Capítulo 11

296 17 2
                                    

"MELIFLUO"

Harry

Los ojos se me estan cerrando. Tengo bastante rato en el sofá mirando en silencio la guitarra a mi lado y me estoy cuestionando seriamente eso de dormir en el mueble.

Después de ver la reacción de Grace hace unas horas después de ese momento en el sótano no puedo dejar de pensar que dormir junto a ella solo va a ponerla peor, y sinceramente no quiero que me ignore de nuevo. No me gusta.

Pero también tengo que considerar que ese mueble no me es lo suficientemente cómodo y necesito descansar porque tengo un dia bastante agitado mañana.

Haber invitado a Grace supone bastantes cosas, la primera y mas importante es que estara expuesta a mi entorno, y para ser honesto solo espero que no se agobie demasiado. Para mi fue bastante complicado adaptarme, pero tengo que tener en cuenta tambien que se trata de Grace, y ella es bastante tranquila en todo aspecto. Esa es una de las tantas cosas que me gustan de ella.

Olvidando cualquier tipo de incomodidad me pongo de pié, acomodando la guitarra sobre la mesa, y me encamino hasta la habitación echándole un ultimo vistazo a la cocina lejos de mí, donde Logan está sirviéndose un vaso con leche para apresurar su sueño.

Porque si pensaban que Meredith bromeo con respecto a obligarlo a dormir en la sala estaban equivocados.

Entro a la habitación que comparto con Grace en silencio. Con un cuidado que incluso me sorprende a mi mismo, pero que me aplaudo al ver que ella ni se mueve sobre la cama. Por un segundo me permito ver su figura tapada por la simple sabana blanca.

Esta de costado, lo que hace que su cadera se marque mucho mas y me deje apreciar cada una de sus curvas con cuidado. Es evidentemente preciosa en cualquier sentido, así que no comprendo como es que no lo sabe todavía.

La fina sabana cubre sus caderas, su cintura y también parte de su brazo, pero sus piernas y hombros están completamente al descubierto y s eme hace imposible no apreciar la notoria suavidad que existe en ella. Su piel morena brilla gracias a la luz nocturna que entra por la ventana ahora abierta, y puedo sentir en la punta de mis dedos el picor por tocarla.

Sin embargo, no lo hago.

Con las ganas vivas dentro de mi reúno todas las fuerzas que puedo para dar cortos pasos hasta la cama y después recostarme en un tiempo extenso de dos minutos. No quiero despertarla.

Sin embargo, el cansancio parece marcharse en el instante en el que pongo mis ojos sobre su rostro. El flequillo cae desordenado por su frente y supongo que eso es lo que le hace mantener una expresión mucho mas seria debido a su ceño fruncido. Aún así, parece muy tranquila y relaja. Sus labios están entreabiertos, rosados, gruesos y aunque secos, vivos.

Me gustan mucho sus labios, y decir que me gustaría besarlos ahora mismo no era mas que la simple verdad.

Grace me gustaba, como ya se lo había dicho a Mathias. No me importaba admitirlo, pero saber que ella seguía con Aiden me derrumbaba ese encanto al instante.

No debía olvidar que ellos estaban, de alguna forma, juntos. Eran pareja, y entonces el casi beso que nos dimos en el sótano parece incómodamente incorrecto. Yo no quiero que Grace se preocupe por mi culpa, pero inevitablemente era lo que estaba provocando.

Me resultaba curioso como es que lograba conocerla tan bien en tan poco tiempo. Conocía sus gestos y también su estado de animo aun cuando no lo reconocía. Si algo le disgustaba o si, por el contrario, le alegraba. Había estado tanto tiempo admirandola que cada maña se había grabado en mi cabeza como en una tarjeta de memoria.

Inefable | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora