Rayos de sol golpearon la cara de Rosé obligándola a girarse para huir de ellos. La inusual sensación de frío que sintió recorrer su espalda le pareció inusual así que tanteó en busca de la sabana, al no encontrarla a la primera entreabrió los ojos. El sueño la abandonó por completo al ver a Lisa a su lado sin ropa y parcialmente cubierta por la manta.
¨Cierto... Anoche nosotras...¨
Se tapó la cara sonrojada, tenía ganas de gritar de felicidad al recordar la noche anterior. Era emocionante para ella despertar junto a esa sexy mujer completamente desnuda. Mordió sus labios dándole una fugaz mirada a su silueta, pero se apenó como una niña.
¨La sorprenderé con el desayuno¨
Planeó la rubia a la vez que intentaba abandonar la cama con sumo cuidado.
¨No te despierte. No te despiertes. No te despiertes¨
Rogó en su mente la menor mientras lograba ponerse de pie casi por completo.
- ¡¿Hm?! - Se sobresaltó cuando una brazo se enganchó en su abdomen - ¡Ahh! - Dio un gritico al ser jalada y caer de vuelta al colchón.
- ¿Vas a algún lado? - Preguntó Lisa encerrándola en sus brazos.
- I-iba a hacernos desayuno - Rio nerviosa.
- Nuh-uh, no iras a ningún lado - Negó la pelinegra frotando su cara en la espalda de ésta - Te quedarás aquí conmigo hasta que yo diga.
- P-pero - Intentó protestar.
- Si es necesario te agotaré de nuevo para asegurarme - Advirtió con voz pícara.
Pasaron la mayor parte de la mañana durmiendo hasta que el hambre fue insoportable, sólo en ese momento Lisa accedió a liberar a Rosé. Tras la insistencia de la mayor, la rubia aceptó que se ducharan juntas, con la condición de que fuera solo una ducha, pues amenazó con morir de inanición. Así lo hicieron, aunque fue muy difícil para la doctora controlar su imaginación que volaba al ver las gotas caer por las curvas de la menor, ésta se dio cuenta de la mirada pervertida de la galeno y la regañó con golpecitos en el hombro.
Luego cada una se fue a vestir en su cuarto. Rosé fue la primera en salir para comenzar a cocinar, un rato después la doctora apareció por el pasillo.
- Maldición... Me duele todo - Se quejó - Voy a tener que pedirte que me ayudes con este dolor.
- Claro - Sonrió la rubia - Después que haga el almuerzo.
- ¿Qué harás? - Curioseo la cirujana desde el desayunador.
- No lo sé, algo rápido supongo... ¿Tienes que ir a trabajar?
- No, estoy de licencia por asuntos personales - Respondió la galeno seria - Además, estoy esperando a alguien.
- ¿A quien? - La miró extrañada la menor.
*Ding Dong*
- Hablando del diablo... - Resopló la pelinegra.
- Iré a abrir - Se ofreció la joven.
- No, Rosé - La detuvo - Se quien es, yo me encargo.
*Ding Dong*
Con paso lento la cirujana caminó hasta la entrada seguida por la rubia quien se encontraba curiosa. Abrió la puerta y se encontró a quien esperaba, junto a dos uniformados que le escoltaban.
- Finalmente lo hiciste ¿Huh? - Dijo con voz resignada la cardióloga - Ya era hora, te estaba esperando.
- ¿Quién es? - Se asomó Rosé por un lado - Oh, ¡Señorita Kim! Hola - La saludó contenta.
Jisoo apretó la mandíbula y suspiró antes de alzar su placa.
- Dra. Manoban, está bajo arresto por violencia física y amenaza - Dijo con voz firme.
- ¡¿Qué?! - Exclamó la rubia descolocada.
- Tiene derecho a permanecer callada, cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal - Concluyó la oficial.
- Vale, déjame buscar mi chaqueta - Asintió la pelinegra sin oponer resistencia.
- L-lisa espera - La tomó del brazo la menor - ¿Qué está pasando? Primero llegas toda lastimada y ahora, ¿Te van arrestar? No lo entiendo.
- Es una larga historia - Se colocó su chaqueta - Prometo que te la contaré cuando regrese - Agarró con ambas manos la cara de la rubia - No te preocupes cariño, todo estará bien... Espérame ¿Si?, volveré tan pronto como pueda - Besó su frente.
- Vamos - Ordenó la pelirroja.
Lisa salió del departamento y fue esposada por los otros dos uniformados bajo la mirada angustiada de la joven y luego obligada a abandonar el edificio.
- Rosé, no te preocupes ¿Si? - Se volvió Jisoo mientras se alejaba - Me encargaré de todo.
Una vez abajo, la pelirroja se unió a su amiga y sus dos colegas.
- Bien muchachos, yo me encargaré de llevar a la sospechosa a la central, ustedes escóltennos en el otro auto - Indicó la de mayor rango.
- Si señora - Contestaron al unísono los subordinados obedeciendo.
- Sube - Ordenó Jisoo a su amiga abriéndole la puerta trasera de la patrulla.
Posteriormente ella abordó el asiento del conductor y azotó la puerta para cerrarla. Un silencio incomodo inundó el ambiente.
- ¿Sabes? - Habló finalmente la oficial - Me has metido en aprietos antes, pero esta vez realmente cruzaste la línea... ¡Por la puta madre Lalisa! - Golpeo el volante - ¡¿Has perdido la maldita cabeza?! - Gruñó furiosa - Estamos hablando de un crimen, ¡Te pueden quitar tu licencia por esto!
- Oye el empezó... - Trató de justificarse la doctora - ¿Qué se supone que debía hacer?
- ¡Me importa un carajo quien empezó! - Exclamó - ¡No me vengas con esa mierda! - La apuntó con el dedo - ¡Eres una jodida doctora!, se supone que debes curar a la gente no herirlos - Frotó sus sienes - ¿Realmente valió la pena arriesgar tu propio cuello por ir tras esa escoria?
- Vale... Estás molesta, lo entiendo, ya capté el mensaje - Rodó los ojos la cirujana
- ¡Molesta mis nalgas! - Levantó el puño - Lo que quiero es matarte yo misma... - Respiró profundo para recobrar la compostura - ¿A caso olvidaste que hay personas que se preocupan por ti?. Piensa un poco por una vez ¡Dios! - Volvió a frustrarse - ¿Y si algo te pasaba? - Volteó a mirarla - Ella te ama Lisa... ¿Sabes la suerte que tuviste?, ¿Y ese tipo hubiese tenido un arma de verdad? - Resoplo - Realmente no quiero ser yo la que le de una mala noticia que te involucre a esa chica.
- Lo siento... - Dijo con un hilo de voz la doctora bajando la cabeza.
- Bueno, bueno, ya - Revolvió su cabello la pelirroja - No te disculpes con la policía, mejor discúlpate con tu esposita.
- ¡¿Huh?! - Se atragantó con su saliva la pelinegra.
- Nada de ¨¿Huh?¨, perra. No puedes ocultarme nada. Literalmente vi la miel goteando de tus ojos antes de irte - Se burló - Mejor acabemos con esta mierda antes de que Roseanne Manoban te deje viuda...
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Pulse (Chaelisa)
FanfictionLa Dra. Lisa Manoban es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación s...