Capitulo 18.

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Música estruendosa y sugestiva inundaba el ambiente de aquel bar, de esa que mezclada junto con el alcohol te incita a caer presa de tus más bajos instintos. La pista de baile rebosaba de personas que disfrutaban desinhibidas al ritmo del Dj., una noche como cualquier otra en el ¨Kick it¨. Apartadas de la multitud en una mesa del rincón, cobijadas por la poca iluminación de esa zona en particular, se encontraban Lisa y su acompañante.

Compartían besos cada vez más intensos, la castaña sentada en las piernas de la doctora abrazaba su cuello y la devoraba sin pudor alguno. Por su puesto la cirujana no se hacía de rogar y correspondía gustosa a esos labios. A mitad de la lucha de lenguas que mantenían ambas, la pelinegra se separó y atacó el cuello de su contraria.

- Mhm... - Jadeó la chica - Despacio doctora... Esperemos hasta llegar a mi casa.

Yeri le sonrió de manera pícara mordiendo su labio inferior, mientras bajaba su mano por el cuello de la cardióloga acariciándolo, pasó junto a su característico lunar encaminándose por debajo del cuello de la camisa de ésta, pero algo le estaba estorbando.

- ¿Y esto? - Miró extrañada el peculiar collar que tenía la galeno - Es... ¿Una de esas alarmas médicas de emergencia? - Alzó las cejas - No me digas que estás tan preocupada por un paciente que tienes que llevar esto puesto todo el d...

- No es asunto tuyo - Interrumpió la pelinegra arrebatando el objeto de la mano de la chica y volviendo a meterlo bajo su ropa - Sólo es una medida de prevención, es todo.

- Wow, ese paciente tuyo debe estar en estado crítico, en coma o algo así... - Bromeo Yeri tomando de su cerveza - Bueno, tienes razón, las cosas médicas no son asunto mío... Pero deberías olvidarte de eso en tu tiempo libre, el trabajo y la diversión no deberían mezclarse.

Lisa desvió la mirada empinando su bebida hasta terminarla.

- Ya se esta haciendo tarde - Se acercó la castaña de forma provocadora - ¿Vamos a mi casa?, seguro encontramos algo divertido que hacer... - Guiñó el ojo.

- No esta noche, Yeri - Se puso de pie la doctora - Estoy cansada, creo que simplemente iré a casa a dormir... Te llamo otro día, adiós.

- ¡¿Huh?! - La castaña quedó desconcertada - P-pero... ¿Te vas? ¿Por qué?... ¿Lisa?¡¿Lisa?!

Gracias a la fuerte música la cirujana pudo fingir sin problemas que no escuchaba para no tener que lidiar más con esa chica.

- ¡¿Pero que demonios?! - Gruño Yeri para si misma - ¿Qué coño le pasa? Primero me esta comiendo viva y ahora ¡¿Simplemente se va?!  - Siguió refunfuñando cosas inentendibles.

Escabulléndose por la pista de baile, Lisa se abrió paso hacia la salida con la mirada perdida. Ni ella misma entendía lo que había sucedido, de un momento a otro todo en ella se apagó sin más. Se recostó de su moto estacionada en el aparcamiento del local mientras pensaba que hacer.

- Son las dos de la mañana - Miró su reloj - Ya debe estar más que dormida... Sólo perturbaría su sueño si regresara en este momento - Se cruzó de brazos - ¿A dónde voy ahora?

Después de valorar sus opciones, se decantó por una en particular. Sólo esperaba que no le fueran a patear el trasero. Se colocó el casco, subió al vehículo y arrancó. En poco tiempo ya se encontraba en su destino, parada frente a la puerta.

*Ding Dong* 

Tocó al timbre sin respuesta. 

*Ding Dong* *Ding Dong* *Ding Dong*

- ¡Ya voooooy! - Se escuchó gritar desde el interior - ¿En serio? ¿Esto no puede esperar hasta mañana?

La puerta se entreabrió.

Pulse (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora