JAMES
su rostro mostraba confusión, en su mirada triste podía notar la gran desesperación que tenía, era como si le acabara de decir que la persona que más ama a muerto, o cuando un juez falla a favor de la contraparte entregándole así la custodia de un hijo a la misma... El dolor de tu cliente es algo descomunal, y algo muy similar era lo que se reflejaba en los ojos de aquella hermosa mujer que solo esperaba una explicación
— ¿Que estás diciendo? —Preguntó ella con la voz un poco quebrada.
No puedo negar que me sentí muy mal, me sentía como la peor persona del mundo, le estaba haciendo daño a la mujer a la que amaba.
— Mi amor, no te voy a poder ayudar con eso porque mientras estés a mi lado nunca tendrás necesidad de escapar de nada. —yo haré que tus días sean los mejores y tú harás lo mismo con los míos. — discúlpame si pensaste otra cosa pero no me dejaste terminar de hablar... yo jamás te haré daño, a menos que te guste el sexo salvaje. —Dije y me encogí de hombros.
Reaccionó tal y como lo esperaba, me golpeó el hombro y dijo que era un idiota. Se alejó de mi muy molesta. Supongo que no le gusto lo del sexo salvaje
— ¡Amor espera! Grité mientras se dirigía a la casa. — Perdón, no quería que te molestaras
— ¿Me puedes llevar a mi casa?. Su voz era como la de una niña. — Necesito descansar
— ¿Necesitas descansar o quieres escapar de mí? —Levante su cara para que me pudiera ver
— No, no quiero escapar de tí, al contrario quiero estar siempre contigo pero tienes el don de confundirme tan fácilmente, de alterar mis ideas y dejarme de nuevo en cero. — Te juro que pensé que ibas a terminar conmigo, y que lo único que querías era utilizarme.
Lágrimas corrían por sus mejillas y su voz estaba totalmente quebrada
— No, mi amor, no, no digas eso, lo que menos quiero es hacerte daño... Te amo Elizabeth, te amo como nunca creí amar a nadie, jamás te dejare sola ni mucho menos quiero verte así
— Por favor ya para de llorar, odio verte así por mi culpa.Logré calmarla y después de pedirle perdón muchas veces, muchos besos y un largo abrazo le dije que la llevaría a casa
Ella estaba callada y se mantuvo mirando por la ventana del auto todo el camino sin decir ni una sola palabra, yo sabía que estaba confundida y por eso quería llevarla a casa y dejarla descansar, aunque me encantaría poder quedarme con ella solo para observarla dormir pero sé que no lo permitiría ya que estaba molesta.
Llegamos a su casa, me estacioné y salí del auto para abrirle la puerta y ayudarla a salir
La sostuve de la mano y la miré fijamente, se veía hermosa incluso después de haber llorado y tener el maquillaje un poco corrido. No pudo evitar sonreír ante mí boba expresión al mirarla, era magnífica, perfecta y mía
— Hasta mañana. —Susurró mientras me besaba suavemente
— Te amo. —Le dije al oído
— Yo también te amo
Se alejó de mi acercándose a la puerta de la casa, entró cerrando la puerta a su espalda, yo me quedé un rato mirando a la puerta, quería estar seguro de que no volvería a fuera. Me subí al auto y me fui
Conduje hasta mi casa y al llegar me encontré con mi hermano Chris que estaba en el jardín, lo saludé y seguí hacia adentro, no vi a nadie más por toda la casa eso quería decir que ya estaban dormidos y solo me quedaba ir a mí habitación, de camino me crucé con Renata, mi prima, ella era un poco extraña y de una u otra forma siempre me estaba provocando. Su mirada seductora y esa mordida de labios cada vez que me veía eran bastante incómodas. Yo simplemente la ignoraba y continuaba con mi camino
Me dirigí a mí habitación, me duche y me cambié de ropa para irme a dormir... Ya en la cama me puse a pensar en lo que pasó en el día
Estaba 100% seguro de que estar con ella era lo que quería, estar a su lado, eso me hacía feliz... Pero... ¿Ella era feliz?, Eso es algo que lo sabré con el tiempo.
Elizabeth
Sí, estaba confundida, este hombre siempre alteraba mis ideas y emociones dejándome de nuevo en cero
En ocasiones solo quería volver al pasado para volver a ser una niña, para estar con mi madre y nunca dejarla ir... Eran tantas las cosas que extrañaba del pasado, pero también eran muchos los motivos por los cuales quería olvidarlo.
Todos los días de sufrimiento, esos días oscuros que se empeñaban en atormentarme, que no me dejaban en paz. Era una guerra entre el deseo de volver atrás y el deseo de olvidar... Y sí, esto poco a poco iba a acabar conmigo.„
James, era esa parte que le daba color a mí vida, el era increíble. Sí, sabía cómo hacerme molestar y me confundía fácilmente, pero también sabía cómo hacerme feliz con solo una palabra, incluso solo con mirarme lograba elevar mis emociones al máximo... El era perfecto.
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Amor Y Leyes. Unidos Por El Destino.
RomanceEn ésta historia de amor, sufrimiento y traición, no será nada fácil creer en los sentimientos. Elizabeth regresa a México después de varios años y se encuentra con su único y verdadero gran amor de la infancia; James, el estará dispuesto a conquist...