Capítulo 15

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"BLACKIE"

-¡Blackie!

El grito fino y femenino que suena entre la silenciosa sala me hace sobresaltar no solo a mí, sino también a Harry.

Todavía no puedo mirarlo a los ojos.

Con solo su roce mi rostro se calienta, porque a mi también me sorprendió mi confesión en el estacionamiento y me avergüenza recordar lo vulnerable que estuve frente a él.

Es cierto, yo no quiero dormir con nadie mas que no sea con él. Saber que su calidez estaba ahí, a mi lado, y que la respiración extra se debía a él jamas se sintió tan bien.

Ni siquiera con Aiden.

-Sophie, ¿que te he dicho de dejarlo por ahí cuando hay visita?

La anciana, Josephine, le reprende a la niña pequeña con una sonrisa en el rostro y tono dulce. Es la encargada del orfanato, y la verdad es que es una mujer muy amable y carismática.

La bolita de pelos negra se mete entre mis pies y corre hasta los de Harry a una velocidad sobrenatural. Mi corazón se aprieta y la sonrisa tierna es inevitable.

¡Es un perrito!

-¡Ay, Dios!

Lo tomo con rapidez, haciendo que suelte un sonidito gracioso ante mi arrebato, y escucho las risas de todos a mi alrededor.

-¡Se llama blackie! - grita la pequeña, Sophie.

-¡Es muy lindo! - sonrío - ¿es tuyo?

Ella asiente.

-En realidad es de todos - explica con una sonrisa deslumbrante en su rostro y se acerca a Magnus para tomar con cuidado su brazo - Magnus nos dejó cuidarlo, es muy bueno y hace caso.

El animal se restriega sobre mis brazos mientras mueve la cola rápidamente. Mi corazón se aprieta otra vez.

Mi debilidad siempre han sido los perros, aunque me gustan todos los animales. Gracias a Dios Daniel no me pegó sus alergias porque sería bastante triste e irónico. Sin contar que lo odiaría de por vida.

Tener que vivir con alergia a lo seres mas tiernos del mundo tenía que ser algún karma que se pagaba.

-Tiene un nombre bastante igenioso - comenta Harry, y me paralizo un segundo ante su cercania.

Pasa su brazo por sobre los míos y acaricia la cabeza de Blackie con suavidad. Sus dedos se mueven tan despacio que el animalito entrecierra los ojos, atontado, y se queda muy quieto.

Me premito sonreír.

Su aliento golpea mi mejilla derecha y parte de mi sien. No quiero pensar demasiado en eso porque me pone tan nerviosa que no consigo pensar en nada mas, pero no lo consigo. No puedo no pensar en el cuerpo de Harry a mi lado, cerca, transmitiendome tanta paz como es posible.

Estoy segura de que sabe muy bien que su presencia me pone nerviosa. Sería tonto si no lo supiera, después de todo.

-Ya lo sé, yo se lo puse - contesta la niña.

Me permito mirarla con detenimiento.

Su cabello es rubio, suave, liso y largo. Su color es tan natural y bonito como el de una princesa, y su piel es tan pálida como la de una muñeca de porcelana. Es preciosa.

Sus ojitos son azules. Un azul tan raro y poco común que me encanta. Brillan, y cada vez que me observa con esas formas circulares mi corazón salta.

Inefable | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora