Además amor es amor y Christopher Vélez es el dueño de mi corazón.

Camino por el pasillo y veo a Chris caminando en dirección contraria a mí.

Está intentando ocultar su sonrisa, porque me ha visto, pero no quiere que me de cuenta que ya me vio.

Lo conozco.

Sonrío y cuando pasa por mi lado lo jalo del brazo hacia mi cuerpo.

Chris choca contra mi pecho y noto como se sonroja.

Estamos en medio del pasillo y hay hartas personas a nuestro alrededor, pero la verdad me importa muy poco lo que piensen los demás con respecto a nuestra relación.

Si van a acusarnos con el jefe, que lo hagan.

Soy el mejor neurocirujano del país y por supuesto no me despedirán de mi trabajo, no les conviene.

A Chris tampoco lo despedirían porque es el mejor interno que ha tenido este hospital, junto a Richard, aunque en lo personal, mi novio es mejor que Richard.

Así que tampoco les conviene despedir a Christopher y si es que lo llegaran a hacer, va a ser muy fácil encontrar otro empleo.

Le doy un corto beso en sus labios y me sonríe.

Veo la carpeta que tiene en sus manos y sé que tiene que ver a un paciente en pediatría.

Mi bebé eligió ser cirujano pediatrico y como ya está en último año, solo tiene que dedicarse en esa área.

Los bebés tienen que estar con los bebés y por eso está en esa área.

—¿tienes que trabajar, bebé?—le pregunto, aunque es obvia la respuesta.

—sí, tengo un niño de tres años que atender.

Le sonrío.

—y yo que quería invitarte al armario de suministros—le digo con una sonrisa pícara.

Casi todos los días, nos metemos al armario de suministros médicos y le hago el amor.

La verdad, no es muy profesional de nuestra parte hacerlo en el hospital, pero es imposible no querer hacerle de todo cuando lo veo caminando en los pasillos con ese cuerpito que me vuelve tan loco.

También soy su debilidad, así que siempre acepta mis invitaciones al armario.

—cuando termine con el paciente podrías repetirme esa propuesta, amor—dice Chris susurrándome en el oído.

Yo me muerdo el labio, intentando aguantar las ganas que tengo de acorralarlo contra la pared y hacerle todo eso que a él tanto le encanta.