— ¿Vamos?. —Pregunté con picardía.
— Esto es para ti. —Dijo entregándome la hermosa flor. — Ahora si nos podemos ir.
Lo tomé del brazo y caminamos hacia la salida. Pasamos por una recepción llena de nuestros colegas los cuáles nos miraban con indiscreción, sabía que para ellos esto no era nada extraño, el y yo éramos una pareja y esto era algo normal.
Nos despedimos de nuestros compañeros y subimos al ascensor, allí la situación se puso un poco intensa puesto que ambos sentíamos el mismo deseo y no era muy sencillo hacer como si nada pasaba.
— Desearía un apagón justo ahora. —Dije y el rápidamente agarró mi cara con fuerza y me besó bruscamente.
— No creo que no puedas esperar. —Casi no se entendían sus palabras.
Salimos de allí y nos dirigimos al auto. No se me hizo nada extraño ver cómo nos alejábamos de la ciudad, y al ver la playa supe a donde iríamos.
Mi "lugar de escape" se convertiría en "nuestro lugar de escape".
Llegamos a la casa y me dirigí a la cocina para dejar unas compras, saqué una botella de vino y la coloqué en la mesa junto con unas copas, tenía mucha hambre así que también coloqué la comida que habíamos comprado sobre la mesa.
— Amor, ven a ver ésto.
Oí la voz de James.
Me dirigí a la parte de arriba y lo vi parado en el balcón mirando hacia el mar.
— Mira, es hermoso. Dijo abrazándome por la espalda
Era totalmente hermosa la vista que teníamos en ese momento, las luces del muelle alumbraban las olas, y la luna y las estrellas combinaban perfectamente con ello, dándole un toque romántico al hermoso paisaje.
— ¿Podemos ir a comer?. —Pregunté mordiéndome los labios.
El me miró con deseo y camino hacia las escaleras.
Nos sentamos en el centro de la sala de estar, en el suelo en medio de los muebles de color blanco. Colocamos nuestra comida en la mesita de centro, era perfecto, era cálido y acogedor.
— ¡Brindemos por nosotros! —Dijo mi apuesto caballero levantando su copa.
— ¡Salud! —Respondí.
— Dime una cosa, ¿Que relación tienen tú y Ricardo? —Preguntó tomando un trago de vino.
— ¿Por qué lo preguntas?
— ¿Puedes responder con otra cosa que no sea una pregunta?
Estaba un poco indispuesto
— ok, somos compañeros de trabajo, eso creo. ¿Ahora me puedes decir por qué la pregunta?
— Curiosidad. —Respondió dejando el tenedor. — Quiero dejarte algo muy claro, tú eres mía y de nadie más, si ese imbécil se atreve a tocarte solo con la mirada, no responderé. Dijo apretando la mandíbula.
— ¿Estás diciendo que no puedo tener amigos? —Pregunté para confirmar.
— Estoy diciendo que no quiero que seas amiga de Ricardo.
— Pues lo siento mucho, pero el es mi amigo. —Dije tomando el tenedor poniendo comida en mi boca.
Ricardo no era mi amigo, al contrario, con las cosas que me dijo en la oficina no me quedaron ganas ni de mirarlo pero sabía cómo se iba a poner James al oír esto y por eso lo dije.
— Creo que no estás entendiendo, no te estoy preguntando si es o no tu amigo, te estoy diciendo que no quie...
Lo interrumpí. — ¿Ya te puedes callar?
Su cara se tornó muy seria, se notaba su ira y su mandíbula estaba apretada, podía detener eso con solo decirle que haría lo que él dijera, pero me gustaba mucho ver a James molesto, era un tanto exitante y quería saber qué tan lejos podía llegar.
— ¿Te da miedo de lo que pueda ser capaz? ¿O te sientes inferior a Ricardo?
Esto lo hizo enojar aún más y se levantó del suelo alejándose de mí, estaba lleno de ira, su cara seria era como una piedra. Me levanté para seguirlo pero el se alejó aún más evitando el contacto conmigo, apoyo sus manos sobre el mostrador de la Cocina dándome la espalda.
—¿Estás celoso? —Pregunté con sarcasmo
Suspiró fuertemente y siguió sin mirarme
— Era una broma, solo estaba jugando; Lo siento. — James, mírame. —Insistí
El se negó a mirarme, me sentía mal por eso, no era la reacción que esperaba... Tal vez me había saltado un poco la raya.
— ¿Quieres jugar conmigo? —Dijo volteando ha verme.
— No, perdón no era mi intención lastimarte. —Me acerqué poniendo mis manos en su cara.
— Solo te diré una cosa, si juegas conmigo te arrepentirás de haberle dado play. —Dijo muy serio.
— ¿Me estas amenazando? Perfecto, si es así entonces esto no va funcionar
— Si solo quieres jugar yo te puedo mostrar cómo divertimos, si quieres ir en serio, prometo nunca fallarte.
— Yo tampoco te voy a fallar. —Dije mordiendo mi labio inferior y dándole la espalda para retarlo.
Con un movimiento veloz me tomó por el cuello y me trajo hacia él, agarrándome fuerte y besándome bruscamente, sentí como si descargará toda su ira en mi boca.
Me levanto y me sentó en el mostrador de la cocina, quitando todo lo que nos estorbaba. Nuestros labios chocaban rítmicamente unos con los otros, era inevitable no perder el control, con cada movimiento de su lengua rondando por mi boca, podía sentir su respiración cada vez más acelerada, eso me hacía enloquecer.
Como era de esperarse, comenzó a deslizar el cierre de mi vestido y lo dejó caer hasta mis caderas. Comenzó ha recorrer cada parte de mi cuerpo como si mi piel fuera de terciopelo, siguió aventurado y, deslizó su mano por mi espalda hasta llegar al mi Brazzer, fácilmente me lo arrebató.
Yo no estaba dispuesta a decir nada, esto me gustaba y no me quería detener. Sacó mi vestido por arriba, arrojándolo a un lado del mostrador, pasó sus dedos por debajo de mis bragas. Esto me hizo suspirar muy fuerte, el sin dudarlo siguió a su objetivo; su mano se deslizó por mi muslo hasta llegar a mi intimidad, estaba tan mojada que sus dedos se deslizaron sin mucha complicación, comenzó a frotar mi clítoris rítmicamente de arriba a abajo mientras nuestros labios bailaban a nuestro ritmo, mis gemidos eran cada vez más fuertes, me incliné hacia atrás por la satisfacción.
Sin sacar sus dedos me quito las bragas de encaje negro que llevaba puestas, siguió moviendo sus dedos mientras yo me retorcía de placer...
JAMES
Ella se retorcía de placer, y era excitante oír sus gemidos mientras apretaba mis brazos con sus manos; uno de mis dedos se deslizó dentro de ella, sus gemidos eran cada vez más fuertes y mis movimientos también. Lo estaba disfrutando al máximo.
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Amor Y Leyes. Unidos Por El Destino.
RomanceEn ésta historia de amor, sufrimiento y traición, no será nada fácil creer en los sentimientos. Elizabeth regresa a México después de varios años y se encuentra con su único y verdadero gran amor de la infancia; James, el estará dispuesto a conquist...