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CAPÍTULO 24 |El pasado.
Es una foto muy oscura para que puedan saber exactamente las personas que son, pero si estaba pasando por la noticia era porque Julian era una persona pública y al parecer creo que lo acusaban de infiel.
—Por lo que se pudo saber en las últimas las horas... La señorita es una actriz que está naciendo, de apellido Villet. —comentaba la chica y yo en ese momento fallecí.
Morí y podía ver como mi mamá en pocos segundos se moría conmigo.
—Mamá, por favor, no hagas de esta cosa insignificante un problema grande. —pido en un tono amable, mi mamá deja de ver la televisión para verme de lado.
—Lia, no te dije nada. —suelta algo muy calmada que me sorprende—. Solo quiero saber porque no nos dijiste.
Me la quedo mirando y ni siquiera sé qué contestar a eso, aunque la voz de la presentadora retumba en mis oídos.
—La cuestión es que Julian Draxler nunca confirmo haber roto con su novia de tanto años como lo era Lena... ¿Lo habrán encontrando infraganti? —dice esa estúpida.
—Seria muy arriesgado de ser así para ir a comer en ese lugar y que no lo vean. —comenta el chico quién la acompañaba y parecía más serio.
—¡Gracias! —exclamo por su opinión cuerda, me percato que se me salió del alma y giro a ver a mi mamá que me miraba de ojos entrecerrados—. Juro que no es nada importante, por eso no lo conté.
—Bueno, ahora estamos aquí. Así que podría escucharte, hija.
Oh no, conozco esa sonrisa de mamá. Y sé que piensa que estoy mintiendo, pero esto era la verdad. Solo fue una simple cena con el jugador por mí cumpleaños.
—¡Juro, juro que voy a contarte! —exclamo abrazándola, pero antes tendría que hacer otra cosa.
Le pido un momento y voy de prisa a la mesa donde desayunaba anteriormente con papá y tomo mi celular para salir al patio trasero marcando el número del jugador. Unos tres tonos y creo que contesta.
—¿Lia? Tienes suerte que te atienda, recién salgo de entrenar.
Draxler suena amable y burlón, que suerte, porque lo llamaba para arruinar seguramente su humor.
—Ahm, si... Julian te llamo porque creo que surgió un problemita en cuanto a los dos. —murmuro mientras muerdo mis labios.
Es clarísimo que no me quedo quieta y me encuentro caminando de aquí y por acá en el césped.
—¿Que sucede?
—No sé cómo, pero alguien filtro o nos tomo fotos aquella noche que salimos de cenar por mí cumpleaños. —susurro bajo como si eso bajará el problema que me crearía a mí y a él la prensa amarilla.
