Podía sentir su corazón latiendo fuerte, nuestras miradas estaban amarradas, su pulgar se paseaba por mis labios y mis manos estaban puestas en sus caderas anchas, podía sentir esa conexión, ese deseo mutuo, y sin esperar más, lo besé
Rápido sus manos agarraron mi cara y me empujó hacia la pared apoyándome contra ella, intenté llevar mis manos a su cabello pero las agarró con fuerza y las pegó de la pared llevándolas a lo alto de mi cabeza y sosteniendolas con una sola mano mientras que la otra acariciaba mi rostro
De no ser porque llegamos al parqueadero y las puertas del ascensor se abrieron seguiríamos allí dejándonos llevar por lo que sentíamos
Nos subimos al auto y salimos de ahí
Necesitaba decir algo, no quería que pensará que todo estaba bien, realmente no era así. Mis emociones estaban revueltas, y estaba dispuesta a olvidar lo sucedido
- Eso que acababa de pas...
Me interrumpió. - No vayas a decir que lo que acababa de pasar no significa nada, porque yo lo pude sentir y sé que tú también sientes lo mismo. - ¿Y sabes lo que eso significa? Preguntó. - Que haré lo que sea para que me ames, quiero que seas mía, solo mía. - Y lo voy a lograr, lo juro. -Dijo en un tono muy confiado
No dije nada, pues no quería hacerlo,me gustaba oír eso pero tenía miedo, miedo de estar confundida o de que esto no fuera real... Cómo es posible que en tan poco tiempo me este enamorando de el, de sus ojos, de su sonrisa, su manera de ser y ese carácter dominante que lo caracteriza.
Me gustaba estar con el, sentirlo cerca de mí me hacía sentir segura... Pero realmente ¿ Yo estaba segura? Eso se lo dejó al tiempo
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- ¡Hola! - Dijo James a su celular. - Abuela voy en camino y llevo conmigo a alguien que te encantará ver. - Sonrió mirándome. - Si abuelita, en 10 minutos estamos allá para la cena, no te preocupes. Colgó
- ¿Estás seguro? - Pregunté
- ¿De qué? - Me miró entrecerrando los ojos
- Que a doña Zara le guste Verme
- Claro que sí, le va a encantar... - ¿Recuerdas cuando te metiste a la cocina de mi casa para devolverme mi reloj? Mi abuela te dejo pasar y tú dijiste que le devolverías el reloj a tu "novio" y te irías. - Dijo entre risas
- ¿Eso dijo tu abuela? No puede ser. - Dije riendo apenada. - Es increíble. - Suspiré.
- ha pasado tanto tiempo y míranos aquí hablando de eso como si hubiese sido ayer- Ha pasado tanto tiempo y aún seguimos enamorados. - Me miró como un niño. - Si nunca te hubieras ido serías mi esposa y tendríamos muchos hijos, y un lindo perrito llamado Dante. -Sonrió y luego se tapó la cara con las manos de vergüenza.
- Soy un idiota, lo siento. -Susurró muy bajo- sí, si lo eres pero me gustan los idiotas. - Dije sin mirarlo
Aunque no lo estaba mirando sabía que el si lo hacía y que sonreía con satisfacción
Llegamos a la casa de los Collins. Si, esta casa me trajo muchos recuerdos y uno de ellos es el día en el que vi como Damián Collins humillaba a mi abuelo y eso jamás lo voy a olvidar, ese es el motivo de mi odio hacia el padre de James, el siempre se sintió superior a los demás sólo por tener dinero, pero ese no era el motivo de mi visita a esa casa yo solo quería ver a doña Zara y a Chris ellos eran diferentes a Damián
Entramos y todos estaban sentados en el comedor y la cena ya estaba servida
- Abuela, quiero presentarte a alguien que ya conoces pero que no imaginabas volver a ver. - Dijo James parado frente a todos. - Ella es Elizabeth Johnson, ¿la recuerdas?
- No puede ser. - Dijo la doña muy contenta mientras se levantaba de la silla. - ¿de verdad eres tú?. - Estas hermosa, cuánto tiempo ha pasado. - Dijo un poco confundida mientras me abrazaba
- Si, soy yo. - Suspiré al abrazarla
- Y no sabe el gusto que me da volverla a ver. - Agregué- Oh por Dios, ¿ Dónde está Chris?, El tiene que verte. - Dijo muy alegre
Luego de la cena nos dirigimos a la sala, y fue imposible evitar las preguntas de Zara, que era como un interrogatorio para llegar a la conclusión de saber si estaba aquí por James o por alguna otra razón.
- Claramente encontrarme con James no estaba en mis planes. - Dije mirando a dicho hombre
- ¡JA!, el destino nos une. -Añadió James con un poco de diversión
- Y seguramente ustedes están enojados con el destino. - Dijo Zara en un tono sarcástico sacudiendo las manos
No pude evitar reir con eso, ¿De verdad se podía notar la atracción que teníamos? ¿No éramos lo suficientemente discretos?
Muchas cosas se paseaban por mi mente, ya necesitaba irme a casa y descansar, no sé si era el pesado día que tuve o la inesperada noche que acababa de comenzar
- ¡WoW hermanito!
Una extraña voz salió de las escaleras.
-¿ya tienes novia? ¿Desde hace cuánto no tenías una?.
Con esta confesión supe que lo de Ana era algo pasajero.
Al verlo supuse que era Chris, su cabellos por las orejas, rubio y un poco con ondas. Sí, sin duda alguna era el
Se acercó a James y lo abrazó y rápido puso su mirada en mí.
- Pero es una hermosura, un placer conocerte. - Agregó y beso mi mano
- Chris, no es mi novia ( por ahora). - Agregó James. - Pero no te imaginas quién es. -Dijo haciendo grandes ojos
Chris me miró confundido
- Ella es Elizabeth Johnson, nuestra amiga de la infancia ¿ Recuerdas?. - Preguntó James
- ¡No! - Dijo Chris soltando el aire. - ¿En serio? No lo creo
Asentí con la cabeza y el sin dudarlo me abrazó
- Eli, vieja amiga no sabes cuánto te extrañé, que alegría volver a verte. - Agregó Chris
Esto me hizo sentir aliviada, tenía miedo de ser inoportuna, pero por el contrario siento que mi regreso los alegró mucho
Después de una larga plática y unas copas de vino blanco le pedí a James que me llevara a casa, me despedí de todos, y con mucho cariño doña Zara me pidió que regresara pronto, que no me alejara y que siempre estuviera presente en la vida de James. Supongo que ella pensaba que estábamos saliendo, no era así pero no quería dar explicaciones, así que solo asentí con la cabeza
Nos dirigimos al auto y encontré en mi asiento una pequeña cajita blanca con un lazo negro. me sorprendió
- Es para tí, puedes abrirla.
Oí la voz de James justo en mi oreja, y un escalofrío llegó mi cuerpo
- ¿Y esto qué es?. -Pregunté mientras me volteaba para mirarlo a los ojos
- Es solo un pequeño obsequio. - dijo muy confiado
- ¿ Y porque o qué? - Pregunté confundida y un poco nerviosa
- Suspiró. - no lo sé, solo quería hacerlo...
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Amor Y Leyes. Unidos Por El Destino.
RomanceEn ésta historia de amor, sufrimiento y traición, no será nada fácil creer en los sentimientos. Elizabeth regresa a México después de varios años y se encuentra con su único y verdadero gran amor de la infancia; James, el estará dispuesto a conquist...