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     La vida en el hospital, no es difícil, solo es ver los síntomas de los pacientes y saber su enfermedad, luego te metes a un quirófano a operar durante cinco horas, sin saber si tu paciente vivirá o simplemente muere en la operación.
luego pasas 30 horas más en el hospital, salvando vidas y luego vuelves a tu hogar, para que a la mañana siguiente vuelvas a la misma rutina.
me gusta, no debo preocuparme de amores, rupturas, ni de mi familia que siempre me critica.
Dentro de ese hospital, puedo ser yo mismo.

—Richard, bisturí—

Corto el pecho del paciente, abriéndome paso a su corazón, lo masajeo y cierro la ruptura del órgano.
El paciente empieza a colapsar, no hay latidos.


—doctor Pimentel, no hay pulso.

—lo sé, aléjense...

Masajeo el corazón reiteradas veces, intentando salvarle la vida a este paciente.

—doctor, ya murió, no hay nada más que pueda hacer.

—claro que si, Richard hay que intentarlo.

—doctor, ya pasaron 10 minutos, ya murió.

—no...

Todos en el quirófano se alejan del paciente, rindiéndose, mientras yo sigo intentando.

—vamos, señor Smith...–susurro dándome ánimos.

—doctor, su corazón estaba muy débil, sabíamos que esto ocurriría, hizo todo lo que pudo.

Asiento, sintiéndome el peor ser de la tierra, es cierto, sabía que esto ocurriría y sé que dentro del quirófano hay una alta probabilidad de muerte.
Las enfermeras me sacan los guantes y la ropa de cirugías, quedando con el uniforme.

—hora de la muerte 22:56

Es lo que debo decir siempre que un paciente muere.
Me siento como basura y solo salgo del quirófano, para sentarme fuera de él, no debería sentirme mal por que muera alguien, pero así me siento cada vez qué pasa, siento que podría haberle salvado la vida, pero simplemente no lo hice.

—doctor Pimentel, ¿está bien?

una dulce voz me saca de mis pensamientos y levanto la cabeza, para ver quién me habla

—estoy bien—respondo un poco desanimado.

Me levanto del suelo y quedo frente a un chico de ojos verdes.

Es guapo.

Leo su credencial para saber su nombre.

—¿Erick Colón? Eres el nuevo interno ¿verdad?

—así es, no sé qué debo hacer en este hospital

Sonrío ante tal comentario tan inocente y me adelanto camino, para guiarlo.

—Doctor Colón sígame...

El chico, se pone a un lado mío, con una tímida, pero radiante sonrisa.

—puedes decirme Erick—dice mirándome tiernamente.

—puedes llamarme Joel—digo mirando su sonrisa.

Él asiente, sin borrar la sonrisa de su rostro.

Su sonrisa es bonita.

Caminamos por los pasillos del hospital y nos detenemos frente a un gran pizarrón.

—bien, Erick... esta es la pizarra de nuestros pacientes— señalo el pizarrón.—yo soy cirujano y los internos, deben asistirnos en las cirugías, además de revisar a los pacientes que van llegando y nosotros tenemos el deber de enseñarles todo lo que sabemos—digo dedicándole una pequeña sonrisa.

—¿voy a ayudar en cirugías?—pregunta, mirándome con sus ojos verdes brillando, llenos de emoción.

—claro—suelto una pequeña risa, enternecido al ver sus ojos. —pero los cirujanos deben elegir solo a un interno, para que los asista.

La linda sonrisa de Erick, se borra de un instante a otro.

—entonces... ¿no siempre ayudaré a operar?

—no—niego.—debes ganártelo, pero estoy seguro que muy pronto asistirás—le digo, dedicándole una segunda sonrisa.

—gracias—su hermosa sonrisa vuelve a gobernar sus labios.

—esto es un monitor que cuando te necesiten, sonará— le entrego un monitor que dice su nombre.

—muchas gracias—sonríe y mi monitor empieza a sonar.

—debo irme Erick, una urgencia—apago mi monitor, al recibir el llamado y corro por los pasillos hasta llegar a la habitación de mi paciente.

Joerick anatomy || Joerick/Chrisdiel ||terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora