Capítulo 23

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"IKIGAI"

—Los desmayos pueden ser normales debido al golpe en su cabeza — nos explicó el doctor. Harry permanecía en silencio, con las manos entrelazadas y la sabana cubriendo sus piernas —también los dolores de cabeza y los vomitos, si es que ha tenido.

—No — respondí rápidamente.

—Eso es bueno. Ahora, decidí dar el alta a Harry porque me aseguraron que tendría buen cuidado en casa, espero que estén cumpliendo. Con respecto al viaje de vuelta, si, no es un viaje largo ni pesado así que pueden marcharse, siempre y cuando Harry este lo suficientemente fuerte para soportarlo.

Observé como el ojiverde jugueteaba con sus anillos entonces. Si había algo que no había dejado de lado habían sido ellos. Todos. Incluso, de vez en cuando, los que llevaban sus iniciales. Parecía desestresarse con ellos. La verdad es que solo hacían de sus manos mas atractivas todavía.

—¿Estás bien? — pregunté mientras me acercaba a su lado. Sus ojos dejaron sus manos y se postraron sobre los míos, cansados.

—Si, solo quiero irme.

—En un momento, el doctor está terminando de informarle a Anne todo sobre el viaje y prometo que estaremos en casa pronto.

Asintió.

—Caí sobre ti — recordó — ¿te lastime?

Negué con la cabeza, dándole una sonrisa suave y tierna. No podía creer que era él quien estaba sobre la cama, y aún estuviera preocupándose por si me había hecho daño o no.

—No.

—De todas formas, lo lamento.

Bueno, igual ya había estado sobre mí antes.

Solté una risita baja ante aquél pensamiento. Tuve que ignorar la duda en la mirada de él, escogiéndome de hombros simplemente.

Después de cinco minutos más pudimos irnos a casa. La verdad, no pasó mucho en todo el día. Ni al siguiente. Ni siquiera en toda la semana. Los chicos estuvieron detrás de mi culo toda la siguiente semana como si se tratara de un puto chicle molesto pegado en la ropa. Me acompañaron al orfanato, para despedirme, y tambien se encargaron de pasar el rato con Harry entre bromas simple sobre futbol, musica, películas o sobre nuestras familias. Incluso del clima.

Decir que me gustaba verlo sonreír era un eufemismo. Adoraba a Mathias por estar siempre atento a lo que él necesitaba, sobretodo al momento de actualizarlo sobre algunas cuantas cosas que habían pasado en los últimos cinco años. Esa había sido la parte mas complicada. Hablarle de los nuevos hechos en el mundo. No solo se trataba de su vida, porque aunque el hubiera perdido la memoria, el tiempo seguía corriendo, y no daba marcha atrás.

No hubo nada nuevo, salvo la pequeña distancia que tenía Harry con Aiden desde que le había contado la verdad de nuestra relación. Lo que sea que ella fuera. No habíamos hablado más de ello en lo absoluto, pero agradecía que no afectara en su manera de tratarme, que si bien no era igual a la de semanas atrás, podía notar que era especial.

—Venga, Grace, ya deja la tontería.

Me removí incomoda sobre el espaldar de la cama.

—¿Te parece a ti una tontería haber provocado el desmayo de Harry?

Jackie rodó los ojos.

—Estas siendo exagerada, el doctor no dijo eso.

—Dijo que demasiada información no era buena, y es justo lo que yo había estado intentando darle todo el tiempo.

Inefable | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora