capítulo XII

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— Usted nunca me prohibiría entrar a su oficina, doctora Johnson. —Siguió mi juego de la seducción

— ¿Lo pones en duda? —Pregunté mientras me levantaba de mi escritorio para acercarme a él

— Me puedo ir si quieres

Me acerqué a él y me senté en sus piernas, pasando las mías por encima de las suyas. Quedando frente a frente, lo agarré por los hombros mientras él me tomó las caderas abrazándome hacia el con fuerza

— ¿Te gusta jugar conmigo verdad?. —Dijo mientras miraba el escote en mi pecho

— Yo no estoy jugando contigo

— Sabes lo mucho que te deseo Elizabeth. Te amo y te deseo más que nada

Comenzó a bajar el cierre de mi vestido mientras me besaba desesperadamente. Justo iba yo a comenzar a desabotonar su camisa blanca dejándome llevar por el deseo cuando me acordé que estábamos en la oficina

— ¡Ay por Dios!. —Dije respirando rápido y profundo. —  Estamos en la oficina, amor . —Mi voz era chistosa y un poco cansada

— ¿Ves lo que me haces hacer?. Dijo poniéndose las manos en la cabeza

No podíamos parar de reír, está situación casi se nos sale de las manos y lo peor es que estábamos en nuestra zona de trabajo. No era nada profesional.

Era muy riesgoso ya que cualquier persona podía pasar y vernos al menos que cerráramos las cortinas, pero igual no era seguro

Moría de la vergüenza, no podía parar de reír al verle la cara. Estaba un poco disgustado y a la vez también tenía vergüenza

— Mejor me voy, antes de que no podamos controlar de nuevo la situación. —Dijo riendo

— ¿A dónde vas?. —Le pregunté. — ¿Tienes planes para esta noche?

Caminé hacia la puerta para seguirlo

— Fíjate que no tenía, pero me acabo de acordar que debo terminar algo que empezé hace seis minutos. Así que si tengo planes, y tú también. —Respondió

Me acerqué tanto a él que no evitó empujarme hacía la pared para dejarme inmóvil y tener todo el control sobre mí. Con una de sus manos sostenía las mías y con la otra acariciaba mis labios

Me besó suavemente y me dejó ir

— Pasó por ti a las 8:30. Dijo cerrando la puerta detrás de él.

"Cuando dos almas se atraen no existe cosa más insoportable que la necesidad de estar cerca, una  de la otra... Y esa necesidad se llama... Amor"

Ahora sí tenía sentido la frase del viejo Rogelio. Desde que era una niña me la repetía una y otra vez, y sí, esa necesidad es muy insoportable... Mi viejo tenía razón

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— Hola. Dije al entrar a la oficina de Marcela. — ¿Estás ocupada?

— No no, para nada. Cuéntame, ¿en que te puedo ayudar? —Preguntó dejando a un lado unos documentos

— Necesito que me ayudes con un caso. Se trata de... Una niña. —Suspiré. —Que fue abusada sexualmente por su padre hace unos años; Esta violación tuvo como consecuencia un embarazo y pues... —La niña ya tiene 3 años y este hombre quiere quitársela a la madre que también es su hija

Yo estaba tan sorprendida como ella, era increíble ver cómo los padres podían hacerle daño a sus propios hijos, seres inocentes que provienen de tí mismo y que necesitan ser protegidos en vez de ser agredidos

Personas así no deberían tener la oportunidad de traer seres indefensos al mundo... A menos no para ser maltratados. Un niño debería ser protegido con el alma

— Amiga, me dejas super impactada.  No es algo nuevo eso de que un padre abuse a su hija, y  por más que luchemos para acabar con ellos siempre hay más personas sin corazón dispuestos a dañar a otros seres — ¿Pero un hijo con tu propia hija? Eso es algo increíble. —Dijo haciendo una línea recta en sus labios. — Cuenta conmigo, vamos ha  ayudarla

Le conté todo con respecto al caso. Bianca Montenegro, Esta chica tenía 17 años, fue abusada por su padre cuando tenía 14 dejándola en embarazo, su madre no creía nada de lo sucedido, incluso pensaba que su hija era una prepago y que su bebé podría ser de cualquier hombre

Esta chica se dedicaba a vender productos personales para el sustento de su hija, mientras la cuidaba una vecina. Ella solo quería alejar a su hija de su padre y evitar que le hiciera daño a ella también

— Cuenta conmigo, vamos a ayudar a esas pequeñas. —Dijo muy decidida

Me alegra mucho que ella aceptara ayudarme, yo hubiera podido hacerlo sola pero como dicen por ahí, "todo es mejor con amigos"

Después de hablar con Marcela regresé a mi oficina, tenía mucho trabajo por hacer. No podía esperar a que fueran las 8:30, ya quería verlo. Fácilmente podría haber ido a su oficina, pero luego me sentiría como la mujer más intensa del mundo... Así que preferí esperar

Horas después el reloj marcó las 8:30 y un apuesto hombre de cabello negro se paró en mi puerta

Tenía una flor roja en la mano y miraba hacia adentro como si esperara a que saliera. Era perfecto, guapo, inteligente, amoroso, y para no excluir ningunas de sus características agregaré lo de orgulloso y dominante... Me fascinaba.

Amor Y Leyes. Unidos Por El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora