Capitulo 12.

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Acorralada Rosé no sabía que hacer ante el lento avance de Lisa quien parecía dispuesta a apoderarse de esos labios que la habían estado sacando de quicio la última media hora. La doctora cerró los ojos cuando ya el contacto de sus bocas era inminente, pero el lugar del esperado tacto del la suave piel de la rubia, sus labios se toparon con un frío roce de algo inorgánico.

- ¿Hm? - La pelinegra abrió los ojos confundida y vio un par de papeles que la chica había puesto entre ellas - Eh... ¿Qué estas haciendo? - Preguntó un poco irritada.

- No tan rápido doc. 

Usando los documentos como escudo Rosé alejó un poco a la cirujana de su cara.

- T-tu tienes tus reglas así que es justo que yo también tenga las mías - Trató de sonar firme pero titubeo un poco sonrojada - Aquí están mis términos y condiciones, quiero que los leas.

- ¿Qué es esto? - Tomó los papeles -  ¿Un contrato? - Comenzó a hojearlo con curiosidad.

- Sip - Sonrío la joven ya un poco más tranquila - ¿Creías que sólo tomaría tu palabra para algo como esto?, no puedo dejar que rompas tu promesa, así que asegúrate de firmar una vez hayas leído todo.

- ¨1. No recurrir a la fuerza. Si algo sexual ocurre, será cuando ambas partes estén dispuestas...¨ - Leyó en voz alta - ¨2. Tienes que pasar tiempo conmigo al menos...¨ - Bajó los documentos con una ceja levantada.

Soltó un sonoro suspiro mientras caminaba a de vuelta a su habitación frotando su frente a la vez que la rubia la seguía.

- ¿Sebes qué?, al carajo, no estoy de humor para esto - Se metió en la cama - Haz lo que quieras con tu contrato de porquería - Lanzó la resma de papeles hacia atrás - Me voy a dormir.

Riendo entre dientes la menor recogió el contrato y lo dejó en la mesa de noche junto a la cama de la pelinegra antes de salir de su habitación para dejarla descansar.

Un par de horas más tarde la cardióloga despertó de su siesta. Se estiró con pereza bostezando ampliamente.

- Fwaa... Mucho mejor - Se frotó el cabello - Ese descanso era todo lo que necesitaba.

De repente recordó lo que había pasado antes, se levantó, lavó sus dientes y recorrió su departamento tratando de ubicar a esa mocosa pero no la encontró.

- Supongo que no iba enserio... 

Se dirigió a la cocina por algo de comer y una cosa en la puerta del refrigerador llamó su atención, era un nota.

¨Te hice un emparedado, está en la nevera. Rosé¨

Suspiró al leerla.

- Sigo pensando que esta no es una buena idea.

Abrió la nevera y efectivamente allí estaba el sándwich, lo agarró y le dio una mordida. No sabía si era por el hambre pero estaba realmente delicioso. Devoró el restante y se dispuso a tomar una ducha. Al pasar frente a la habitación de invitados pudo observar un bolso a un costado de la puerta y un par de prendas de ropa sobre la cama.

¨¿Realmente se va a mudar? ¿Tendré una compañera de habitación así de la nada? ¨

- ¿Huh? - Algo atrajo la atención de la galeno.

Una foto enmarcada sobresalía de la mochila que estaba semiabierta. La curiosidad le ganó y la levantó para verla mejor. Era la imagen de una pareja, se parecían bastante a Rosé, en ese momento comprendió que se trataba de sus padres. Recordó lo que la rubia le había dicho antes sobre que no había tenido unos padres que la cuidaran y un nudo se formó en su garganta.

Pulse (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora