¨Existe un sentimiento que todos hemos experimentado alguna vez, la calma antes de la tormenta... Las personas raramente piensan, que el monzón puede haber llegado incluso antes de que se den cuenta.¨
Rosé aguardaba pacientemente con la mirada perdida, sentada en una de las bancas en el patio del hospital sujetando algo entre sus manos.
- Rosie - Apareció Lisa por la salida del edificio más cercaba a donde la rubia se encontraba - ¿Esperaste mucho? ¿Qué es eso tan urgente que necesitas hacer? - Preguntó inocentemente yendo a su encuentro - Lo siento acabo de salir de urgencias - Se sentó a su lado - Me hubieses esperado en tu cuarto, igual iba a verte en cuanto saliera.
- Hay algo que querido decirte desde hace tiempo - Dijo la rubia abandonando el asiento para plantarse frente a la cirujana - Y he empezado a pensar que mientras más pronto lo sepas, mejor...
- ¿Eh?
- Probablemente ya lo hayas olvidado pero... Fue por esto que todo empezó - Levantó el contrato - La pequeña apuesta entre tu y yo.
Lisa la miró confundida.
- Debo admitir que eres una persona increíble en más de un aspecto, y llegar a probar todas esas partes tuyas ha sido... Un absoluto placer - Respiró profundo la menor apartando la mirada - Pero ya la emoción se acabó, al igual que mi interés por ti.
- O-oye e-espera... - Tartamudeó la cirujana incorporándose - ¿Qué estás diciendo, Rosie? - Intentó tomar la mano de la rubia pero ésta la apartó.
- Perdiste el apuesta, Dra. Manoban - Sentenció con voz fría - Ya no tengo razones para seguir malgastando mi tiempo contigo.
Las piernas de la cardióloga flaquearon, no estaba entendiendo absolutamente nada, se encontraba tan descolocada que no era capaz de hablar. Sólo podía mirar a Rosé esperando, rogando en lo más profundo de su ser que se riera y le dijera que todo era una broma, pero al contrario, nunca había visto a la menor tan seria en su vida.
- Se acabó el juego - Los ojos de la joven se encontraban vacíos - No nos sirve de nada seguir con esto... - Hizo una pequeña pausa esperando alguna intervención de la pelinegra que seguía atónita - Espero que lo que acabo de decir no haya sido tan duro como para impedirnos llegar a un acuerdo.
- Rosie n-no lo entiendo - Por fin logró conectar las palabras - Ya habíamos terminado con la apuesta ¿Recuerdas?... No tengo ninguna duda de que lo que sentimos la una por la otra es sincero - Buscó desesperadamente la mirada de la rubia sin éxito - ¿Tú no lo sientes así?
Nada, sólo silencio hubo en respuesta. La chica seguía con la vista clavada al piso apretando el contrato en sus manos.
- Yo no estoy jugando Rosé - Se acercó Lisa queriendo tocar su cara y la menor dio un paso atrás - Juro que nunca he mentido respecto a mis sentimientos por ti... Cuando digo que te amo, hablo muy enserio.
- Gracias... Pero ya te lo dije, no fue más que un juego para mí - Dio media vuelta y comenzó a alejarse dejando a la cirujana en shock.
¨Todo está regresando. No... No, esta sensación de nuevo. Ese fuerte dolor en mi pecho... La sensación donde mi corazón amenaza en partirse otra vez en mil pedazos... No, por favor...¨
Un malestar generalizado se apoderó de Lisa conforme la chica que amaba se alejaba, la cabeza le daba vueltas, sentía nauseas. Quería gritar, correr tras ella y al mismo tiempo el cuerpo no le respondía.
- Jimin - Llamó la rubia y el castaño que esperaba en las cercanías se dejó ver - Estoy un poco cansada, ¿Me ayudas a volver?
- Si - Asintió con voz resignada el chico.
- ¡Rosé! - Exclamó la doctora a su espalda - Por favor, al menos mírame a los ojos... Mírame a los ojos y dime que no me amas.
No lo hizo. Simplemente la ignoró y se fue como si no le importara en lo más mínimo.
¨¿Por qué...? Demasiadas preguntas aparecen en mi cabeza pero mi mente esta vacía, desprovista de todo pensamiento... Y la única certeza real que tengo en este momento, es que la persona que amo con todo mi ser esta a punto de salir de mi vida.¨
Lagrimas empezaron a descender por las mejillas de la pelinegra.
¨Duele... Dueles demasiado, Rosie...¨
[...]
Golpeteos de tacones resonaban por el pasillo conforme la directora llegaba a su oficina.
- Señora - La abordó Miyeon antes de que abriera la puerta.
- ¿Si?
- Llegó esto para usted - Le entregó un sobre marrón grande sellado.
- Gracias - Jennie lo tomó y se encerró en la oficina.
Una vez sentada en su escritorio examinó el sobre, era extraño que no tuviera remitente ni algún tipo de identificación de lo que se trataba. Curiosa lo abrió y deslizó hacia afuera el grupo de hojas engrapadas torpemente. Sólo tuvo que darle una leída superficial para entender el asunto. Una sonrisa ladina se dibujo en su cara y lanzó el documento a un lado.
- Eso fue más rápido de lo que esperaba - Murmuró con ironía - ¿Eso fue todo lo que se necesitó para quebrarte? Ja, patético...
[...]
¨Conozco demasiado bien esta línea de pensamiento. Ya lo viví antes... Pero algo simplemente es diferente esta vez... No es igual con ella...¨
- ¿D-doctora? ¿Está bien? - Yeji agitó la mano ante la mirada perdida de Lisa.
- A-ah, si, disculpa no te escuché - Volvió a la realidad la cirujana.
- Aquí están todas las historias médicas que necesita hoy - La enfermera le entregó un grupo de carpetas.
- Gracias.
- ¿Se encuentra bien? Ha estado extraña estos días - Preguntó la auxiliar con real preocupación.
- No es nada... Sólo tengo muchas cosas en la mente, es todo - Respondió por salir del paso la pelinegra retirándose.
Dispuesta a empezar su ronda, la cirujana visitó uno por uno sus pacientes. Entre medias de cada consulta buscaba el tiempo de mirar a lo lejos la habitación de Rosé sin que ésta lo notara.
¨Ya han pasado varios días... Todo lo que he podido hacer es vigilarla en silencio.¨
Parada al final del pasillo, corrió con suerte de que la puerta se encontrara abierta esa vez, pudiendo apreciar esa melena rubia junto a su hermosa cara, la joven estaba sentada viendo a la nada.
¨Sigue en el mismo lugar, con la mirada vacía y perdida en la distancia.¨
Suspiró profundamente.
¨Hoy tampoco sonríe. No es como si me la vaya a mostrar de nuevo alguna vez... Sonríe, Rosie... ¿Así es realmente como van a terminar las cosas?... Si tan solo pudiera volver a verte sonreír, sería capaz de dejarlo ir.¨
Miró su reloj, el tiempo se le había terminado, debía volver al trabajo. Volvió a suspirar y avanzó en dirección contraria a la de la habitación. No se percató que Jimin la había estado mirando hacia un rato. El castaño vio a su hermana y luego a la doctora alejarse y se revolvió el cabello.
- Rosie - Entró Jimin al cuarto de su hermana - Hice lo que me pediste.
- Gracias, te debo una.
- ¿Estás segura sobre esto? - Cuestionó sereno - No quiero que te arrepientas después.
- Estoy segura...
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Pulse (Chaelisa)
FanfictionLa Dra. Lisa Manoban es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación s...