As The World Falls Down

Sábanas

• contenido explícito •

Nuestro paseo había terminado después de una hora, el clima había cambiado considerablemente pero sin embargo, no tenía tanto frío.
Lo que no se había detenido eran nuestros besos, caricias fugaces en el rostro, sus dedos en mi mentón girándome hacía él de vez en cuando, escabullendonos entre los árboles y caminos, haciendo preguntas al azar de vez en cuando. Cosas tontas, como dos niños persiguiéndonos, tocando nuestras manos, y acorralandonos contra los muros, cruzando entre callejones de restaurantes hacía el auto.

—¿Cuál ha sido tu proyecto favorito?— dije mirándolo mientras extendía sus brazos, tomando el mío para girarme, danzando con la música de jazz a los lejos. Me moví torpemente con él, me giró una vez más, tomándome al final entre sus brazos. Mi espalda chocó gentilmente contra un poste del farol que iluminaba nuestros rostros, su sonrisa se extendió —David— suspiré, otro beso, me estaba volviendo adicta tan rápido

—No lo sé, Lennon tiene buenas ideas, y su revista es importante— dejó un beso en mi frente —Y tiene a la mejor fotógrafa del mundo—

—Oh, y es un honor trabajar con el mejor modelo del mundo— lo empujé por el pecho, él extendió su mano —¿Qué?—

—¿No vas a bailar conmigo?—

—Ya no hay música David— miré a nuestro alrededor, alguna pareja caminaba a lo lejos, escondiéndose por los callejones como nosotros

—Claro que sí— colocó su mano en mi cintura, acercándome a él de nuevo —Escuchala, está ahí en alguna parte—

—Sólo en tu cabeza— susurré, apretando los labios —Yo no sé bailar— dije apenada

—Deja que te guíe— aseguró, lo miré unos instantes, observando sus ojos, estaba sonriente y seguro. Volví a echar un vistazo a la calle, no había nadie más que nosotros.

Cerré mis ojos, posando mi rostro en su hombro, percibiendo el perfume en su cuello, sintiendo que girábamos lentamente, creando un vals lento; había olvidado la última vez que alguien me sostuvo de esa forma, la última vez que bailé así, quizá en la preparatoria en una fiesta de máscaras que ya había olvidado, solo recordaba a Paul siendo mi pareja de baile, y sin duda David bailaba mucho mejor. Yo me aseguraba de no pisarle los pies, al final me estaba moviendo con la misma gracia que él. Su boca se acercó a mi oído, y empezó a cantar, no sabía la letra, no la reconocía, pero, me encantaba, y su voz, era preciosa.

—As the World Falls Down—

—¿Otro de tus talentos ocultos?— susurré, él rió

—¿Así que te parece que soy talentoso?—

—Lo eres— aseguré, me pareció que cantaba con mucha más seguridad después de eso, y yo me dejé llevar. No quería saber de nada más. Solo estar en sus brazos, oyendo aquella misteriosa canción suya.