- ¿Qué dices doctora?
- ¿Eh?
- Si cambio de opinión y acepto la cirugía... ¿Serías tu quien me opere?
Una vez más la brillante sonrisa de Rosé casi logra encandilar a Lisa.
- No seas tonta - Respondió finalmente la doctora - Esa no es una decisión que me corresponda a mí tomar. No estoy a cargo de tu caso, e incluso si pudieras pedir un medico diferente, no veo porque tendría que ser específicamente yo...
- Aw que mal, y yo que estaba a punto de reconsiderarlo... - Canturreó de forma burlona la rubia volviendo a tomar asiento en la cama - He oído que los doctores se sienten constantemente presionados cuando operar, que llegan incluso a obsesionarse... ¿Qué hay de ti doc, por qué no quieres ser mi cardiocirujana?
- Lo haces sonar un poco mórbido - Arqueó la ceja - No soy una adicta a abrir personas ¿Sabes?, además tampoco caería tan bajo como para deslizar un caso de algún otro colega bajo sus narices.
- Vaale...
La paciente se movió hasta la ventana apartando las cortinas para abrirlas por completo dejando entrar la luz del sol.
- El Dr. Jin me dijo que, seré libre de irme mañana... - Posó su mano en el cristal.
- Eso es bueno, significa que estás mejor... Asegúrate de cuidarte en casa - Dijo la pelinegra con voz gentil.
- Una vez que esté fuera de aquí, si no estas muy ocupada... - Se volvió risueña la joven hacia la doctora - ¿Quisieras intentar tener una cita conmigo?
- Nah, no salgo en citas.
- Buuu, ¿Qué te pasa doc? - Hizo un puchero - Realmente no tienes sentido para las relaciones.
Lisa se encogió de hombros divertida.
- Bueno, como sea - Rodó los ojos la rubia - No tiene que ser una cita, puede ser simplemente una salida de chicas a comer o algo así...
- Jajaja vale, vale, está bien - Dijo sin poder contener la risa - Me aseguraré de llamarte cuando tenga un día libre.
- Ujum... - La miró entrecerrando los ojos - Doctora, ¿Podrías prestarme un momento tu teléfono?
- ¿Eh?, s-si supongo... - Sacó el móvil de su bata, lo desbloqueó y se lo entregó.
- Gracias.
La cirujana se inclinó para observar que estaba haciendo exactamente, mientras la chica comenzó a teclear un par de veces.
*Brrrr* *Brrrr*
- Listo - Rosé sacó su propio celular que mostraba una llamada entrante y le devolvió el suyo a la cardióloga - Ahora incluso si se te olvida, podría llamarte yo - Sonrío triunfal - Bueno, no te distraigo más doctora, hasta luego.
Con un gesto de manos y sin decir nada Lisa se despidió. Tras cruzar la puerta y caminar un poco por el pasillo se detuvo a mirar la pantalla de su móvil. ¨Rosé¨ ponía el último numero el historial de llamadas. No pudo evitar sonreír fugazmente.
¨Una cita, ¿Huh?... Ha pasado mucho tiempo desde que experimenté una... Y decidí que nunca más volvería a hacerlo.¨
Ese día la cirujana tenía guardia de amanecida. La tarde y noche transcurrieron sin muchos inconvenientes, una que otra operación de rutina que no tuvieron complicaciones. Un último procedimiento ya en la madrugada del día siguiente era lo único que se interponía entre la cardióloga y su merecido fin de turno.
- Ufff... - Resopló exhausta la pelinegra saliendo de la sala quirúrgica tras varias hora.
- Doctora, aquí está el reporte medico que me pidió - Le extendió la enfermera Yeji quien la esperaba en la puerta.
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Pulse (Chaelisa)
FanfictionLa Dra. Lisa Manoban es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación s...