Libres de pecado - [BORRADOR]

22

~Capítulo 22: "Conrad"~

Mi rostro se quedó pasmado observando al rubio hasta que reaccioné. Moví mi brazo queriendo soltarlo pero su agarre se hizo más fuerte.

—¿Sorprendida? —preguntó a punto de soltar una risa. Si bien sus facciones demostraban cuan divertido se sentía en esta situación, sus ojos revelaban la bronca y rencor que me tenía al decir eso.

—No sé de qué estás hablando —dije entredientes, luchando por soltarlo.

Rió dejando mi mano en libertad.

—Claro que lo sabes.

—Yo no...

—Así como tú estuviste indagando en mis antepasados y mi apellido, yo también lo hice, Levy.

Se encogió de hombros mientras comenzó a caminar por la habitación sin dejarme el paso libre hasta la puerta.

—¿Debo decirte Levy? La verdad no llegué tan lejos. Solo vi la parte en donde la parte del Weston es una completa mentira.

—No lo es —defendí —es el apellido de mi madre.

—Pero no es el que te dieron al nacer... ¿Por qué? —empezó a hacer como que reflexionaba solo y en voz alta —Uno no se cambia el apellido simplemente porque no le gusta el propio. Entiendo de parte de la gente que ni siquiera conoce a su padre, pero tú... Debe haber una razón más... —hizo gestos con su mano como buscando en su mente alguna palabra que encajara con la idea que quería plantear —Tú sabes, ¿no? —terminó al no haber encontrado una definición que lo dejara satisfecho.

—Vamos a empezar con que eres el menos indicado para reclamarme el que no use el mismo nombre que me dieron al nacer... —lo corté.

Su sonrisa divertida estaba presente removiendo mis nervios. Carraspeé mi garganta.

—Y el resto es tan sencillo como el que no quiero tener nada que ver con mi padre —mojé mis labios antes de mirarlo a los ojos —pero a eso tú deberías entenderlo... Después de todo tú tampoco quieres tener nada que ver con el tuyo.

Su sonrisa casi se convirtió en una mueca.

—Mi padre se lo buscó solo.

—¿Así que estoy frente a una confesión? —inquirí.

—Ya te gustaría.

Dió solo tres pasos en mi dirección y ya lo tenía escasos centímetros. Inflé mi pecho alzando mi cara para que no me dejara intimidar.

—Hay algo más que quiero saber... —quiso tocar mi mejilla pero lo aparté de un manotazo. Sus cejas se alzaron y sus labios bailaban queriendo mantener su sonrisa.

Tomó mi muñeca y busqué quitarmele de encima pero solo hizo que se acercara más. Quise zafarme y terminamos forcejeando en una pequeña lucha. Él tenía mucha más fuerza que yo, así que no le costó demasiado arrinconarme contra el escritorio. Seguí moviéndome en busca de que se aleje de mí.

—No quería llegar a esto... —sacó de su pantalón un pequeño cuchillo. Tragué en seco sin poder despegar la vista del filoso objeto que tenía entre sus dedos. Me quedé quieta, tratando de ocultar el miedo que tenía. ¿En qué me había metido? —¿Cómo me descubriste? —susurró.