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~Capítulo 15:"Atando cabos"~


Sus labios eran finos y sabían a cerveza. Besaba muy bien, y lo supe porque me correspondió enseguida, pareciendo ansiar aquello tanto como yo.

Me recosté sobre la arena, mientras él se acomodaba más cerca de mí. Mi mano jugueteaba con los cabellos de su nuca mientras disfrutaba su roce.

Se escuchaba el agua del río a lo lejos, pero más allá de eso era todo tranquilidad. Soplaba una brisa suave que hacía que mechones de su pelo rozaran mi rostro provocandome un leve cosquilleo. Ambos brazos lo sostenían para no aplastarme por completo y a los pocos segundos decidió intensificar aquel beso.

Le correspondí, por supuesto, embriagada por la calidez del momento que nublaba también mi pensar.

Una de mis manos tomó su mejilla y se deslizó hasta quitarle los lentes que comenzaban a estorbar. Sonrió en el proceso sin despegar nuestros labios. Comenzó a darme pequeños picos para después unir nuestras bocas en un movimiento casi desesperado.

Connor bajó su mano para acariciar inocentemente mi cintura sin despegar nuestros labios, cuando su celular comenzó a sonar.

Ignoré esa primera llamada, y lo empujé para ser yo quien tomara el control de la situación. Lo besé con ganas, y él también pareció restarle importancia. Me tomó de la nuca para atraerme más a sí cuando su celular volvió a sonar.

Me separé unos centímetros, con la respiración agitada y lo miré. Estaba tan hermoso y atrayente como la primera vez que lo vi. Tenia sus labios entreabiertos y enrojecidos. Sus ojos oscuros brillaban expectantes y sus mejillas coloreadas también por un leve rosado. Su cabello era un desastre, apuntando en diferentes direcciones y sucio apenas por la arena en la que estaba recostado. No sonreía. Estaba serio analizandome de la misma forma que yo lo inspeccionaba a él.

Gruñó cuando sonó por tercera vez, separándose por completo de mí para observar el aparato.

Me aparté de mal humor. ¿Nada me iba a salir bien hoy?

Contemplé a Connor mientras su ceño se fruncía delatando la misma molestia que sentía yo.

—Es de la Comisaría, —suspiró —tengo que ir.

Mordí mi mejilla enojada antes de apartar la mirada.

—Vaya que tus tardes son cortas...

Acarició mi hombro y besó mi mejilla, lo que fue suficiente para que volviera mi atención a él.

—No te enojes... —besó reiteradas veces mi mejilla creando un camino hasta mi boca donde unió nuestros labios nuevamente. No pude evitar sonreír cuando él lo hizo.

No me rompas el corazón, por favor.

—Te debo una salida —dijo mientras se levantaba y tomaba sus anteojos. Observó la basura a nuestro alrededor y empezó a juntarla. Suspiré antes de limpiar con él.

—Está bien.

Nos acercamos al tacho más cercano y de allí nos dirigimos a su auto en silencio. De mi parte, no sabía qué decir. Me daba algo de vergüenza haberme avalanzado sobre él como lo hice y que encima no haya servido de nada. Tenía pensado pasar la tarde pensando en otra cosa, él me lo había propuesto. Pero antes de lo esperado ya estaba volviendo a la realidad de la que tanto quería escapar.

Libres de pecado - [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora