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CAPÍTULO 39 | Vacaciones
Lía.
Después del desayuno con el director de la película y algunos miembros más de presentación puedo volver al cuarto del hotel dónde me quedaría por unos días, días más después de la noticia que nos dieron. Generalmente mi primer opción es ponerme mal pero se que son cosas que no puedo cambiar y que no siempre en la vida tendría todo fácil y más es que no podía quejarme.
Estaba por debutar como papel principal junto a nada más que Tom Holland, el actor quién conocí por la película de el hombre araña que Julian me hizo ver en unas de las primeras noches de película que vimos, así que con un compañero como él no sería la primera en quejarme si tendría que quedarme unos días más acá.
Una vez que siento que estoy más relajada y de avisarle a mi novio que lo llamaría lo hago, atiende al instante y eso me anima al instante.
—¿Jule? ¡Hola! —levanto la voz de saber que lo escucharía—. ¿Cómo estás? ¿Qué haces?
—Lía, mi amor.
Mi corazón se para por un instante de escuchar su voz, mi nombre acompañado con amor. Era una sensación única que comencé a sentirlo solo con él.
—Extrañe escuchar esa voz espantosa y chillona.
Bueno, no duró mucho esa sensación. Me hace reír igualmente y pienso que me daría ganas de darle un golpe en el brazo solo para escuchar que se queja de que le pegó “fuerte”.
—Bien todo bien por aquí. A punto de querer descansar pero no sin antes escucharte, ¿Tu que tal por allá? ¿Va bien?
—¡Me alegro alemán! —digo sincera para pensar como introducir el tema, bajo mi voz y rasco mi brazo para comentar de a poco—. Bien, recién terminé de desayunar con productores y no tengo tantas buenas noticias.
Su silencio por segundos que parece largos me preocupa, un poco.
—¿Qué ha pasado?
—Las grabaciones sé retrasan por algunos temas que no me competen. —informo para jugar con mis manos tratando de lanzar la bomba que más nos haría ruido—. Por lo cual significa que no creo que pueda ir de vacaciones contigo después de tu gira.
—¿Pero? —conozco esa voz que se pierde del hilo de la conversación y asiento con mi cabeza como si él fuera capaz de verme, idiota—. Si me has dicho que se retrasan, sin retrasar no afectaba que vayamos de vacaciones juntos, no entiendo Lía.
—Bien sí. —respondo al instante comenzando a relucir los cálculos que hice en el ascensor camino a la habitación—. Sé que tus vacaciones comienzan hasta el 18, pero yo tengo que estar estos días acá por lo menos hasta un día antes.
—Puedo esperarte. —responde al instante y mi corazón se aprieta.
¿Cómo es que esa persona insoportable que meses atrás no podía ver era así realmente? Claro, estaba muy ocupada viendo sus defectos que nunca me di cuenta que por dentro era así.
