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CAPÍTULO 21 | Un paso importante

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CAPÍTULO 21 | Un paso importante.

Lia.

Hace como quince minutos Julian Draxler se paseaba en mi cocina como si fuera propia, no sabría decir si estaba quemando algo o preparando algo porque yo había pegado mi trasero a mi cómodo sofá negro.

Segundos después de que pensaba levantarme e ir a fijarme si necesitaba ayuda en algo el alemán ingresa a la sala nuevamente con una taza blanca en su mano izquierda y en la otra una botella chica, que desconozco, pero a medida que se acerca sé que es algún jarabe.

—¿Prefieres tomar el jarabe primero y después el té o al revés? —cuestiona mirándome serio.

Me quedo pensando por dos cosas, una: no entiendo cuál sería la diferencia de elegir, ambas serían las mismas cosas e igual de importante. Dos: Julian con esa camisa negra y chaqueta de mismo color, que le quedaba simplemente perfecto por ser el mismísimo Julian Draxler ofreciendome té y jarabe para curar mi gripe no me lo hubiera imaginado ni en sueños.

—¿Lia? —murmura al ver que me quede mirándolo como estúpida, su ceño se frunce y se agacha un poco viéndome directamente a los ojos—. ¿Te sientes bien?

Entonces ahí es dónde reacciono.

—El jarabe. —pido, el hace una mueca que no llega a sonrisa y solo asiente para darme, pero surge mis dudas—. Espera... ¿Qué es esto?

Lo observo y levanto mi cabeza para ver cómo el alemán me veía algo tentado, mejor dicho graciosamente, no entendía el por qué.

—Es para tu garganta. —menciona y recuerdo que había tosido bastante mientras él preparaba ese té, me anima a que lo tome—. Para que no te empiece a doler, cada ocho... Creo eso me dijo el farmacéutico.

Mi atención se desvía del jarabe para ir a él diciendo lo que le había indicado el farmacéutico, estaba en presencia del verdadero SOL en persona, se había tomado todo este tiempo en ir y comprar esto.

No quiero llorar por una muestra de que alguien me quiere aparte de mis papás y Kristi, así que lo agarro y sirvo la cantidad de mililitros que me decía Draxler. Después de eso finalmente me entrega la taza caliente que solo de oler que tenía limón y miel mezclada se me revuelve el estómago, a todo esto Julián estaba ahí mirando atento cada movimiento o mueca que fuera hacer y me ponía incómoda.

—No. —espeta y lo miro confundida, se explica—. No me voy alejar hasta que te tomes media taza, por lo menos...

Es imposible no virar mis ojos ante su comentario y obviamente que no me quedo callada.

—No tengo 8 años Julian.

Siento su suspiro y un ladeó de cabeza que es una forma de contradecirme, estoy a punto de preguntarle que quería decir con aquel gesto, pero no tenía tantas ganas de pelear, además de que empezaba a cansarme la vista, claramente lo que me faltaba.

Uneven | Julian Draxler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora